Siete Pecados Y Un Demonio

Cap 1

Nadie espera despertar con una gran caja al lado, marcada con un nombre artístico de asesina.

-¿Qué demonios?-

Con cautela, se incorporó y abrió la caja con cuidado, sintiendo que podía ser algo peligroso. No siempre tenía esa sensación, pero esta vez era diferente.

Retiró la cinta, levantó las dos tapas de cartón y, dentro, encontró una tablet Apple color oro rosa y, al lado, un vestido negro con detalles dorados.

-¿Qué se supone que haga con esto?- murmuró con una ligera risa.

-Vernos, cielo- respondió una voz desde el dispositivo apple.

Miró a su alrededor, pero no vio ninguna amenaza. Volvió a enfocarse en la caja.

-Amorcito, te esperamos en esta dirección. Si no vienes, irán por ti- dijo la voz.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que provenía de la tablet. Frunció el ceño con confusión y algo de curiosidad. ¿Cómo sabían su nombre?

-¿Y se supone que debo ponerme esto sí o sí?- miró la pantalla como si fuera a responderle.

-Si quieres quedar bien con nosotros-

Observó la tablet con indiferencia y la encendió.

-No te enojes, hermosa. No nos gusta verte mal-

Su ceño se frunció aún más, ahora con molestia. Tomó una de sus pistolas y, antes de disparar, la pantalla mostró un video.

En la grabación se veían siete chicos, algunos más altos que otros, con cabello castaño, rubio o naranja. Todos llevaban máscaras.

-Hermosa, te esperamos-

Al final del video, apareció una dirección. No estaba en su pueblo, pero quedaba cerca.

Su mirada se volvió asesina.

Decidió no ir, así que encendió la televisión y, mientras veía las noticias, se quedó dormida.

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Al despertar, subió a su habitación, se duchó y dejó que el agua recorriera su cuerpo. Luego se puso un short corto, un crop top negro que resaltaba su figura, unas botas y guardó una navaja. Se maquilló ligeramente, ya que iba a una fiesta en busca de más personas que cayeran en sus juegos.

Al salir, escuchó el sonido del auto de su mejor amigo.

-¡Hola, Emi!- dijo Jake con entusiasmo.

-Hola, Jake. ¿Cómo estás?- preguntó mientras se abrochaba el cinturón.

-Bien, emocionado. ¿Y tú?-

Sonrió antes de responder:

-Bien-

Jake encendió la radio y manejaron hasta la fiesta.

Cuando llegaron, vieron que era en un casino. Jake la miró con emoción, tomó su mano y la arrastró hasta donde estaban sus amigos.