¿Alguna vez han sentido una profunda tristeza?
Como poco a poco te va consumiendo.
¿Cómo dejas de amar a alguien que ya no está contigo?, esa era una pregunta recurrente en mi cabeza.
¿Cómo lo olvidas?, ¿Cómo sigues?, ¿De dónde sacas la fuerza para siquiera pensar en intentarlo?
Antes no entendía como el amor podía influir tanto en las personas, cambiándolos por completo, haciéndolos hacer cosas que jamás creyeron que harían.
Para mí era estúpido sufrir por algo tan innecesario como el amor.
No lo entiendes hasta que lo vives en carne propia, no es sino hasta que estas tan perdidamente enamorado de alguien, que harías lo que sea con tan de permanecer a su lado.
El amor puede hacerte tan fuerte y tan débil al mismo tiempo.
Yo sabía eso muy bien.
Definitivamente solo el amor puede doler así.
—Hija -habló apoyada desde el marco de mi puerta- Solo quería decirte que te deje de cenar abajo, por si tienes hambre.
No tenia hambre.
—La señora Méndez quiere verte amor --acomodo suavemente su cabello detrás de su oreja derecha, siempre hacia eso cando estaba nerviosa- Quiere saber cómo estás.
— ¿Quiere saber cómo estoy? -me removí entre las sábanas- ¿Se acaba de suicidar su hijo y le importa cómo estoy?
—No hables así, sabes que la señora Méndez te tiene mucho cariño - mi madre se sentó en el borde de mi cama- Tendrías que ir a verla, acompañarla en su dolor.
—Lo odio -solté- No quiero volver a hablar de él, ¿Escuchaste?
— ¡No tienes por qué hablarme de esa manera! -elevó la voz con un gesto completamente serio-
—No deberías hablar así de la persona que conocías desde siempre, la que fue tu pareja por tres años y la que te amó con todo su corazón hasta el final -la voz de mi hermana se hizo partícipe desde la puerta de mi habitación-
— ¿Me amo hasta el final? -reí amargamente- Todo fue una mentira, todos los momentos que pasamos juntos fueron una mentira.
—La pérdida te está cegando mi niña -acarició mi mejilla- Debes tratar de olvidarlo...
— ¿No confiaba en mí? –negué, si tan solo hubiera prestado más atención, tal vez hubiera podido hacer algo más por el- Nunca dijo que tuviera problemas, se lo guardó para él, él quería esto –mi madre negó-
—Trata de dormir un poco y ya no pienses en lo qué pasó -ella se incorporó- Vive hija, vive por ti.
Ambas me dieron una última mirada y salieron de mi habitación.
¿Cómo se supone que iba a hacer eso?, no podía simplemente tragar todo el dolor que tenía atorado en mi pecho y seguir adelante con una sonrisa.
No, creo que no podré hacerlo, jamás voy volver a amar otra vez, nunca volveré a sentir de nuevo.
Lucas me mató el día que se suicidó.
3 meses después.
12 de agosto de 2008.
Búfalo, Nueva York.
El rechinido característico que hace la puerta de mi departamento al abrirse me hizo suspirar pesadamente, sabía lo que venía.
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𝘌𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘷𝘪𝘥𝘢
Genç Kurgu𝙀𝙨𝙩𝙤𝙮 𝙘𝙤𝙣𝙫𝙚𝙣𝙘𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙞𝙜𝙤 𝙝𝙞𝙘𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙟𝙤𝙧 𝙚𝙡𝙚𝙘𝙘𝙞ó𝙣, 𝙣𝙤 𝙝𝙖𝙮 𝙢𝙤𝙩𝙞𝙫𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙗𝙪𝙨𝙘𝙖𝙧 𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙢á𝙨, 𝙢𝙞𝙨 𝙤𝙟𝙤𝙨 𝙮𝙖 𝙣𝙤 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚𝙣 𝙢𝙞𝙧𝙖𝙧 𝙖 𝙣𝙖𝙙𝙞𝙚 𝙢á𝙨, 𝙩ú �...