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—Estoy cansado —se sobó la espalda Emiliano, bueno, Alejandro. No habían parado de hablar sobre el conjuro, sentados en el piso, así que le dolía el culo y la espalda.

—Tengo mucho sueño—dijo entredientes Lisandro—Ya no entiendo nada, encima Cristian me mandó un mensaje para hablar conmigo en su casa y me puso para el orto

—Y no vayas si no querés

—....

—¡Lisandro!—le gritó Emiliano indignado — Hace literalmente un día estabas llorando por él ¿¡Y lo querés ir a ver!?

—¡Pero no lo puedo controlar! 

—Eu basta —habló fuerte el más chico de los cuatro — Si Lisandro quiere ir,  que vaya, total vamos a estar acá para cuando vuelva llorando ¿O no?

—Deja, no me ayudes—dijo Licha parándose del piso —Voy a ir... Total es en su casa y debe estar la madre

—Hacé lo que quieras—Alejandro lo miró de arriba a abajo— Ponete una campera que empezó a refrescar

Después de que Lisandro se haya ido a su encuentro con Romero, y que dijo que volvería igualmente, el más chico habló:

—¿Hacemos un pijama party?

—¿Un qué? —Martínez dejó salir una risotada.

—Una Pishamada Garna, pija es otra cosa—comentó Alejandro mientras se estiraba —Me copa 

—No tengo otra opción ¿No? —El dibu negó con una sonrisa












































































































































































































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Yassine llegó junto a sus compañeros a la casa de Cristian (que les dijo que se queden a dormir), pero él se dirigió a la cocina. No estaba de humor como para ir a relacionarse con los demás.

En Otra Piel •AU Scaloneta•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora