¿TÉ ROJO O TÉ VERDE? - Ramika - Casi Ángeles

Capítulo Único

          Después de la emocionante gira de los Teen Angers que finalizo a inicios 2011. Kika había decidido quedarse a vivir en el hogar mágico junto con los demás, aunque claro, Nico no quería que Kika durmiera en la misma cama que Rama y hubo una discusión de por medio, pero afortunadamente Cielo convenció a Nico de dejarles, ya que a final cabo eso les hacía bien a ambos, en especial Kika.

En ese tiempo Kika había adquirido la costumbre de vagar por sus pasillos en altas horas de la noche, cuando nadie más estaba y todo estaba a oscuras. Era una manera de conectarse con el pasado, o más bien futuro, y observar cómo las cosas habían cambiado, o más bien NO cambiado, con la construcción del Mandalay, afortunadamente reconocía los lugares, aunque definitivamente podía notar la diferencia en el tamaño del lugar y pintura, seguía siendo el Mandalay, un Mandalay en sus inicios.

Una noche, aproximadamente a las 2 de la mañana, Kika bajó a la cocina para buscar algo que la ayudara a conciliar el sueño, como era casi habitual en su recorrido nocturno. Allí se encontró con Cielo, quien estaba preparándose un té. La dulce sonrisa de Cielo la recibió cálidamente.

— Hola, Kika. — Preguntó Cielo amablemente. — ¿No podés dormir?

— Algo así. — Dijo de forma vaga.

— Últimamente, exploras mucho la casa.

— Es una costumbre que he adquirido, últimamente, de pasear por la casa y recordar. — Respondió Kika.

Cielo asintió comprensivamente y le ofreció una taza con agua caliente y dos cajitas con té.

— ¿Querés? – Le ofreció Cielo. — ¿Té rojo o té verde?

— Verde. — Contestó Kika, aceptando el té, Cielo llena la taza y añade la elección de Kika.

Kika tomó un sorbo y se sintió reconfortada por el sabor caliente del té verde.

— Y decime, ¿cómo te sentís viviendo acá en el Hogar Mágico? Es muy diferente al lugar que conociste antes, ¿no? Si querés podemos añadirle algo que te recuerde al futuro, algún color...

— No, no hace falta, en serio, me siento realmente cómoda con todo, estoy como en casa... Bueno, el Mand... Hogar Mágico es un lugar especial en todas sus formas y tiempos, y estoy feliz de poder estar acá. — Respondió Kika con sinceridad.

— Me alegra saberlo. Sé que a veces tenés dificultades para dormir. ¿Algo que te inquiete? Sabes que podés contarme lo que sea. — Preguntó Cielo, preocupada.

Kika suspiró, pensó por un momento a la par que volvió a darse un sorbo de té para luego decidir hablar:

— Bueno, ya no es el mismo insomnio que tenía hace meses durante la gira, tener a Rama al lado mío me ayuda mucho, pero a veces antes de dormir mi cabeza se llena de pensamientos.

— ¿Cómo cuáles? — Pregunto el ángel de Eudamon mientras también bebía un poco de té.

— Recuerdos, reflexiones, miedos, preguntas sobre el futuro, el presente... es difícil dejar de pensar en todo eso.

Cielo sonrió comprensivamente y dijo:

— Es normal tener pensamientos intrusivos, Kika. A todos nos pasa. Incluso yo los tengo a veces. Pero con el tiempo, aprendemos a convivir con ellos y a sobreponer pensamientos y recuerdos buenos, llenos de paz, amor y felicidad por encima de los negativos, y eso nos ayuda a dormir mejor.

Kika asintió con la cabeza tras escuchar atentamente las palabras de Cielo y preguntó, un poco, en broma:

— ¿Y no tenés algún té mágico o hechizo que hagan desaparecer esos pensamientos al instante antes de dormir?

Cielo rio suavemente y le respondió con sabiduría:

— No hay té mágico ni hechizo que pueda hacer desaparecer los pensamientos por completo, pero siempre es bueno buscar algo que nos ayude a relajarnos. El té, por ejemplo, puede ser una excelente opción. A veces, solo necesitamos un momento de tranquilidad para calmar nuestra mente y charlar con alguien mientras te tomas una taza. — Levantó su taza como ejemplo.

Kika sonrió y le dio otro sorbo a su té.

— Gracias, Cielo. Tus palabras me ayudan mucho. — Dijo Kika, sintiéndose más tranquila.

— Si necesitas alguien con quien hablar, sabes que podés contar conmigo — Aseguró Cielo, poniendo una mano reconfortante sobre su hombro. — Y ahora, ¿querés más té? ¿Verde o ahora rojo?

Mientras Kika elegía el sabor de su próximo té, Rama apareció en la cocina, se había dado cuenta de que Kika no había vuelto a la cama, así que bajo a buscarla. Cielo lo saludó cariñosamente moviendo una silla para que este se sentará.

— Hola Cielo. — Le devolvió Rama el saludo.

— ¿Te sirvo té? — Preguntó ya sacando una tercera taza.

— Sí, gracias. — Y luego se dirige a su novia. — Kika. ¿Todo bien? — Preguntó preocupado. — Me di cuenta de que no volvías a la cama y supuse que estabas acá.

Kika asintió y le sonrió.

— Sí, estoy bien, Cielo y yo estábamos hablando. — Respondió dándole una sonrisa de agradecimiento a Cielo, quien se estaba despidiendo para volver arriba con su té en mano, dejando a la pareja compartir a solas.

Rama tomó asiento frente a Kika, tomando la taza que se le había ofrecido.

— ¿Y de qué hablaban? — Preguntó Rama, curioso.

Kika tomó un sorbo de té y miró a Rama con cariño.

— Nada que no haya hablado con vos antes. — Pone su mano en la mesa y Rama la agarra. — Ahora solo quiero disfrutar de este momento junto a vos.

Rama sonrió y le acarició suavemente la mano.

— Entonces, disfrutemos del té y de esta hermosa noche juntos. — Respondió él, sintiendo que entre los dos, no había necesidad de palabras para entenderse, por eso solo se limitó a acercar su rostro al de su novia, que rápidamente entendió que buscaba darle un beso.

Y así, con el té y la compañía del otro, Kika y Rama compartieron una noche mágica y especial en el Hogar Mágico, Kika aprendiendo a convivir con los pensamientos que la visitaban antes de dormir y encontrando en los consejos sabios de Cielo y en la presencia de Rama el amor, la paz y la tranquilidad que necesita para aquellas noches de insomnio.

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¡Hola! Este es un OS que se me vino a la cabeza hace unos meses y recién durante las vacaciones de invierno decidí escribir, desearía haber escrito muchos más, pero me la pase durmiendo, no voy a mentir, ojalá les guste y si quieren más OneShots o historias de pocos capítulos como Insomnio pueden decirme, e incluso darme ideas ¡Adiós!