The Rise of the Darkness

Capítulo 2 - Zevran Xylander

Silencio.

El silencio inundaba toda la habitación, sólo siendo interrumpido brevemente por el crepitar del fuego, encendido en una pequeña chimenea, que proporcionaba la calidez necesaria cuando el crudo invierno azotaba la gran isla de Brickblaze.

La tranquilidad y el silencio siguieron reinando en aquel recinto, hasta que un sonido diferente invadió el espacio. Un sonido que revelaba que alguien se acercaba a la habitación, con pasos que poco a poco tomaron mayor intensidad, hasta que se detuvieron ante el portal. Dos golpes débiles, apenas audibles, dieron contra la fina madera, para que después la perilla diera vuelta gracias a unos dedos delgados y larguiruchos.

Un escuálido ser humano hizo el ademán de entrar, más no se atrevió.

- ¿Se... señor? -, titubeó tímidamente el sujeto.

Sentado en una silla cubierta de cuero oscuro, detrás de un escritorio de roble, se encontraba la persona que el personaje delgado estaba buscando. Con cabello corto oscuro y un rostro que denotaba experiencia y dureza, a pesar de solamente tener 40 años, el hombre imponía presencia y respeto. Su mirada, severa, estaba oculta tras sus párpados, que no se movieron ante el llamado.

- ¿Señor Xylander? -, repitió el débil hombrecillo, aunque no tan seguro.

- Shhh... -, los labios de Xylander apenas si se movieron, pero su ruido sonó claramente. Apenado, el sujeto, de apellido Blake, cerró la boca, justo cuando iba a volver a hablar - Estás perturbando el sonido del silencio.

Confundido, Blake no pudo hacer más que permanecer callado. Era perturbador tener que servir a un hombre como Xylander. Vamos, era la mente más prometedora del siglo, sin mencionar que su ideología había llevado a la revolución a Brickblaze y ahora no sólo era la persona más inteligente en el país, si no que también se encontraba liderando a la nación... aunque sus métodos eran poco aceptables para los gobernantes extranjeros.

Pasaron varios segundos de silencio incómodo, en los que Blake simplemente estaba parado, observando el fuego desde el portal, sin atreverse a mirar siquiera de reojo a su amo. Zevran abrió los ojos poco a poco, y miró a Blake como quien mira a una alimaña antes de matarla. A Blake se le heló la sangre, y Zevran sonrió maquiavélicamente al ver el gesto de su sirviente. Le encantaba ser temido. Tarde o temprano, las demás naciones también aprenderían a temerle...

- Dime que sucede, Blake, antes de que te saque de aquí... probablemente en un saco para cadaveres o en una simple bolsa de basura...

- No habrá necesidad de eso... no, señor -, respondió el aludido, temblando de pies a cabeza. Trabajar con el señor Xylander era un martirio, si bien el Emperador era un prodigio en cuestión a su inteligencia, no había llegado al trono leyendo libros, si no que su brutalidad era muy bien conocida Pero tenía que aguantar. Había conseguido el trabajo hacia poco y la paga era muy buena, de algún lugar tenía que salir dinero para la manutención de su familia. Y las medicinas de su pequeño niño enfermo no eran para nada baratas, pues todas eran importadas desde el exterior del país.

- Aún sigo sin escuchar la razón por la que has interrumpido en mi biblioteca... -, dijo mientras acariciaba con suavidad y lentitud el mango de un cuchillo que tenía sobre su escritorio.

- Oh, lo siento, señor... no... no fue mi intención -, realizó una reverencia como forma de disculpa, temiendo por su vida ante el terror psicológico que su jefe le estaba causando, y continuó -. Lo que pasa es que... que... fui informado... me informaron para que le informara... que el último grupo anti-revolucionario ha caído.

- Excelente -, Los ojos negros de Zevran brillaron al escuchar esa noticia. No habían tardado en surgir grupos contrarios a su gobierno en cuanto tomó las riendas del país. Durante un momento fueron una grave complicación, aunque claramente sus fuerzas eran más poderosas y se habían encargado de eliminar a todo opositor. Ahora por fin podría iniciar sus planes y comenzar a construir su gran imperio... -. Ve con el general Hawke y dile que ordeno que venga en este mismo instante.