"Hola." Le digo a la mujer sentada detrás del escritorio, con una ancha sonrisa en mi rostro.
"Hola." ella responde, reflejando mi sonrisa
"Estoy aquí por el dormitorio que alquilé..."
"Vale. ¿Nombre y apellido?"
"Athena Winters"
"Athena Winters..." dice mientras escribe rápidamente en su ordenador. "Ah, sí, aquí está. Tu habitación está en el tercer piso y tu número de puerta es 53. Aquí están tus llaves".
"Gracias", le digo, ofreciéndole una sonrisa para mostrarle que estoy agradecida. "Una cosa más... ¿Dónde están las escaleras o el ascensor?
"Ah, claro, si vas por el pasillo" dice señalando el pasillo a mi derecha "y luego a la derecha encontrarás las escaleras. No hay ascensor"
"Muy bien, gracias de nuevo."
"No hay de que."
Me dirijo en la dirección que me indicó la mujer y encuentro las escaleras. Mientras subo las escaleras con mi equipaje me sorprende que no este más cansada cuando llego al piso donde está mi habitación.
Este es mi primer año de universidad y alquilé un dormitorio. Pero ya no quedaban dormitorios individuales, así que tengo que compartir uno. No debería ser tan malo, soy una persona muy amigable. Estoy segura de que, sea quien sea, nos llevaremos bien. Por lo menos eso espero.
Nada me prepara para el shock que me atraviesa cuando abro la puerta y veo a un hombre buenísimo en medio de la habitación, desempacando una maleta.
Me quedo ahí unos minutos para recomponerme y ver si se da cuenta de que estoy aquí. Entonces, cuando no muestra signos de notar mi presencia, trato de llamar su atención.
"¿Hola?" Pregunto
Pero él no reacciona así que esta vez grito más fuerte.
"Holaaaa"
Aún nada. ¿Este tío es sordo o qué le pasa? Y es entonces cuando me doy cuenta de que lleva auriculares. Debe estar escuchando música.
Entonces, en lugar de hablarle o gritarle, esta vez simplemente llamo a la puerta abierta muy fuerte. Eso parece llamar su atención porque salta ligeramente, mira hacia arriba y se quita los auriculares.
"¿Quién eres?" pregunta en un tono molesto.
"Yo podría preguntarte lo mismo" digo cruzándome de brazos.
"Sí... Bueno, yo pregunté primero, así que responde la pregunta".
"Este es mi dormitorio. Ahora responde mi pregunta, ¿quién eres?
"Este también es mi dormitorio. Mira" dice mostrándome sus llaves.
"Voy a bajar y resolver esto. ¿Cómo te llamas?"
"Tucker Brown"
"Está bien. Gracias, vuelvo en unos minutos", le informo.
Las probabilidades de que él sea mi compañero de cuarto son bastante altas pero no quiero tener tanta mala suerte. Así que elijo creer que todo esto es un malentendido y que uno de nosotros se equivocó de habitación. Porque no hay manera de que si comparto habitación con ese hombre, mi corazón quede intacto. Puede que esté juzgando un libro por su portada, pero en mi defensa... Cada vez que lo he hecho, siempre he acertado. Parece un cabrón que me rompería el corazón.
Una vez abajo, en la recepción, me aseguro de aclararme la garganta antes de hablar para no asustar a la mujer.
"Hola, siento molestarte pero tengo un pequeño problema" empiezo, dándole una sonrisa de disculpa.
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Espacio Compartido
RomanceNaomi Winters acaba de empezar su primer año de universidad y se le asigna una habitación que se supone que debe compartir con un compañero de cuarto. Pero poco sabe ella que su compañero de cuarto no es una chica, sino un hombre de 24 años malhumor...