Capítulo 1

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El día llegó, la noche se alejó y era un nuevo día en la "vida" de Michael siendo un detective.
Era otro lunes "normal", Michael en serio odiaba el hecho de tener que despertarse tan temprano, se levantó sin ánimos de la cama, tomó un café frío, se vistió y salió en dirección a su trabajo.

—¡Oh, carajo!, odio los malditos lunes —dijo Michael, un poco molesto. —¿Por qué los días de descanso no son eternos? —se preguntó, mientras caminaba a su trabajo.

Al llegar a su despacho comenzó a trabajar en un caso que tenía pendiente... Hasta que le informaron que necesitaban que investigara el caso de un hombre de no más de 40 años, el cual había sido encontrado muerto en su departamento, su nombre era: " Michael Smith Müller ". Un hombre muy conocido en...
—¿QUE MIERDA ES ESTO? —grito Michael mientras se preguntaba si era una broma o no. —«Definitivamente si esto es una maldita broma encontraré al idiota que hizo esto», pensó Michael.

—Estos idiotas... ¿Desayunaron verga de payaso o qué? —se dijo a sí mismo, para luego agarrar el celular y seguir leyendo.

Aun que Michael se había convencido a sí mismo con que era una simple broma, no podía dejar de pensar demasiado.

—«¿Y si realmente estoy muerto?». —Esas eran las únicas palabras que se repetían en la mente de Michael.
—¡No!, no puedo estarlo —se dijo Michael a sí mismo. —. ¿Pero por qué hace días la gente ha estado  evitandonme?, es como si fuera invisible.
Michael tenía tantas dudas dentro suyo, hasta que sin darse cuenta se quedó dormido en su escritorio.

—¿Hola?, ¿Donde estoy? —preguntó Michael, mientras levantaba una ceja.

Al no obtener respuesta alguna, Michael decidió caminar en aquel lugar tan perturbador, era de noche y la única luz que lo acompañaba era la que desprendía la hermosa Luna. Aun que aquel lugar donde se encontraba tenía poca iluminación logró distinguir algunas cosas,  pero lo que más le llamó la atención fue el hecho de que en ese lugar habían tumbas.

—¡Oh, genial! Este es el mejor día para estar en un cementerio a solas y de noche, con nadie cerca al rededor y sobre todo en una área la cual no conozco —exclamó con un tono un tanto sarcástico—. En fin, ¿Que hago aquí? —se preguntó Michael, mientras miraba hacia arriba observando la bella luz de la luna.

Al poco tiempo se aburrió, y notó un camino lleno de pétalos de rosas rojas que al parecer hacían un camino hacia una tumba en específico, la curiosidad lo estaba matando y decidió seguir el camino de pétalos de esas rosas. No tardó mucho hasta llegar al final del rastro de aquellos pétalos, al final de esos pétalos notó que había una tumba, confirmando sus sospechas, se acercó más y logró ver que en la tumba tenía escrito algo...

   Rosas rojas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora