Capítulo 5 -Final

309 59 10
                                    



-     No.  – respiró un poco más tranquilo el interrogado – No lo soy. Le propuse matrimonio, no una sino varias veces y siempre me rechazó. Le  puedo asegurar que no entiendo el motivo por el cual...  -- él pareció pensar por un segundo mientras que una expresión sombría embargaba su cara. -- ¿Acaso es usted Terry Grandchester ?

Si. Era el asombrado y atónito Terry Grandchester. El que escapó del lado de la mujer a quien amaba con la esperanza de que  siguiera  con su vida y por lo visto se había equivocado.

-    Si......    - balbuceó aun incrédulo de lo que había escuchado - ¿Por qué?

      —. Porque la misma Marquesa  me explicó los motivos por los cuales no me aceptaba. Y el motivo fue usted, caballero. Aunque creo que el título le queda muy grande. – dijo El Conde  Jack en tono mordaz.

-  Me gustaría saber el porqué de vuestras suposiciones, Conde. – dijo Terry  a sabiendas de que se merecía eso y más.

-   Me explicó en más de una ocasión que era por vuestra causa que no podía contraer nupcias conmigo puesto que estaba enamorada de  usted; pero claro; Se  largo  dejándola sola y triste. Espero que se haya recuperado y que haya rehecho su vida; pues ninguna mujer merece ser tirada como usted  la dejó  a ella.  – Su voz era tan amenazante como filosa. Terry comprendió que aun sentía aprecio por ella y no le sorprendió los celos que eso le causó.

-   ¡Dejarla fue lo más difícil que he hecho en mi vida! No tiene idea  de lo que está  hablando y lo prevengo...no le permitiré que me juzgue. No conoce  el motivo de mis actos. – le gruñó entre dientes, tratando de luchar con las lágrimas que pugnaban por salir.

   -- No lo juzgo; eso le corresponde hacerlo a Candice. Y sinceramente espero que no le  perdone, porque no la merece. Hasta nunca, Caballero de Acero.

– Y por primera vez en su vida, Terry  odió su sobrenombre. Y luego se dio cuenta de que realmente su fama lo precedía.

El Conde Jack  se largó con su acompañante que miraba con una mezcla de asombro y reproche cada tanto al hombre que se había quedado en la acera decidiendo que hacer con su miserable existencia.

-   Dorothy,  dile a Richard  que necesito verlo. Que traiga los últimos informes tanto de mi contador como de mi abogado. – musitó Candy  tal cual en la mujer oscura  en que se había convertido desde hacía tres años atrás.

La doncella asintió, hizo una reverencia antes de salir y cerró la puerta tras ella. Candy miró hacia un lado de la ventana  de su despacho. Y aunque veía hacia los jardines no notaba absolutamente nada.

Nada. Eso era en lo que se había transformado. Era un simple cuerpo que por dentro no tenía nada; al menos que el dolor se considerara algo.

La puerta se abrió y ella se irguió para recibir a su fiel y amado  capataz Richard.

Pero no fue él quien entró. Sin siquiera pedir permiso Terry Grandchester  entró en la estancia con su candencia sensual habitual pero con una súplica muda en los ojos.

La Marquesa se reprochó a sí misma por temblar ante la presencia que tenía delante; ¿pero como no hacerlo, si aun lo seguía amando con la misma pasión de hacía tres años atrás? Aun así volvió sus facciones arrogantes demostrando que su orgullo no estaba hecho para ser pisoteado. Porque aun quedaba algo de él.

-   Candy  yo...  - dijo él con el alma en vilo.

  
Sal  ahora mismo de aquí Terry, antes de que llame a los mozos para que te saquen a rastras de mi vista.

-   Sabes bien que no deseas  hacer eso. Primero que nada quieres  una explicación de mis acciones y yo deseo dartelas. Segundo tienes  toda la potestad para echarme pero solo accederé a irme luego de haberme explicado. – expresó seguro de sí mismo. Pero eso era solo en apariencia; pues por dentro rogaba a la corte celestial que pudiese disculparlo. Si no lo hacía...él ya no sabía de que sería capaz.

-   No pretendas conocerme a estas alturas del partido. Caballero de Acero. No soy la misma niña ilusa que dejaste luego de usarla. No conoces  en lo que me he convertido. -- agregó  Candy  con una sonrisa tan carente de alegría que le heló las venas.

-  Pues lo intentaré nuevamente; tal cual lo hice un tiempo atrás. Y confío que si fui capaz de conquistarte en ese entonces. Hoy frente a frente y con la verdad en mano sé que aunque no me quieras  a tu  lado, entenderás  mis razones.

-   No estés  tan seguro de ello.

-   Ya veremos; Marquesa mía. Ya veremos...

🪷.      🪷.       🪷.     🪷
meses después :..

Richard y Eleonor sonreían mientras observaban a sus nietos jugar con sus pequeñas manitas.

— ¿ No es maravilloso que nuestros hijos nos dieran mellizos?

— vaya que lo es, una boda después del regreso de nuestro hijo, la noticia que seríamos abuelos y está gran bendición de mellizos, demasiadas emociones para mi pobre corazón ..

Terry y Candy los observaban en silencio, se deleitaban verlos tan contentos con sus pequeños mellizos Heiri y Graham.

Terry se paró detrás de Candy y la rodeo con sus brazos.

—-Gracias mi Marquesa, gracias por darme otra oportunidad y hacerme el hombre más feliz del mundo...

— Tus razones fueron muy buenas , tanto que fuimos bendecidos por partida doble.

— Te Amo, mi hermosa marquesa.

Yo también te Amo. Mi hermoso y apuesto Caballero de Acero..


Muchas gracias por leerme❤️disculpen la demora🙈en Guerra Florida el final quedo ala imaginación de cada quien 😜pero conociéndolas decidí darles un poquito más ... 😜😜

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 22, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Amor De La Marquesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora