Comencé a sentir el calor recorrer todo mi cuerpo y el color rojizo sustituir mi color de piel, no me sentía así desde que terminé con Mateo, embobarme con un chico no era una de las cosas que usualmente hacía.
Definitivamente he encontrado a mi musa para escribir en mi blog.
Salí de mi burbuja mental al ver qué me estaba mirando fijamente y comencé a sentirme incomoda.
—Disculpa, he estado pensando en otras cosas.—Detallando cada parte de ti, para ser más específica —¿Me repites tu orden por favor?
El chico murmuró algo que solo sus amigos entendieron y comenzaron a reír, luego me repitió su pedido.
—Quiero una hamburguesa doble de pollo, una ración de papas y una cerveza por favor.
—Perfecto entonces serían, 2 Perros: 1 sencillo y uno especial, 1 hamburguesa de carne y una doble de pollo, 2 raciones de papas 3 refrescos, 1 ración de alitas con BBQ, 2 paletas y una cerveza... ¿algo más? – Dije mientras miraba a los chicos, intentando no mirar al chico que capto toda mi atención.
—No, eso sería todo.— comentó la chica con una sonrisa.
—Perfecto, ya les envío su orden, y nuevamente disculpen por lo sucedido. — me di vuelta, comenzando a caminar lo más rápido posible para salir de ahí y encerrarme en la cocina.
Al llegar Leidy venía tras de mi y sabía que en cualquier momento comenzaría con sus preguntas.
—Que ha sucedido allá afuera?.— pregunto Leidy comenzando a ayudarme sirviendo las bebidas.
—¿De que hablas? No ha sucedido nada, solo salí, anote sus órdenes y me vine a cocinar para cerrar temprano.— Trate de sonar lo más sincera posible, esperando que con eso Leidy dejara de preguntar, mientras montaba la carne y el pollo en la plancha.
—Sabes que eso no fue así, lo mirabas como si fuera un juguete en una vitrina, todos nos dimos cuenta de eso, incluso él, aunque estaba muy entretenido en su teléfono, lo noto.
—Pasame los panes para ponerlos a la plancha.— pedí, cambiando de tema.
—No me cambies de tema, sabes que no es nada del otro mundo.
Apreté los labios con fuerza en cuanto sentí el pinchado de la estufa en el brazo, por andar cambiando de tema, me descuide y me quede con la plancha.
Mire mi brazo, comprobando que tan grande había sido la quemada.
Una delgada línea se extendía por mi antebrazo.
De seguro dejara una pequeña marca.
—Tranquila —Leidy se acercó a mi, para ayudarme— eso nos puede suceder a todos. Además el chico no está tan mal, si fuera mi tipo ya hasta el número le habría quitado .—Mencionó casi gritando mientras salía de la cocina con las salsas y bebidas de la última mesa.
Termine de preparar los perros y las hamburguesas y los envié a la mesa con Leidy apenas regresó, saque de la nevera una pequeña cubeta de papas frescas refrigeradas sin vinagre que siempre escondía de Gustavo para que no las viera y las puse a freír para servir las dos raciones, sabía que si Gustavo o Carmen descubrían que las papas que servía de vez en cuando no eran con "La sazón de la casa" como ellos nos pedían, tendría graves problemas.
Cuando ambas raciones estuvieron listas, las lleve yo misma a la mesa y las coloque en los lugares de quiénes las habían pedido, la chica y el chico trigueño.
—Aquí tienen las dos raciones de papas, disculpen la tardanza.— me disculpe sin mirarlos, dejando las cosas y retirándome de inmediato.
—Gracias.— los escuche decir al unísono.

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Love Yourself, Emma.
Teen Fiction@LoveYourself: Miles de cosas pueden sucedernos, pero lo importante es que acciones tomemos referente a ellas, para solucionarlas no basta solo con ignorar lo que sucede o encerrarnos en nuestra habitación y llorar desconsolados toda la noche -en oc...