Mi primer amor

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Oye ayudame con esto

Oye, sirve de algo

Oye has esto

Oye tienes que ser más responsable eres el mayor

....








Soy Hyodou Issei hermano mayor de mi pequeña hermana  Haruka, e hijo de una pareja de adultos que están felizmente casados desde su juventud. Y les contaré un poco de como fue mi niñez.

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En primaria fui aquel hermano e hijo que  con tal de llevarme bien con los demás, los hacía reír con mis tonterías. La verdad no me molestaba que se rieran de mi o de lo que hacía, osea yo hacía bromas con ese objetivo y el que  ellos se rieran me alegraba mucho ya que podía llevarme bien con todo mundo.

Irina Shidō.

Al principio pensaba que era uno de mis tantos amigos con los que podía contar, pero tiempo después de haber ido a su casa por temas de la escuela, me di cuenta que ella era una niña con un aspecto más varonil a las demas. Tanto a mi como a los demás niños nos sorprendió mucho al principio que uno de los nuestros en realidad era una niña, pero con el tiempo dejamos de darle mucha importancia a eso ya que pese a que era una niña nos divertía mucho jugar con ella.

Mientras los demás seguían tratando a Irina como un niño, mi visión de ella había cambiado. Me di cuenta, que me había enamorado de mi amigo.

Nada cambio realmente entre nosotros, seguí usando mi actitud tonta para pasar buenos momentos con ella y los demás. Pero tampoco podía dejar de lado estos sentimientos que sentía hacia ella.

Intentaba tomar una conducta más sería para poder decirle lo que sentía, pero me daba miedo que me rechazara y se alejara de mi debido a mi decision. Así que lo mejor que se me ocurrió en ese momento fue dejarlo pasar hasta que se me ocurriera algo.

Los días pasaron y todo iba bien, tenia a mis hermanos, amigos, calificaciones decentes, a mis padres que me apoyaban en todo momento pero, sobre todo la tenía a ella.

Un día como cualquier otro estábamos jugando un partido de fútbol entre los niños. Hasta que de repente pateé muy fuerte la pelota haciendo que está se vaya detrás de los salones.

Jajaja

El ambiente se llenó de risas y "abucheos" de mis compañeros hacia mí. Fue mi culpa así que simplemente fui corriendo hacia donde la había mandado para seguir jugando mientras ellos se sentaban a descansar.

Caminando iba pensando en Irina.
Llevábamos desde tercer grado siendo buenos amigos y estando ya en sexto pensaba que por fin había reunido el valor suficiente para confesarme. Pensaba cuando lo haría, donde y de que manera. No sabía que hacer realmente que hacer, así que solamente di un suspiro y seguí caminando a buscar la pelota.

- ¡Me gustas!

Había encontrado la pelota pero también había encontrado algo mas. La pelota estaba a unos cuantos pasos de un niño de mi clase y  de Irina entregándole una carta de amor al otro niño.

No podía creer lo que estaba viendo.
Me quedé quieto con el corazón roto escuchando como ella le decía las palabras que quería escuchar de ella hacia mi.

Ya no me importaba el balón, quería irme lo más lejos de allí pero mis piernas no me respondían. No podía sentir nada más que aquella punzada en mi corazón.

- Lo siento, pero eres muy poco femenina

...

Aquel niño simplemente se marchó dejando a Irina con la carta en las manos. Ni siquiera vio lo que decía la carta.

Poco a poco podía ver qué le empezaban a salir lágrimas de aquellos ojos que tanto amaba y sin siquiera darme cuenta salí corriendo hacia ella a abrazarla.

No me malinterpreten no tenía un objetivo oculto al hacer esto, simplemente quería que aquella persona que tanto amaba dejara de sentirse mal.

No dije nada, solamente la abrace. Estuvimos un rato así hasta que los niños con los que estaba jugando llegaron.

- Oye Issei por qué tardas tanto

Al igual que yo, vieron la pelota pero también me vieron abrazando a Irina mientras lloraba.

- ¡¿Eh?!

Gritaban sorprendidos al no saber que es lo estaba pasando.

- ¿Ey están bien? ¿Por qué está llorando Irina?

No pensaba responder con la verdad ya que sería cruel rebelar que la habían rechazado, así que pensaba decir algo como que se había golpeado.

- Lo que pasa es que...

- Issei quería golpearme

...

- Oye Irina de que estás hablando, yo jamás...

Sin previo aviso uno de los niños me empujó lejos de Irina mientras los demás se ponían entre nosotros para que no me acercara.

- Oigan chicos ustedes saben que yo jamás haría algo así ¿verdad? [Decía mientras me paraba del suelo]

- ¡No te acerques! [Decía Irina mientras limpiaba las lágrimas]

Al escucharla gritar, los demás niños empezaron a gritarme que me alejara.

No sabía que hacer, yo nunca hice eso. Quería decir la verdad pero no quería exponer la confesión fallida de irina.

Seguía pensando que decir pero de repente mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir un golpe en mi frente.

- ¡¡Que te alejes!!

Al ver qué sus gritos no hacían que entrara en razón, uno de los niños me lanzó una roca. Poco a poco los demás imitaron esto y empezaron a lanzarme rocas.

Salí corriendo de ahí para que no me lastimaran. Corrí y corrí lejos de ahí. Ya no me importaba la escuela, sali corriendo hacia mi casa ignorando los gritos de aquel guardia que supervisaba la entrada.

No podía dejar de llorar y pese a que no le prestaba demasiada atención a mi alrededor llegué a salvo a mi hogar. Cuando llegue no había nadie todavía, mi hermana estaba en la escuela y mis padres trabajando. Así que aproveche y me encerré en mi habitación mientras seguía llorando por todo lo que había sucedido.

No tardó mucho tiempo en llegar la noticia a mi casa. Mi hermana le comento a mis padres lo que había pasado en la escuela pero debido a que nadie más excepto el grupo de niños e Irina estaban conmigo se llegó a la conclusión de que yo intenté golpear a Irina.

Nadie me creyó y nadie quiso hacerlo pero tengo a mi familia que me va a creer ¿verdad?

Decidí explicarle a mis padres lo que había pasado realmente pero a ojos de ellos yo era culpable.

Me dieron una semana de suspensión y cuando finalmente termino esa semana volví al salón de clases. Pero ya no era el mismo ambiente, ahora todos se alejaban de mi o me miraban con odió. Ya no podía acercarme a Irina ya que está se alejaba o llamaba a los demás para "protegerla".

Así que pase ese último año de primaria totalmente solo, y aquellos sentimientos que tanto deseaba compartirle a Irina quedaron sepultados en lo más profundo de mi corazón.

Es demasiado tarde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora