Una pesadilla con el corazón adolorido

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No todo sueño tiene un significado, eso es lo que pienso la mayor parte del tiempo, sobre todo porque mis sueños suelen estar plagados de contenido surrealista, en donde surgen dragones de cuevas bajo los trenes, mansiones que devoran personas, personas que cargan mochilas con sus familiares muertos dentro y demás rarezas. Aun así, si siento que algunos sueños significan algo, en mí la mayoría son muestras de temporadas de estrés o la fantasía de posibilidades, algunos me hacen despertar rápidamente para acelerar mi descanso y otros se sienten más bellos que la realidad y me hacen desear permanecer en aquel trance.

Siempre he disfrutado un buen sueño surrealista o fantasioso, mis favoritos son aquellos donde sueño con mi enamorada, en tiempos difíciles es reconfortante que mi mente cree escenarios donde las cosas se dan, no sé qué tan saludable pueda ser aquello, pero no me atrevo a descubrirlo. Como ha de pasarle a la mayoría, en los sueños cuando lo pensamos bien, las personas realmente no son idénticas a como son en la realidad, es más que nuestra mente nos hace entender quiénes son al parecido real, hablo de mayorías sin haber estado en los sueños de los demás, pero es que es tan natural para mí, que me cuesta pensar que a los demás les pasa distinto. Así que muchas veces sueño con ella, sin siquiera ver su rostro, es su vibra, su esencia, la que me hace comprender que hasta en mis sueños ella es lo más hermoso.

Anoche tuve un sueño, bueno, realmente fue algo que no me pasa con frecuencia, realmente lo que tuve fue una pesadilla, de esas que no tenía desde que era un niño, que me despertó agitado y con la sensación de que algo malo podría ocurrir. Ya no soy un niño y mis pesadillas no traen monstruos con ellas, sueño con monstruos a menudo, pero solo hacen parte de las fantásticas historias que mi mente fabrica, pero entonces ¿con qué podría haber soñado? Bueno, soñé con ella, no, no me hacía ningún mal y mira como es la mente de perversa que es justo en esta pesadilla que la dibujo en mi mente con perfecta claridad, cabello por cabello, casi podría decir que célula por célula, era ella, imposible no reconocerla. Y la historia que deseo dejar salir para que no me consuma la narraré como si de un relato se tratase:

"Recostado en la cama tratando de conciliar el sueño, se encuentra Santiago, mirando el techo, preguntándose por qué no duerme aún, la puerta que se encontraba casi trancada por su cama recibe dos golpes fuertes, alguien toca, casi exigiendo que se abra la puerta. Con poco esfuerzo, Santiago mueve la cama, apenas lo suficiente para que se pueda observar quién intenta entrar y para darle un poco de espacio, del otro lado se encuentra Catalina, quien le dice que no se moleste, solo necesita hacer una llamada y recoger un par de cosas.

Santiago ilusionado se arrebata a auxiliarla a pasar cargándola un poco para que pase por encima de su cama, intenta hablar, pero es ignorado, ella solo repite una vez más, que solo recogerá un par de cosas, hará una llamada y se irá. Ella saca su teléfono y comienza a llamar, mientras busca entre canastos, Santiago de la nada comprende que busca ropa y le pregunta si puede ayudarle a encontrar algo mientras se le acerca por la espalda, Catalina se niega, empieza a rebuscar dentro de los canastos mientras lanza todo lo que encuentra por los aires, mientras reniega que nadie toma su llamada.

Frustrada comienza a caminar con velocidad, Santiago la sigue por la calle y es cuando la escucha decir, que solo necesita que su tía le dé permiso de quedarse, sigue sin recibir respuesta y al no haber encontrado sus cosas además, Catalina se desploma en el suelo, llora dolorosamente, mientras lágrimas constantes salen de sus ojos, más que gotas parece una corriente fluyendo desde estos, sin capacidad casi para respirar, gimiendo de dolor entre el llanto, preocupado y entristecido, Santiago la abraza por la espalda y ella comienza a dar brincos, el llanto se combina los gemidos ya no suenan de dolor, sino de furia, grita preguntándose "¿por qué?, ¿por qué mi mamá me hizo esto?, ¿por qué se rompió el acuerdo?, ¿por qué estoy sola? No tengo a donde ir..."

Santiago permanece abrazándola por la espalda, mientras ella repite esto una y otra vez como tratando de salir corriendo, santiago se recarga hacia atrás tratando que ella no salga disparada de sus brazos hacia la nada. Mientras llora con la cara completamente hinchada y los gritos de dolor acompañando cada exhalación, Catalina comienza a vomitar un líquido amarillo, llorando y atragantándose, con dificultad para respirar, deja de moverse, Santiago la retiene en sus brazos, mientras ella solo puede ahora llorar y vomitar continuamente. Cada vez que expulsa este líquido amarillo se hace más delgada, como si fuera un globo al que le sacan el aire.

Luego de un rato, llorando por ver a su enamorada sufrir de tal manera, santiago está tendido en el suelo, cubierto de aquel líquido amarillo mientras ella apenas respira y se ha convertido en una masa flácida que se desvanece entre sus brazos."

Agitado, aterrado y confundido por tal imagen, desperté de madrugada, con una mala sensación y la viva necesidad de correr a buscarla, asegurarme de que esté bien, pero fue respirando rápidamente, sudando, acalorado, sentado al borde de mi cama, que tuve que detenerme a pensar. Fue solo un sueño, espero yo, quedar como un acosador o un lunático corriendo a verla porque tuve una pesadilla, no me parece justo con ella. Lentamente, recuperé control sobre mi respiración, me recosté de nuevo y asumí el mayor de los inconvenientes con respecto a mis deseos nacidos por dicha pesadilla, las cosas entre los dos no son como antes, ya no hablamos tan seguido si es que lo que hacemos se puede considerar 'hablar'.

El amor que aún le tengo se vive en la distancia y por lo mismo, tendré que esperar alguna seña u otro momento más oportuno para preguntarle como esta, a la espera de que se sienta lo suficientemente confiada para contestarme con honestidad. Así que la pesadilla se dividió en dos partes, el sueño tan escalofriante en el que vi tan destruida a la mujer que más me importa y una vez despierto, el entender que no importa cuántas veces sueñe lo mismo, no podré volver a correr a abrazarla para calmar aquella angustia. 

Una pesadilla con el corazón adoloridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora