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El sentimiento fue desgarrador.

Yeonjun siempre se caracterizó por ser el fuerte en sus relaciones, el siempre sería en el que sus amigos y pareja se irían a apoyar cuando se sintieran mal. Fue muy difícil cuando fue el momento de apoyarlo a el.

La llamada...

Esa maldita llamada aquel lunes a las 11:27 PM.

No la esperaba. Demonios que no. Porque el a las 9:00 PM se había despedido con un hasta luego del amor de su vida, lo había dejado en la puerta de su casa luego de darle un beso en sus labios y lo último que vio fue su hermosa sonrisa.

Dolía...

Dolía mucho aún recordar esa llamada, dolía que la madre de Beomgyu lo hubiera llamado hace a penas unos minutos para decirle que Beomgyu había fallecido.

No estaba en el hospital, no estaba gravemente herido. No. Había muerto, lo habían matado, habían matado al amor de su vida y se sentía tan mal, esa presión en el pecho, ese dolor, esas ganas de gritar hasta desgarrarse la garganta estaban ahí. Pero no hacía nada, estaba en la esquina de su habitación escuchando como su madre le gritaba para que abriera.

Pero no podía.

Estaba en shock, no podía moverse, el llanto no salía tan sólo las lágrimas corrían por sus mejillas y su cerebro le repetía una y otra vez que todo era mentira.

Yeonjun...

Yeonjun había encontrado a alguien para amar y que lo amara. Yeonjun por fin era feliz con ese pequeño chico que lo dibujaba en las tardes de otoño, que lo hacía sentir bien, que lo había ayudado a salir de ese oscuro hoyo que llamaba lugar feliz y le demostró que la verdadera felicidad era a su lado, lo hizo tan feliz desde la primera vez.

Hola...-había sonreído incómodo.—¿Podrías dejar de fumar? Estamos tratando de estudiar por aquí.

Mientras más hablaba su voz iba disminuyendo, Beomgyu luego le contó que fue porque lo intimidó pero la verdad ese no había sido el propósito de Yeonjun, en realidad había quedado tan maravillado con su belleza que se quedó mirandolo fijamente.

Y ahora no estaba.

Su mamá le dijo que un auto lo había chocado cuando salió a comprar algo, dejo el celular caer y no pudo escuchar nada más.

Yeonjun sentía como venía.

Como volvía eso que había dejado atrás. La angustia lo estaba arropando y podía sentir cómo esos ataques de agresividad volvían a controlarlo. Y tenía miedo, porque ahora no tenía a nadie que lo ayudará.

—¡Yeonjun!—su madre gritó y pudo escuchar que lloraba.

Llevó sus manos a su cabeza. El no necesitaba eso, no quería escuchar a nadie llorar. Jalo su cabello y gritó finalmente, finalmente lo hizo pateando la silla de su escritorio. Cubrió su rostro y se pregunto por que la vida decidía ser tan injusta con el.

Cuando era feliz.

Cuando por fin pudo ser feliz, su fuente de felicidad y paz le fue arrebatada.

(...)

Yeonjun no sabe como llego a la funeraria, pero de algo estaba seguro, no se movería de donde estaba. Afuera, no quería ver a nadie llorar por el, no sentía que nadie tuviera el derecho, no quería que nadie más se lamentara y podía sonar egoísta y hasta ilógico pero asi se sentía.

Taehyun y Soobin estaban a su lado.

Había visto como trataban de hacer que la madre de Beomgyu comiera algo y cuando lo miraron con esas intenciones no hizo más que apartar la mirada, había un nudo en su garganta que no le permitiría ni comer, ni dormir, ni llorar...

𝙢𝙞𝙨𝙨 𝙪 | 𝙮𝙚𝙤𝙣𝙜𝙮𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora