⌗ amarantos : guapoduo ˚

Mejores Amigos

Roier

Recuerdo que a los 4 años ingresé al kinder, las maestras le dijeron a mi mamá que yo podía pasar un día entero con los niños del aula para ver si me gustaba el ambiente para así pagar la matrícula, si dado el caso de que no me gustaba el ambiente iríamos a otra escuela.

Llegué al aula y los niños estaban en medio de un trabajo en clase, la maestra me sentó en medio de dos niños.

—¿Quieres hacer el mismo trabajo que hacen los otros niños?— me preguntó de manera suave para no distraer a los otros niños.

—Si.

Es lo único que le contesté para que a los segundos me entregará la misma hoja de trabajo que tenían los demás, me enfoqué en hacer el trabajo en clase.

Estaba coloreando una manzana cuando siento que alguien toca mi brazo, al voltearme a la derecha vi a un niño de cabello negro y ojos violetas.

—¿Cuál es tu nombre?

Pensé que me pediría ayuda con el trabajo y no preguntar por mi nombre aunque tenía un acento gracioso.

—Roier.

—¿Y cuál es tu nombre?— mínimo quería saber eso.

—Spreen.

Escuché una voz a mi izquierda y era un niño con pelo castaño con un raro pero bonito mechón blanco.

—Yo me llamo Cellbit— dijo y me dedico una suave sonrisa.

—Cellbit es mi mejor amigo y ahora que vos estás aquí seremos tres en el grupo—mencionó Spreen con una repentina emoción.

Genuinamente no tenía ni la menor idea de lo que ese niño decía, que alguien de la nada te diga que serás su amigo y parte de su grupo saca de onda a cualquiera si eso es lo primero que te dice un extraño.

—Não dê atenção a ele, espero que juguemos juntos más tarde Roier.

Me sorprendió que hablara en otro idioma, eso explicaba su acento al hablar español.

—Me gusta como hablas Cellbit, se escucha muy bonito— nada mejor que la honestidad.

Se escuchó una leve y tímida risa de parte del niño, me gustaba su risa.

—Gracias Roier.

—¿De dónde sos vos Roier?— inesperadamente Spreen nos interrumpió.

—Soy de México. ¿Ustedes de donde son?— no me iba a quedar con la duda.

—Yo soy de Argentina.

Volteé a ver a Cellbit, también tenía curiosidad de saber de dónde es.

—¿De dónde eres tú Cellbit?

—Yo soy de Brasil si quieres te puedo enseñar un po-

—Niños les voy a pedir que hagan silencio por favor.

Sin duda ninguno de los tres esperaba que la maestra nos interrumpiera o nos mandara a callar, solo asentimiento y volteamos a ver nuestros papeles y seguir trabajando, al ver qué ella se retiró nos volteamos a ver entre nosotros y nos reímos silenciosamente.

Estoy seguro que con estos dos seremos mejores amigos y nos divertiremos mucho.