Psithirisma Voice || Regulus Black

Prólogo

La temperatura empezaba a sentirse en las costas de Londres a la orilla del mar oculta de magos, brujas y muggles por supuesto se encontraba una casa enorme. Por fuera daba un aspecto tenebroso pero por dentro era muy acogedora tenía un jardín muy amplió para que toda la familia pudiera celebrar a lo grande.

Un niños jugaban a las escondidas, el más mayor de ellos tenía 11 años por lo que el año próximo entrará al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Este niño tenía rasgos muy particulares ya que heredó la metamorfomagia de su madre Nymphadora Tonks y el gusto de comer chocolate como su padre Remus Lupin.

Edward Lupin o mejor conocido como Teddy nació a mitad de la guerra mágica, fue uno de las tantas víctimas de dicha desgracia, pero también fue afortunado puesto que era cuidado y amado por los que conocieron a sus padres Teddy obviamente tenía sus favoritos entre ellos su abuela y Andromeda Tonks y su tía Rhea Macmillan.

Rhea Brooks Macmillan era una sangre pura de 47 años perteneciente a los sagrados veintiocho se mantenía oculta del mundo mágico y de los muggles, antiguamente era apodada como "La que nunca pudo ser una Black" ya que ella era la pareja de Regulus Arcturus Black.

Pero su relación tuvo momentos muy tormentosos y más de una ocasión se rumoraba que la pareja feliz no era lo que aparentaba h por ello nunca se llegó a consolidar su matrimonio.

—Ahh... ¿Dónde estarán estos niños? —murmura Rhea alcanzando a ver una cabellera negra.

Rhea conjuró un hechizo no verbal haciendo que unas lianas del árbol de su jardín capturarán al niño haciéndolo colgar de un solo pie.

—¡Eso no es justo! —bufa James Potter cruzándose de brazos— ¡Usaste magia tía Rhee!.

Al escuchar eso todos los niños salieron de su escondite para mirar a James quejarse.

—¡Eso es todo! —grita Teddy saliendo de un arbusto con su cabello teñido de verde para poder camuflarse— La tía Rhee está fuera.

—¡Que! —dice Rhee— Pero si es legal, en mis tiempos jugábamos así a las escondidas.

—Tú misma lo has dicho tía, en tus tiempos —acota el pequeño James encogiéndose de hombros.

—Además —dice Rose—, estamos jugando al estilo muggle sin magia así que Teddy tú también estás fuera.

—¡Yo! —responde indignado— ¿Porqué según tú?

—Tú cabello cambio de color.

—Eso actúa con por sí solo, no lo controlo.

Rhee suelta un suspiro aceptando que fue expulsada y dejando a los dos discutiendo sobre si hubo trampa o no, se acercó a James y lo desenredó haciendo que el niño se enredara en su cuello y ocultara su cabecita como un bebé.

—James, ya no eres un bebé. —Rhea trata de alejar un poco al niño.

—¡No, chi lo soy!.

Todos los demás infantes se rieron ante el berrinche del pequeño James.

—Mejor vamos a dentro, sus padres me reclamarán si se enferman.

Rhea guió a todos los niños dentro de su residencia para que empiecen a entrar calor, dejó al pequeño James en la sala con el resto de niños dirigiéndose ella a la chimenea y apuntando con su varita.

—Incendia —murmuró la castaña haciendo que el fuego empiece a quemar la leña.

—Tía cuéntanos la historia de los merodeadores —propone James acomodando a su hermano Albus en un pilo de almohadas.

—Sí, pero no de los Gryffindors sino de los Slytherins—dice esta vez Teddy.

Ante la mención de la casa de las serpientes Albus y Scorpius empezó a aplaudir y reír irónicamente.

—¿Por qué de ellos y no de los leones? —cuestiona Rhea sentándose en el suelo cruzando sus piernas, al instante Scorpius se sienta también en sus piernas.

—Por que el próximo año entraré y si me quedo en Slytherin seré tachado de malo— comenta Teddy un poco avergonzado puesto que sabe que su tía y abuela eran de la casa de las serpientes pero no eran malas.

—Antes de contarles la historia quiero que presten mucha atención todos ustedes —señala Rhea a Rose Granger-Weasley, James y Albus Potter quienes se distrajeron cuando Kreacher el elfo mágico tragó las galletas que Rhea pidió hacer esa misma mañana.

Teddy le pasó un fallera a Scorpius quien estaba con sus brazos extendidos para alcanzar una.

—Cuando entren a Hogwarts en la casa que estén no determinarán si son buenos o malos de acuerdo —todos los niños asintieron—, yo soy una serpiente y no soy mala.

—Sí pero papá dice que muchos de ustedes eran malos por preferir las Voldemort —comenta Rose refiriéndose a su padre Ron Weasley.

—Si bueno no todos nosotros tuvimos elección —murmura Rhee con melancolía peinando el cabello de Scorpius—, Albus sabes de ¿Dónde vienen tus nombres?.

El infante niega con la cabeza haciendo reír a Rhee ya que tenía sus cachetes inflados de galletas.

—Yo sé — responde James terminando su galleta— Papá dice que viene de dos directores que fueron valientes.

—¡Claro que no! —interrumpe Rose— Mi padre dice que solo uno era valiente mientras que el otro solo les hacía la vida imposible a él, a mamá y al tío Harry.

Rhea sesea mientras le limpiaba la boca a Scorpius— Bueno, antes de que nos desviemos del tema tengo que decir que el director que conocieron sus padres era muy diferente al que yo conocí y que tu padre conoció Teddy —señala.

—¿Pero cómo? —cuestiona Teddy ahora que su cabello estaba azul por la intriga.

—La guerra y la pérdida de nuestros seres queridos es lo que nos hacen cambiar, Albus Domblendor fue un hombre valiente a su modo pero cuando le pedimos ayuda, mis amigos y yo no nos lo ofreció, nos dejó que vayamos a la primera guerra y se derramara mucha sangré.

»Mientras que en la segunda guerra Severus Snape hizo todo lo que estuvo a su alcance para proteger el último recuerdo de la persona que amó, Severus no era perfecto ni tampoco Albus los dos cometieron errores que costaron la vida de algunos a los que ellos apreciaban o solo eran los peones en un plan.

—No entiendo tía —cuestiona James— ¿Qué tienen que ver ellos con la historia?

—¿Qué tiene que ver? —ironiza Rhee— Tienen mucho que ver, pero a lo que me quiero referir es que sea a la casa que vayas Teddy y todos ustedes encontrarán maldad por que esa es la naturaleza de todos nosotros

»Existe una luz y una oscuridad en nosotros a veces no tendrán elección o harán cosas que para otros se verá mal o bien y es ahí donde entra los valores que sus padres les inculcaron o incluso yo.

—Como el no juzgues a un libro por su portada —acota Teddy.

—Exacto, los tiempos cambiaron para ustedes y tienen que aprovecharlo.

—Bueno ya tía cuéntanos la historia. —dice impaciente James.

—Si que llevas con honor el nombre de tú abuelo —ríe Rhee ante el recuerdo de que el mismo James Potter era muy inquieto e impaciente cuando estudiaban.—. Bueno todo comenzó en...

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