El comienzo de todo

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En mi ciudad natal, donde las calles empedradas escondían antiguos secretos y las sombras del pasado bailaban al anochecer, ahí es donde todo aquel recuerdo turbio y cada momento  lleno de extasis o sentimiento profundo me había criado entre sus brazos, con mi pelo rubio y un corazón lleno de heridas curadas que me habían ayudado a comprender a los que nadie comprende. Pero detrás de esa fachada confiada, se ocultaba una nostalgia que me había atormentado desde la adolescencia.

Hace años, cuando el aroma a libertad se fundía con la inocencia juvenil, yo había conocido a aquel hombre. Él era el chico más tierno e interesante que había conocido, con esos ojos marron que miraban mas haya de mi alma. Todo fue muy rápido, yo fui callendo en sus encantos y juntos cada vez nos encontrábamos mas, Pero a medida que el tiempo pasaba, algo cambió en el, y las sombras de las drogas comenzaron a nublar su alma.
La adicción de aquel chico lo llevó a un mundo oscuro y peligroso, uno en el que yo no podía seguirlo. Desesperada por alcanzar su mano antes de que se undiera decidí aferrarme lo mas fuerte que pude, pero el cada vez me alejaba mas, cada vez se refugiaba mas a la idea de que yo no lo amaba lo suficiente para amar cada oscuridad en el, yo podía ver el miedo en sus ojos tristes, pero el se alejaba mas y mas dejándome a mi con esa llama tan encendida que me quemaba y me hacia ampoyas por dentro. Finalmente, cuando el peso se volvió insoportable, me vi obligada a alejarme, dejando atrás una parte de mi corazón y la esperanza de que él algún día encontraría el camino de regreso.

Los años pasaron, y logre seguir adelante, ya no me ardían las heridas y había encontrado la felicidad dentro de mi, había resuelto todas esas preguntas y vacíos que había dejado ese amor intangible y las depresiones de mi adolesencia.

Un día, mientras caminaba por las calles de mi ciudad, escuchó murmullos de que él había regresado. Al principio no le di tanta importancia, pero la esperanza de verlo sano y la ansiedad de revivir viejas heridas me mataba. Como dije, no le di tanta importancia y seguí con mi rutina, pero unas semanas después regresando del trabajo en una noche fría lo vi, y no pude evitar que mi corazón se estremeciera, él estaba mal y yo no podía contener las lágrimas. Yo estaba en mi carro parqueada al costado de aquel parque observándolo, solo, sin nadie, se veía lúgubre e irreconocible rodeado de sombras que ya no eran solo metáforas. Mientras tanto yo en mi burbuja llena de emociones y pensamientos del pasado decidí seguir a mi corazón y baje del carro, tenía miedo de su reacción, pero cada que me acercaba sentía más seguridad en lo que estaba haciendo. Llegue a su lado y el me recibió con una sonrisa débil, ojos llenos de oscuridad y aspecto despreocupado, las lágrimas corriendo por mis mejillas eran inevitables y mientras cogia su cara con mis dos manos te dije "te voy a sacar de esta, así como no me dejaste cuando éramos adolescentes, cuando me corriste a un lado por miedo, sin saber todo lo que estaba dispuesta a hacer por ti, esta vez sí lo vas a lograr, vas a salir de esto", el me miraba con desolación pero dispuesto a recibir ayuda, porque tu querías recuperarte, querías tu vida devuelta, pero por más que lo intentabas no encontrabas el camino correcto y aunque el brillo de su juventud se había desvanecido, todavía quedaba una chispa de aquel chico que alguna vez me había enamorado.

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⏰ Last updated: Jul 26, 2023 ⏰

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Almas entrelazadas por la oscuridad Where stories live. Discover now