Prólogo

293 23 4
                                    

"Dijiste que siempre estarías conmigo, jamás ibas a abandonarme" dijo la chica sus mejillas empapadas en lágrimas, su voz era casi audible por los sollozos. Sola en su habitación enrollada en una esquina de su cama mirando a la nada.

"Jamás lo hice" una voz masculina sonó por la habitación, sabía claramente quien era. Era él, su chico.

"Me haz abandonado, me has dejado sola como la primera vez en que me conociste. ¡Prometiste siempre estar conmigo, no debiste irte!" su voz sonaba tan fría y llena de sufrimiento. Pareciera que era normal hablar con un muerto.

"No te he abandonado Shailene, siempre estaré a tu lado como lo prometí la primera vez. Te cuidare cada segundo de tu vida. Debes dejarme ir. Debes ser feliz." decía el chico de ojos azules, eran un color hermoso.

"¡No, no puedes dejarme. No te vayas, quédate siempre conmigo!" gritaba en su habitación acercándose al chico casi visible.

"No me conviertas en uno más de tus demonios!" grito aquel chico, podía sonar el eco de su voz por toda la habitación. "déjame descansar, prometo cuidarte siempre."

Quedo atónita por aquel comentario del chico, uno de sus demonios.

Nadie más conocía a Shailine Woolf. Chica fría, seria.

Su piel era a perlada, sus ojos de un color hazel un poco grandes, nariz respingada, sus labios finos y rosados, cabello castaño claro y corto. Su cuerpo delgado, no tantos pechos ni trasero, sus piernas delgadas.
No acostumbraba hablar con ciertas personas. Desde que su padre murió cambio gran parte de su vida, cada día, cada noche luchaba contra sus propios demonios. Atormentada por todos ellos. Sola, completamente sola.

Luke Hemmings popular por todos, conocido por pocos.

Su piel blanca tan pálida como la leche, sus ojos de un color azul demasiado hermosos, su nariz respingada, sus labios un poco finos y pálidos en su labio inferior adornado por un arete negro con el cual jugaba constantemente, su cabello rubio. Su cuerpo era delgado y musculoso, sus hombros anchos, piernas verdaderamente largas. Siempre mostrando una sonrisa. Rodeado de gente, confiado por nadie.

Narra Shailene.
Sentada en una de las banquillas del colegio, su mochila de lado y un libro abierto en sus piernas, su cabeza baja mientras leía unas cuantas palabras de su libro. "No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero si eliges quien te lo hace." si claro John Green, elegir quien te haga daño. Estúpido. Dije para mí.

Sentí la presencia de alguien sentado a mi lado con su mirada hacia al frente. Me limite a solo mirarlo de reojo mientras tenía mi mirada en el libro repasando cada vez aquella frase.

-Hola. -dijo al fin el chico, quien estaba apoyado sus codos en sus piernas. Volvió su mirada hacia mí para después pasar su mirada a aquel libro que estaba apoderando casi toda mi atención.
Frunció su entrecejo, no había obtenido respuesta de mi parte- ¿no vas a saludar por lo menos? -arrugo su frente.

-No hablo con muchas personas, creo que no haría una excepción contigo. -dije en un tono de voz fría y cortante.

-Bien, que tal si te digo que soy un extraño alienígena que quiere tener una charla contigo ¿harías una excepción a eso? -alzo ambas cejas mientras que una sonrisa en sus labios apareció de lado. No pude evitar formar una sonrisa en mis labios, gire mi mirada para así toparme con la de él, era un azul como el mismo cielo. Note que su sonrisa se hizo aun más grande mostrando su linda dentadura perfecta- Genial por lo menos te he hecho sonreír.

Solté una pequeña risa aun con mis labios sellados, volví mi mirada al frente.

-¿Que estas leyendo? -dijo quitando el libro de mis piernas, recostó su espalda al respaldo de la banquilla mientras leía la misma página que yo.- No puedes elegir si van a hacerte daño en este mundo, pero si eliges quien te lo hace. -dijo en voz alta.- Hmm... -le limito a murmurar.

-Lo sé, es algo estúpido. -dije recargándome de la misma manera que él, cruce mis brazos bajo mi pecho.- Es decir, puedes prevenir el que no te hagan daño. Simplemente alejando a las personas de ti. -me encogí de hombros.

-No se me hace estúpido. -volvió su mirada hacia a mí- creo que en ocaciones debes arriesgar tus sentimientos para poder sentir algo nuevo. -sonrío de lado el cual yo solo devolví la sonrisa.

Me sentí segura, confiada. Pensé que al fin pude abrirme con alguien, por fin podría ser feliz a su lado. Desde aquel día que conocí al chico de hermosa sonrisa y ojos color cielo pude ver la vida de otra forma. El único que me comprendía, el único que le gustaba mi rareza, el único que podía amarme, el único a quien yo podía amar. Ya no estaba sola.

Recostada en su pecho, enrollada en sus brazos a plena luz de la luna y el cielo iluminado por millones de estrellas. Riendo de cosas sin sentido, intercambio de miradas cada momento, podía inhalar su aroma y poder acariciar su pecho por arriba de la fina tela de la playera gris que llevaba puesta.

-¿Prometes jamás dejarme sola? -levante mi mirada encontrándome la de él. Mi único miedo, no podría vivir sin él. Mi única fuerza para seguir aquí, mi único acompañante.

-Jamás lo haré. -dijo al fin. Acercándose a mí para acabar con un tierno beso.

Me sentí aliviada, confiada en su promesa.

Hasta que ese día llego.

La tierra empezó a temblar cada vez más fuerte, las personas corrían por todas partes llenos de miedo, los grandes edificios caían a pedazos para mala suerte aplastando a algunas personas que no alcanzaban a poder correr y salvar su vida.

-¡Shailine corre! -dijo Luke tomando de mi mano, corrimos a una esquina donde más gente estaba refugiada esperando a que todo acabe.- todo estará bien, tranquila.

Llena de miedo, tomada de la mano de Luke tan fuerte que apenas podía sentir mis nudillos, mirando cada parte cerca de ahí. Gente cubierta de sangre, tratando se salvar sus vidas.

-¡Cuidado, caerá! -grito una mujer abrazando a sus dos pequeños que estaban escondidos en su pecho. Apenas pude verla cuando sentí un cuerpo pesado arriba de mí.

¡No, Luke! Mi cuerpo se tenso rápidamente. Pude mirar su cara aun más pálida, sus labios entre abiertos, el color de sus ojos casi apagados, su respiración cortada debido al tubo atravesado en él. Ni una sola palabra pudo salir de mi boca, mis ojos se llenaron de lágrimas ¡lo estaba perdiendo! Una sola sonrisa apareció en sus labios dejando ver nuevamente su dentadura.

-Hubieras hecho lo mismo.

Fueron las últimas palabras que salieron de su boca antes de que sus ojos se apagaran completamente, su cuerpo cayendo encima del mío.

Desde ese día lo perdí, desde ese maldito día.

--------------------
¡Hola, soy Diana!c: bueno esta es la primera novela que escribo y se que no soy muy buena :'v but estoy empezando n_n.
Espero y les agrade la historia❤.
Mike saldrá unos capítulos más adelante y será todo hermoso se los prometo c: plox si les gusto hagan lo que tienen que hacer aquí uwu, si veo que por lo menos a unos les gusta subiré el capitulo 1❤.
Gracias que se tomaron su valioso tiempo para leer c':

Conmigo. {Muke}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora