00

120 22 15
                                    

En la vida de todo maestro hay una etapa bastante peculiar, y sobre todo si eres uno joven y atractivo a la vista de todos.

Esa vergonzosa etapa en la que una que otra alumna empieza a demostrar cierto interés de una manera no educativa, si no algo más emocional.

Katsuki está teniendo ese problema en este preciso momento, le resulta demasiado incómodo ya que la alumna involucrada en realidad no es nada discreta con sus constantes regalos y cumplidos en su clase.

Katsuki apenas tiene 24 años recién cumplidos y es recién egresado de una Licenciatura en educación, se especializa en la materia de Historia en una preparatoria muy reconocida de la cuidad. Ha logrado graduarse y de inmediato ejercer su carrera gracias a sus incontables desvelos que lo hacen estar en el lugar donde debería.

Además del desgaste emocional y social que le ha costado el tener consigo su título por fin con él, la falta de una relación a sus cortos 24 también influyen mucho, pero ha valido totalmente la pena, al menos eso es lo que él trata de creer.

No hay que ser ciegos para darse cuenta de que posee un atractivo increíble, unos ojos tan hipnóticos que con sólo mirarlos te hace no querer apartar la vista ni por un segundo. Unas facciones tan delicadas pero a la vez masculinas, la piel tan perfecta que es imposible de creer que sea real, y ese cabello rebelde que lo caracteriza muy bien, es todo un poema andante.

En el momento en que pisó esa preparatoria se robó el corazón de todas sus estudiantes, y tal vez alguno que otro joven con cierta orientación sexual.

Pero era tan tedioso lidiar con la mirada de sus alumnas en clase, sentirse observado todo el tiempo era demasiado estresante, la última cosa en la que pudo pensar en todos esos años de estudio fue que los genes de su madre le iban a dar ciertos problemas al momento de desenvolverse en el entorno educativo.

Tenía un problema mucho más grande que le incómodaba bastante, y era que no sentía ni una pizca de atracción a todas esas preciosas féminas que le rodeaban por dos simples razones.

La primera era que la mayoría era menor de edad y sería ir en contra de sus principios.

La segunda razón, es que era gay.

La persona más jodidamente homosexual si es que se puede dar un nivel, nunca en su vida le ha llamado la atención ninguna chica, si acaso detalles como su atractivo si, pero para una relación o algún encuentro de una noche, estaba totalmente descartado.

Katsuki estaba embelesado por los hombres desde una corta edad cuando en secundaria empezó a sentirse atraído por quién fue su mejor amigo, y con el pasar del tiempo se fue dando cuenta de que en realidad, le atraían los de su mismo género.

Nunca se sintió acomplejado por eso, si bien recibía burlas constantes, era una manera de elevar su ego el darse cuenta con el pasar de los años que esas misma personas que se burlaron, llegaron a desear pasar una noche él.

Y no era para menos, el sabía lo que tenía y no podía negarlo.

Con el pasar de los años intentó de todo pero no pudo entablar una relación seria con nadie, estuvo con tipos decentes, torpes, rudos, y alguno que otro rarito con fetiches bastante extraños, pero nunca escaló a más.

A decir verdad, se sentía decepcionado, disfrutaba bastante su soltería, pero tener que buscar todo el tiempo a algún diferente cuando quería tener un buen polvo, era agotador.

Estaba cansado de eso.

A esas alturas puede llegar a considerar que ser hetero era mucho más fácil, pero eso no va a pasar.

Le gustaban las vergas, y eso nunca iba a cambiar nunca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PROFESOR...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora