Beyond Friends

2. ¿Evitar o no?

Matt estaba sentado al borde de la cama, con la cabeza entre las manos. Se sentía abrumado por lo que acababa de suceder y no sabía cómo enfrentar la situación. Se preguntaba si besó a Mikey impulsivamente o si realmente había algo más entre ellos.

La mente de Matt estaba llena de dudas y cuestionamientos. Sentía que su mundo se había vuelto del revés después del beso con Mikey y no sabía qué hacer al respecto.

Se recostaba en su cama y luego se levantaba para haber si así pensaba mejor. Nada le veía a la mente, todo estaba tan enredado que ni siquiera se había planteado descansar un poco.

Matt miró hacia la puerta, sintiendo un nudo en la garganta. Quería hablar con Mikey, pero no sabía cómo expresar lo que sentía porque ni siquiera tenía en claro que era lo que sentía.

—Matty, lo siento.—escuchó a través de la puerta, Matt bajó su mirada mientras apretaba los labios.— No estuvo bien besarte de esa manera, ni siquiera debí de hacerlo en primer lugar, ya sé que soy un idiota, perdón.

El corazón de Matt latía con fuerza, lleno de incertidumbre y temor. Finalmente, optó por no responder y mantenerse en silencio, abrazándose a sí mismo. Quería pensar que el silencio de su al rededor era mejor respuesta de la que el pudo haber formulado.

Algo en él pensaba que lo que sentía era enojo y frustración, unas enormes ganas de llenar el diminuto apartamento de reclamos pudo haber sido una opción, si no se hubiera puesto a pensar en lo mucho que le gustó el beso.

Bien, la frustración solo era con el mismo, no con el chico caprichoso que se encontraba maldiciéndose frente a su puerta.

Aunque con una solución descartada Matt permanecía sumido en un torbellino de emociones que le atormentaban. El recuerdo del beso con Mikey lo aturdía, haciéndolo cuestionar todo lo que pensaba que sabía sobre sí mismo y sobre su relación con su mejor amigo. Sentía una mezcla de euforia y miedo, una contradicción de emociones que le resultaba abrumadora.

Por un lado, el beso había sido increíble, despertando en él una atracción que nunca antes había experimentado. Había sentido mariposas en el estómago y una extraña sensación de calidez que lo envolvía cada vez que Mikey lo miraba o le hablaba, pero era normal, ¿no?

Matt siempre había sido seguro de sí mismo, pero en ese momento se sentía perdido. No sabía cómo enfrentar esa nueva realidad, cómo lidiar con sus sentimientos y cómo explicar lo que había sucedido entre él y Mikey. Temía que al hablarlo, pudiera arruinar su amistad, la conexión tan especial que compartían desde hace tanto tiempo.

Además, se sentía culpable. Culpable por no poder corresponder a los sentimientos de Mikey de la misma manera en que él lo hacía. No quería lastimar a Mikey, pero tampoco podía negar que algo había cambiado entre ellos, y era algo grande.

En ese momento, mientras permanecía solo en su habitación, Matt se dio cuenta de que necesitaba tiempo para reflexionar y para entender sus emociones. Necesitaba encontrar la forma adecuada de hablar con Mikey, de explicarle lo que estaba sintiendo sin lastimarlo. Y aunque el silencio parecía una forma de evitar el problema, sabía que tarde o temprano tendría que enfrentar la situación y ser honesto consigo mismo y con su mejor amigo. Pero por ahora, necesitaba tiempo para encontrar las palabras adecuadas, para entender lo que estaba sintiendo y para decidir qué camino tomaría a partir de ese momento.

...

A la mañana siguiente, Mikey notó ojeras enormes debajo de sus tristes ojos. La única persona que lo soportaba lo había ignorado, y aunque en cualquier otra circunstancia también le hubiera dolido, esta vez era tan doloroso que olvidó su desayuno. Afortunadamente unas barritas energéticas estaban sobre la mesa y solo las tomó y las metió en su mochila.