II. Long nights

52 6 5
                                    

"When your fingers walked in my hand"

La ludopatía se podría definir como la necesidad enfermiza que tiene una persona por los juegos de azar y apuestas; como blackjack y el póquer. Aunque para Spreen era un poco distinta su definición.

Roier se enteró relativamente temprano de la ludopatía de Spreen, y eso gracias a su amigo Mariana.

— Él pasaba horas dentro del casino de Jacky, lo peor es que era buenísimo e incitaba a todos a jugar y apostar con él. Ese hijo de puta siempre terminaba con varios stacks de diamantes en su bolsillo. Era todo o nada, eso decía él. — contaba Mariana mientras tomaba asiento enfrente del castaño y revolvía el azúcar de su café. — Si quiere apostar contigo, niegate de una. No ganarás.

Realmente no tardó Roier en verlo con sus propios ojos.

Spreen había llegado a su puerta una semana después de la charla en la fiesta. Cargaba en su diestra un pico y silbaba una melodía que Roier no podía descifrar.

— Hey, ¿qué te trae por aquí? — preguntó el castaño.

Roier se hizo a un lado dejando pasar al híbrido a su casa. El pelinegro observó con agilidad el interior de la pequeña casa y se dejó caer sobre el sofá individual.

— Muy linda la casa eh. — aduló. — Vamos a minar, encontré una enorme mina no muy lejos de aquí, desde arriba se ven una banda de mobs, pero nada de lo que no te puedas proteger. — propuso Spreen.

El castaño iba a declinar la oferta pues no le apetecía salir de su casa, hasta que recordó que realmente se había enfocado en construir su pequeña casita que se había quedado sin minerales, además de que su armadura ya estaba algo desgastada.

— Vale, deja alisto mi mochila y te acompaño.

Spreen soltó su pico sobre la mesita de enfrente y asintió sin más.

(...)

Ambos chicos caminaban con sigilo. Spreen iba al frente sosteniendo la antorcha, mientras Roier iba detrás picando hasta el más mínimo carbón.

— Es más enorme de lo que pensaba. — comentó el pelinegro. — ¡Diamantes!

Spreen corrió hacía el mineral brillante y comenzó a picar, Roier le siguió e igualmente empezó a picar a los alrededores.

— Ten, estás más en la mierda que yo.

Le pasó los diamantes a Roier, quien gustoso los recibió.

— Hagamos una apuesta. El que llegue primero al stack de diamantes le debe una cena al otro. — Ofreció Spreen mientras su sonrisa vacilona se extendía de a poco.

Roier debió suponerlo, Mariana ya se lo había advertido de todas formas, sin embargo, no veía lo malo en una cena. Quizás sus sentidos arácnidos estaban totalmente embriagados por el oso, porque no hay explicación coherente que no afecte su intelecto que responda al porqué aceptó dicho trato.

A pesar de la apuesta, el rato dentro de la cueva fue ameno para ambos, el cambio de aires fue necesario para que los dos se conocieran un poco mejor. Spreen parecía querer aparentar estar indiferente con Roier, lo raro era que mataba a cada uno de los zombies que estuvieran en un rango de 10 metros de distancia del castaño, y que dejaba uno o dos diamantes a la vista para que el otro los tomara.

La araña claramente se dio cuenta de eso, sin embargo, no quiso decir nada y prefirió seguir platicando con él.

— Supongo que has de estar acostumbrado al ambiente hardcore por el lugar del que vienes.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 19, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Favorite Crime; SpiderbearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora