Capitulo 4: Una noche con mi jefe.

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Nada más con entrar al evento, todos empiezan a saludar a Alexander, por lo visto es muy conocido él les devuelve el saludo y enseguida me presenta, el solamente se limita a decir que soy su compañera, no da explicaciones, en todo momento estoy cerca suyo, o de su mano me la ha tomado apenas le he solado el brazo, creo que no quiere dejar nada a la imaginación, vamos hasta donde hay un grupo de personas; tres chicas muy guapas y muy elegantes se nota su muy adinerada vida, dos señoras de igual forma muy elegantes y hay tres señores, al ver a mi ahora novio enseguida lo saludan eufóricamente mientras yo me limito a mirar y a esperar a que el me presente;

—Alexander, ¿Qué tal hijo? —le saluda uno de los señores y lo abraza dándole unas palmadas en la espalda—tanto tiempo sin verte y dime, ¿Quién esta bella señorita? —presta su atención en mí.

—Hola buenas noches a todos, ella es Valeria mi "novia"—recalco la última palabra, me extraña que hasta este punto si se haya dignado a decir que lo soy, da igual pero que cambio, si antes decía que era su compañera.

—Buenas noches, es un gusto poder estar aquí y poder conocerles—me limite a decir, la verdad ya todo es un poco incómodo para mí, la chica de vestido verde no dejo de mirarme desde que llegue, y más cuando Alexander dijo que era su novia, algo me dice que esta chira era algo suyo, si no es que todavía.

—Eres una chica muy linda—me dijo la señora que estaba a mi lado derecho—mi nombre es Magdalena, un gusto—se presentó y me abraza y besa mi mejilla en forma de saludo

—Muchas gracias Doña Magdalena, el gusto es mío—le devolví el saludo, al fin alguien que me agrada desde que llegue, algunos me han mirado con perversión, otros con superioridad y muchas de las chicas ni siquiera me han mirado, supongo que el culpable tiene nombre y apellido.

—Soy Daniela, ¿dime cuanto llevas con Alexander?, ¿Dónde se conocieron? —me interroga la chica que antes me miro con ojos de trepadora

—Yo eh...—El me corta enseguida.

—La conocí en un viaje de negocios—menciona y centra su mirada en mi—desde el primer instante en que la vi supe que debía hacerla mi novia, nos llevó un poco de tiempo claro, pero tiempo que valió la pena—wau, cualquiera diría que habla enserio, pero es obvio que no, eso lo acaba de inventar

—¡Ay!, que adorables, hacen una linda pareja—declaro una muy sonriente Magdalena

Si las miradas mataran yo ya estuviera bajo tierra, Daniela me está mirando con tanto odio que me comencé a sentir incomoda, no sé qué tiene o tuvo esta chica con Alexander, pero no quiero tener nada que ver, odio los triángulos amorosos, después le pediré explicaciones sobre esto. La noche paso entre copas, risas y miradas asesinas. Alexander no me dejo ni un minuto sola lo cual le agradezco, cuando no me tomaba de mi mano me abrazaba por la cintura, vaya que esto era muy serio para él, se tomó muy enserio el papel. De un pronto a otro se vino una tormenta, a lo cual las personas empezaron a marcharse, se veía que era un tiempo muy peligroso y todos debían partir a casa, nosotros nos despedimos y salimos en busca de su auto, definitivamente no es bueno estar en la calle con este temporal endemoniado, íbamos de camino y ya iba muy nerviosa por la fuerte lluvia y rayos

—No podemos estar en la carretera con esta lluvia Señor, debemos parar en algún sitio—llamo su atención un poco aterrada

—Deja de llamarme así—me reclama—prometí llevarte a casa y eso hare—inquiere sin despegar su mirada de la carretera

—Lo sé, pero esto es un ¿atentado lo sabes? —le hago saber

—Cállate me pones nervioso—estúpido este, nerviosa estoy yo—mi casa está más cerca Valeria, te llevare ahí y apenas pase todo te llevare a casa—me hace saber. a lo que asiento, pero como no me está viendo le doy un si en respuesta.

Unos minutos más tarde nos encontramos afuera de su casa, casa no, mansión me pregunto si vivirá solo. Nos adentramos hasta puerta principal para luego abrir, me deja pasar de primera y cierra apenas el entra,

—Puede sentarte, iré a bocarte algo para que te cambies y abrigues—dijo y luego se fue a la que supongo es su habitación, es una casa muy bonita, es muy grande para una sola persona, pero quien soy yo para juzgar, me siento en uno de sus sillones y me acurruco conmigo misma, hace frio, al cabo de unos minutos aparece con ropa

—No tengo nada que te quede, pero puedes ponerte esto—me tiende lo que tiene en manos—puedes ir a ese baño—me señala una puerta que esta ahí mismo en la sala, le doy las gracias y voy hasta ahí.

Miro lo que me dio y consiste en una camisa gris grande, un bóxer negro y unas medias negras, esto me va a quedar nadando, pero es lo que hay, me quito el vestido y me pongo lo que me dio, doblo lo que me quito y salgo del baño un poco incomoda ya que me queda como un vestido su camisa, pero uno muy corto, al salir pongo la ropa en una mesita que está en la entrada del baño. El aparece con dos tazas me mira de arriba abajo y me tapo mis pechos ya que ando sin sostén, con el vestido no era necesario usar, el dirigió su mirada ahí unos segundos y luego me mira a los ojos

—Un poco grande, pero te queda bien—me dijo un poco ¿nervioso? —toma, prepare chocolate—me extendió la taza enseguida la cojo y le doy las gracias, nos sentamos el enfrente a mi

Mire mi móvil para ver la hora; 11:25 pm, mierda debería de estar durmiendo y la tormenta sigue igual. Lo único bueno es que mañana tengo libre.

—Valeria, creo que tendrás que quedarte a dormir acá, la tormenta no parara a menos no por las siguiente dos horas—dijo para mirarme—y me imagino que has de estar cansada—se pone en pie

—Lo sé, pero no quiero incomodarte ni mucho menos molestar—le aclaro para que no piense cosas

—Es mi responsabilidad de que esta noche estés segura, además ya es tarde, debes descansar—camina en dirección a su habitación—te mostrare donde dormirás—enseguida voy detrás de él.

Es la habitación que queda a la par de la suya, enciende la luz y puedo obsérvala bien, tiene una cama matrimonial en centro, con sábanas y cobijas beich las cortinas de un color dorado haciendo contraste con el piso, a mano izquierda hay una puerta supongo que es el baño, y ala derecha hay un sillón y una mesita, es muy bonita

—Ponte cómoda, en el baño hay de todo lo que necesites, siéntete libre de usarlo que ocupes—menciona sostenido el capo de la puerta—Que descanses Valeria—y sin esperar mi respuesta se va

Voy al baño hago mis necesidades, cepillo mis dientes y enseguida me acuesto, me puse a pensar en micha pobre pasara la noche solo sin su mami, por dicha le deje suficiente comida como que sabía que algo iba a pasar, eso me deja más tranquila y que pueda dormir, mañana a primera hora iré a verle. Doy vueltas en la cama sin poder dormir, esa pregunta ronda en mi cabeza y decido ir por respuestas, me paro de la cama y cuando me doy cuenta estoy al frente de la habitación de él; "toc, toc", toque dos veces;

—Buchelter, estas despierto—no escucho nada del otro lado de la habitación, me resigno y cuando estoy apunto de irme se abre la puerta;

—¿Necesitas algo? —me pregunta apenas me ve, va sin camisa y con unos pantalones de pijama y mierda se ve tan jodidamente bien, me pregunto que será pasarle mi lengua por su abdomen—¿Valeria? —me llama sacándome de mis pensamientos, que pervertida y porque estoy pensado eso de mi jefe, alejo eso pensamiento y le miro un poco avergonzada

—Hay algo que quiero preguntarte, no podía dormir tampoco—le menciono con la voz entrecortada, al ver que no me responde, pero espera que le haga la pregunta y eso hago—¿Quién es la chica del evento en tu vida?, Daniela, ósea me refiero a que si tu estas con ella y solo buscabas darle celos no me importa, pero no quiero ser un tercero en sus vidas, así que—no me dejo terminar y solamente dijo;

—No es nadie, ibas como mi pareja y eso hicimos, no debo darte mas explicaciones, buenas noches—cerró la puerta en mis narices

—¡IMBÉCIL! —dije tan fuerte para que el pudiera escúchame.

Voy a la habitación y me acuesto, la verdad es que aún me siento acalorada, por verle así e imaginármelo debajo de mí, eso provoco un cosquilleo en mi parte intima a lo que mi cuerpo reacciona abriendo un poco las piernas, con una de mis manos voy recorriendo desde mis pechos hasta mi estómago me detengo unos minutos ahí, pensando en si bajar más. Un rayo me hace pegar un respingo del susto y fue el causante de que se me cortara la imaginación, alejo esos pensamientos pecaminosos de mi mente y poco a poco caigo en los brazos de Morfeo.

A disposición de mi jefe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora