Capítulo 3.- 🔞 Por un beso... yo no sé qué te diera por un beso.

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Cuando entré a su habitación del hotel estaba tan nerviosa que involuntariamente me apretaba a mí misma los dedos de las manos, en una búsqueda vana por aferrarme a algo que me diera seguridad.

Minho, que estaba en la cama mirando el teléfono, al verme, se levantó de inmediato, se digirió hacia mí y, tomándome de las manos con ternura, me condujo hasta el centro de la estancia.

Me quedé inmóvil, con la vista en el suelo, pues era incapaz de levantar mis ojos.

Con movimientos lentos y pausados dio una vuelta caminando a mi alrededor, observándome. Yo no pude mirarlo a él directamente, pero recuerdo que era... tan alto...

Colocándose frente a mí, me levantó la barbilla con su mano, obligándome a mirarlo a los ojos.

—예쁜 /ieppeun/ [bonita] —me dijo, y, automáticamente, sentí que mis lágrimas estaban a punto de caer.

"¿Cómo puede ser tan bueno y amable? Seguramente no soy el tipo de mujer con la que acostumbra a estar, y aun así se esfuerza en hacerme sentir hermosa... Es realmente un ángel", pensé.

Llevándome hacia sí, me quitó el lazo de color azul verdoso perlado del pelo, con delicadeza, como un niño que desenvuelve cuidadosamente un regalo.

Nuestros rostros se acercaron y me besó dulcemente, primero en una mejilla y después en la otra, para continuar con un beso donde se fundieron nuestros labios. Me dio un beso dulce, tierno, posando una y otra vez su boca sobre la mía, atrapando con suavidad mi labio inferior entre sus labios.

Poco a poco, sus besos aumentaron de intensidad, aumentó la velocidad del contacto, y me sujetó el rostro con sus manos, impidiéndome escapar a aquellos besos que parecían robar mi espíritu.

Poseído por la pasión que despertaba en su interior, me tiró a la cama y se quitó la camiseta. Me quedé completamente impactada... ¡No podía apartar mis ojos de él! Su cuerpo era tan perfecto que habría provocado la envidia del mismísimo Apolo.

Sin dudarlo, se recostó con rapidez encima de mí.

—¡No! —dije en un acto reflejo, y sujeté con mis pequeñas manos sus grandes y musculosos brazos, intentando detenerlo.

Tuve miedo, pensé que sería rudo, brusco... que me haría daño, pero en cambio, él... se quedó inmóvil. Me acarició el pelo con cariño, como si tocara algo preciado, y posó delicadamente sus labios sobre los míos, en un beso tan tierno y dulce que haría desfallecer al más frío de los amantes.

Podía notar el calor en el ambiente, y mis manos, que aún tocaban sus brazos, sentían que su cuerpo quemaba.

Incorporándome, me ayudó a desvestirme, y me quedé portando solo la ropa interior oscura que llevaba ese día. Me miró de nuevo.

—예쁜, 진짜 예쁜 /ieppeun, jinjja ieppun/ [bonita, realmente bonita] —me dijo para vencer mi pudor.

Y acto seguido, me dio un beso. Pero este beso era diferente al anterior... Este fue un beso erótico... apasionado, lascivo. Nuestras bocas se mezclaban con deseo, un deseo que crecía con cada roce, alimentado por el fuego que surgía en mi interior.

—Tran... Tranquilo... —dije acompañando mis palabras de un gesto con las manos, mientras trataba de recuperar el aliento.

Él sonrió, pero no me dio tregua. Sus manos recorrieron mi cuerpo, acariciándome el cuello y la clavícula, y descendiendo después por el escote.

—Nice view ... [bonita vista] —dijo incorporándose un segundo para mirarme, y tras esto, acercó su boca a mi oído y susurró mi nombre entre jadeos.

Por un beso [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora