013

960 74 0
                                    

Aviso¡!: Lenguaje sexual eplícito





MARINA





NUNCA HABRÍA PENSADO NI DE LEJOS CON QUE DESPUÉS DE decir que iba a sacar una canción dentro de dos días iba a atener a cinco pilotos de Fórmula 1 a mi alrededor pidiendo que les enseñará ya el video. 

- Necesito saber una cosa, solo una cosa. - Me dijo Carlos una vez ya estábamos solos en mi habitación.

- Dispara. - Sonreí.

- ¿Va con indirecta a Lando? - Alzo una ceja.

- Supongo que tú debes de ser el inteligente del paddock. - Reí sorprendida. - Toda la canción es una indirecta hacia él, literalmente la escribí cuando nos enfadamos porque me di cuenta de que lo extrañaba muchísimo entonces hice la canción, así que si, es básicamente para el señorito Norris. - Mire al español frente a mi. 

- Dudo mucho que él se de cuenta de que se la has dedicado. - Negó con la cabeza sonriendo.

- Lo sé, pero hay un verso que solo él lo entenderá así que igual por eso se da cuenta. - Hable tratando de buscar esperanzas.

- Lo dudo, ya sabes como es, o se lo deletreas o no lo entiende. - Me miro divertido.

- Me lo vas a decir a mi. - Reí.

- ¿Me la enseñarás a mi primero? - Hizo puchero.

- Ya quisieras chili, yo voy a ser el primero. - Hablo el piloto de Mclaren pasando su brazo por encima de mi hombro.

- Lo veréis todos a la vez. - Respondí sonriendo.

Lando y Carlos se llevaron una mano al pecho ofendidos. Después de eso Lando y yo volvimos a nuestra habitación para ponernos el bañador ya que vamos a ir a la piscina del hotel. Cuando salí del baño Lando me miró de arriba abajo sonriendo divertido mientras pasaba sus manos por mi cintura.

- ¿No te parece mejor quedarnos un rato aquí? - Comenzó a jugar con el nudo de la parte de arriba de mi bikini.

- Estas jugando con fuego Norris... - Hable rozando mis labios con los suyos.

- Cariño, me encanta quemarme. - Y dicho esto junto nuestros labios.

Se deshizo de mi bikini con rapidez para después empujarme a la cama logrando que él quedara en medio de mis piernas. Comenzó a repartir mordiscos y lamidas por mi cuerpo dejándome marcas. Cuando llegó a mis pechos no tardó mucho en capturar uno con su boca y el otro con su mano.

Cuando comenzó a descender mis gemidos se volvieron más fuertes, era imposible que me callara si tenía al chico dulce y divertido de Mclaren haciendo maravillas en mi cuerpo. Sentí como dejaba besos en el interior de mis muslos logrando que mi piel se erizará.

- ¿Tan mojada estás por mi preciosa? ¿Que quieres que haga contigo? - Paso uno de sus dedos por mi centro arrancando un fuerte gemido de mi garganta, estaba desesperada.

- Mi amor... - Suspiré notando como no me quedaba paciencia.

- Palabras, preciosa, palabras. - Su voz ronca en mi oído me produce un orgasmo instantáneo.

- Lando, cógeme ya boludo. - No tengo tiempo para pensar que decir en inglés, lo necesito YA.

- No lo entiendo cariño, tendrás que decirlo en inglés. - Dejó un beso en mi húmedo centro.

- Fóllame Lando, ponme en todas las posturas que quieras, haz lo que quieras conmigo, pero joder tan solo fóllame. - Hable notando como mi desesperación llegaba a su límite.

- ¿Hacerte todo lo que quiera? - Su mirada pervertida me invadió.

- Lo que quieras. - Suspiré.

Metió tres dedos dentro de mi de un solo movimiento mientras comenzaba a hacer maravillas en mi centro con su lengua. A este paso me vengo con tan solo verlo. El orgasmo estaba a punto de alcanzarme cuando Lando aceleró sus movimientos logrando que me corriera en segundos.

- No hemos acabado preciosa. - Juntó nuestros labios unos segundos. - A cuatro.

No tardé nada en ponerme en la postura que se le antojaba. Note como se bajaba el bañador y algo me pegaba en el trasero, movió su miembro acariciando mi trasero con este mientras su aliento en mi oído provocaba que me humedeciera.

- ¿Lo ves preciosa? Como me pones con tan solo verte. - Susurro en mi oído.

Y sin decir nada más se hundió dentro de mi. Ni siquiera esperó a que me acostumbrara su lado desesperado salió a la luz con sus embestidas violentas y fuertes. Sus manos agarraban ambos lados de mi culo dejando marcas. Mis paredes se apretaron alrededor de su miembro cuando note un cosquilleo subiendo por mis piernas. Los movimientos de Lando se aceleraron, ambos estábamos por llegar al orgasmo.

Mi orgasmo recorrió mi cuerpo en cuestión de segundos mientras que el de Lando tardó en llegar, pero aún así note como un líquido caliente me llenaba lentamente. Lando salió de mi y se tumbo a mi lado, pero sin decir nada me senté sobre él y me dejé caer en su miembro. Y como esa postura vinieron más como la bicicleta, el sesenta y nueve, pole position... perdí la  cuenta de las rondas en la onceava.




[...]




Abrí los ojos lentamente al notar como algo se movía sobre mi vientre, mire hacia abajo encontrando a un Lando tratando de seguir durmiendo sin la molestia del sol. Acaricié su cabello un rato hasta que se comenzó a despertar.

- Buenos días preciosa. - Murmuró antes de dejar un casto beso sobre mis labios.

- Buenos días mi amor. - Murmure mientras observaba como el piloto hacia figuras en mi vientre.

Estuvimos un rato más en silencio mientras Lando hacia figuras en mi vientre y yo acariciaba su cabello.

- Vamos a desayunar. - Hablo Lando levantándose de la cama cuando su estómago comenzó a rugir.

- Claro. - Me intente levantar, pero una punzada en la entrepierna me lo impidió.

- ¿Estás bien preciosa? - Lando se acercó a mi preocupado. 

- Estoy bien, venga vamos. - Me levanté tratando de hacer que la punzada desapareciera, pero eso solo empeoró.

Cuando trate de caminar hacia el armario me caí de culo porque no tenía siquiera sensibilidad en las piernas. El boludo este me ha dejado sin caminar, voy a tener que ir en silla de ruedas.

- Mi amorrrrrr. - Lo llame desde el suelo.

El británico volvió a aparecer en mi campo de visión, cuando me vio no pudo evitar soltar una carcajada que se tuvo que callar porque lo mire bastante mal. Me volvió a tumbar en la cama mientras se aguantaba una gran carcajada.

- ¿Fui muy fuerte ayer?

- Demasiado fuerte.

ARGENTINIAN GIRL ; LANDO NORRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora