CAPITULO 1

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Unos quejidos sonaban fuertemente en una oscura habitación.

—¡Ah! — el gemido subia de tono cada vez más— ¡Eddie~! — sus uñas se clavaban en la espalda de su entonces marido .

Las caderas se movian frenéticamente llegando a hacer movimientos circulares, y golpeando su trasero en la polla gruesa. Logrando que por esas embestidas bruscas el liquido seminal saliera chapoteando alrededor de sus glúteos y piernas del rechoncho.

El pelinegro se encuentra cabalgando al pelirojo montandolo como si su vida dependiese de ello.
Mientras que el último mencionado siente como el aire se le va, las auto-embestidas que recibe su falo hace que se hinche más y una ola de placer lo recorra toda la columna vertebral.

—¡Ah! — por la sonrisa picara de Frank salia un fino hilo de saliva, Eddie solo queda estupefacto, solo el esta tomando de una manera a Frank, ¿el cariño? ¿Es eso lo que le da un toque especial? Es lo mas preciado que jamas pudo imaginarselo, su mirada se dirigen a sus manos son tan grandes que puede esconder las caderas anchas de su esposo, las masajea con mucho cuidado, sin embargo es sacado de aquella acción. El tipo delgado lo besa tan desesperado, siente como parte de la saliva sale por las comisuras de los labios mientras que el ni se inmuta, le gusta el sabor de sus labios, son dulces, ¿un sabor a vainilla y cereza?, calientes, ardientes.
El de piel gris empuja su lengua más adentro por lo que ahora estaban explorando la cavidad bucal del otro, juegan y juegan, haciendo una guerra que ambos no quieren perder.
Quiere explorar más allá de lo prohibido .
No fue hasta que sintio como su pene tocaba algo que hizo vibrar, algo que hizo que el pelinegro se separara abruptamente del pelirojo para dar un gran gemido, su cabeza dio hacia atras.

Y el Sr. Dear... El esta sin habla.

Sensaciones unicas, un placer que no había experimentado al ver la cara del hombre delgado.

—¡AH! ¡Mierda, Eddie! ¡Sigue! ¡Sigue! ¡Ahh! — El mencionado no tenía habla, solo esto, estaba hipnotizado al ver cómo su esposo se auto-follaba con su virilidad era lo más erotico, hipnotizado por aquellos movimientos sensuales, hipnotizado por las miles expresiones que Frank podia hacer, las maravillas carnales.
Estaba muy, pero muy adentro de frank, y eso, eso le encantaba.
Ver a frank desnudo era como si viera una obra de arte, ¡ESO! una bella obra de arte que trazaron con el amor más puro y el pincel más caro, no, no era el pincel... Era el amor con el que formaban esa pintura.

Entonces...

El era un condenado pintor en busca de amor... ¿y Frank era esa perfecta pintura que no pudo crear otra igual a el?.

— ¡Te amo tanto! — miraba como este le gritaba mientras tomaba su mano y la ponia en su pecho. Siente el corazón de su amado latir.

—Frank... — tomo la cadera de frank, ese cariño... El amor del como las tomaba, el cuidado.

—Eddie... Ah~ —.

—Yo... Yo te am-... —sus palabras quedaron mudas.

Siente como la entrada del investigador se contraia, siente como su polla se endurecia más y más.
Frank por su parte recibia todo muy gustoso. Solo se dedicaba a gemir escandalosamente, el cartero no se queja, al contrario le exita ver como este esta necesitado cada vez más.

Sintio una necesidad parecida a la de orinar, no queria arruinar el momento.
Queria hacerlo, pero amaba a frank.

—Me... Estoy a punto de venir. — dicho esto procedia a sacar el miembro de la entrada.

—¡No! — Frank con sus piernas rejunto al gordito de la cintura, dando asi una golpiza a su punto G, ya que habia  metido el falo con una extrema rapidez— ¡AH! — su cabeza dio para atras abriendo el paso a esa rica y jodida sensacion que le hizo ver colores vibrantes, no solo el sintio la llegada al cielo, Eddie también, su piel se erizo, solto un gemido ahogado, en realidad no esperaba algo asi de parte de su marido— ¡Eddie ...ah!~ ¡te amo tanto!, Te quiero... ¡AH!— mordia su labio inferior, mientras sus ojos seguian cerrados, mostrando una diferente expresión en su cara al recibir cada dura y fuerte embestida.
Poco a poco por ello sentía como sus piernas flaqueaban, sin embargo luchaba por abrirlas mas, para sentir al gordo cada vez más adentro.

Una, dos, tres...
Esas fueron las embestidas para salir disparando su semilla dentro de frank.
Por lo que se sentia, era mucha, demasiada.
El flaco por su parte tenia una expresión de relajo mientras sus ojitos cerrados soltaban esas cristalinas lagrimitas, su boca formaba una sonrisa.
Se quedo dentro del pelinegro unos cuántos minutos, aferrandose a aquella sensación.
Pasaron al menos 6 minutos y salio de este poco a poco, teniendo cuidado de no lastimarlo, abrio su mirada al sentir el frio en su virilidad.
Se fijo en Frank, quien a sus ojos estaba bellisimo. A pesar de que en realidad se miraba desgastado, sudado pero feliz.
Miro su entrada viendo como el semen salia de este, manchando la sabana roja.

Eddie se estaba exitando de ver como habia dejado a su esposo.
Y la verdad lo que le salia era mucho, y muy pero muy espeso.
El se acuesta al lado del hombre gris.
Se quiere acurrucar con el amor de su vida.

—Eddie... — el pelinegro acaricia el pecho del rechoncho, este ultimo solo se acomoda bien para recibir ese tacto deseado.

— ¿Si cielo? — pregunta, sus ojos se encuentran cerrados, solo disfruta de la compañía de su amado. Solo Frank y el.

—Despierta... —

—¿Eh...? —

—Despierta —

Fue lo que dijo para que el cartero abriera sus ojos dandose cuenta de la cruel realidad.
Estaba a oscuras en su pobre habitación.

—Hay no... Otra vez —dijo retirando las sabanas que estaban mojadas, miraba su boxer como el liquido blanco traspasaba la tela. —Soy un maldito degenerado —

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2023 ⏰

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SWEET DREAMS -Franklydear-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora