El aburrimiento me estaba matando... Eran las fiestas anuales de mi pueblo pero eso ya no me emocionaba. No era lo mismo como cuando era niño.
Decidí salir a caminar, así que me abrigué y me intenté arreglar un poco el cabello aunque no tenía caso.
Eran alrededor de las 7 pm, mientras caminaba iba observando el rostro de las personas que pasaban a mi lado. Llevo 16 años viviendo en este pueblo y no reconocía a nadie.
Concluí qué el motivo de esto eran las fiestas, dado qué venían personas de diferentes lugares del país. Me sentía como en una película caminando entre tanta gente.
Me causaba risa el ver a las chicas mirándome de reojo, nunca había sido atractivo en mi vida pero eso había cambiado... Era casi como si fuera omnipotente. (tal vez solo era mi ego)
Llegué al parque principal, la verdad no sabia que hacer, solo salí por aburrimiento. Así que me senté a seguir observando todo.
Todos se veían tan... Normales, eran como un montón de peones moviéndose sin un destino fijo. Era algo hipnotizante no obstante seguía aburriendome.
Hasta que la ví, Su figura derramaba distinción, tenía una camiseta de LeBron tan grande que generaba una ilusión de no tener nada debajo... Sentí como mi piel se quemaba de la exacerbada lascivia qué originaba en mi.
Podía divisar una aurora boreal en el brillo de su sedoso cabello, era un maldito oasis esta chica. podia hasta crear un defecto si lo perfecto me asustase.
Era una perla entre cientos de piedras, tenía toda mi atención.
El aburrimiento me empujó a acercarme, la saludé... Su voz era incluso más dulce que su semblante. Con un simple "Hola" despertó miles de cosas en mi.
Continúe la conversación con normalidad, empezamos a caminar por impulso.
Inclusive su manera de hablar era elegante, sus labios se movían en finos trazos formando una obra de arte qué era su rostro.
Cuando salí de esa burbuja noté que estábamos llegando a mi casa.
Sentí un masivo escalofrío recorriendo mi espalda hasta llegar a mi cuello.
