El aire caliente del verano junto con el gran sol que se erguía en esta temporada ya estaban a punto de matarme, si no fuera por el aire-acondicionado que me mantenia fresco ya estuviera como un perro en pleno desierto. No se han dado cuenta que cada uno tiene algo especial pues yo no me sentia asi, mi pequeña iteraccion con el mundo no me hacia alguien especial o mejor que otros, era un chico promedio esperando que su vida saliera a flote.
A las 3:00 pm era mi hora de partida, debia salir a mi casa para lograr llegar al hospital para gente discapacitada en el que trabajaba durante la semana, realmente no estaba alli con el fin de recibir algo lucrativo, solo me gustaba ayudar a las personas, se que suena raro que un chico de 17 años en su primer semestre de universidad, epoca en la cual se ha acostumbrado a disfrutar de los grandes placeres de la vida, sea incapaz de salir a divertirce.
Al asomar mi cabeza en la cocina pude visualizar a mi madre con grandes platos llenos de comida que se extendian por el meson. Mi madre se ocupaba de todos los gatos, mi padre estaba en la cárcel y normalmente no lo visitamos mucho. Ella se ocupaba de un restaurante, pequeño la verdad, donde planificada cada una de las recetas.
-Colin hazme un favor, ¿quieres?- dijo ella mientras que removia una crema extraña, aunque olía delicioso.
-Claro.
-Ven, prueba estoy- saco una cuchara de madera con un poco del líquido de la olla
-¿que es?
-solo pruebalo y deja de quejarte.
Estaba delicioso la verdad pero le hacía falta algo de sal y pimienta blanca. Se lo comunique a mi madre y procedí a salir de casa para dirigirme a la parada de autobús espere hasta que llegara.
Ya en el centro de ayuda cambié de turno con una chica llamada Sam, me senté en el escritorio de llegada donde trabajaba en la primera jornada. Pasaron 20 minuto luego de que llegara y visualice a una pareja entrando con una chica en silla de ruedas con expresión desfallecida y mirada perdida. Se aproximaron al mostrador.
-Buenas tardes ¿en que puedo ayudarlos?- pregunté.
-Sí tienes una máquina del tiempo, pues... creo que sí- respondió la chica en silla de ruedas.
-lamento su comportamiento pero requerimos de ayuda y creemos que la mejor opción es internarla por un tiempo. - respondió el que supuse era el padre de la chica.
-Debe llenar esta fórmula y darme los datos del paciente así lo podré ingresar al sistema...- la extraña chica sobria me interrumpió.
-¿Sistema? ¿Acaso somos objetos?.
-No sólo personas que necesitan ayuda.
Los padres llenaron la forma y me la entregaron así que procedimos a ingresar los datos.
-¿Nombre?
-Australia Ross Carson Prior
-Es un nombre inusual.
-Espero que te guste lo oirás bastante.
-¿Nacionalidad?
-Inglesa
-¿Edad?
-17
-¿Discapacidad?
-Estoy jodídamente ciega.
ESTÁS LEYENDO
DEMONS
Teen Fiction-¿Entonces aquí termina todo? - -Jamás sabrás lo que el tiempo depara -Pues espero que algún día puedas perdonarme por el rumbo que tomó mi vida- y esa fue la ultima vez que lo vi se alejo sin rumbo sumido en sus propios pensamientos.