diez

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—Bu-buenos días.. Mi-mi no-nombre es Wen Junhui, por fa-favor, ¡cu-cuiden de mí!

Seguido de sus palabras hubo un silencio tenso en el salón de clases mientras las mejillas del pobre chiquilo se tornaban coloradas por la vergüenza.

Entonces, comenzaron las risas.

Jun tuvo que contener las lágrimas de sus ojos, en tanto la profesora les decía que se callaran.

Después, lo mandó a sentarse en el único puesto vacío, al lado de un chico de cabello negro y aspecto dormilón, serio, casi aburrido allí.

Mordió su labio inferior, caminando por el salón forzándose a ignorar las risas burlonas, y se sentó al lado del chico, que apenas le dirigió una mirada.

—Ho-Hola... —saludó con tono ahogado.

Jeon Wonwoo le observó sin cambiar su expresión, enarcando una ceja en silencio antes de mirar al frente otra vez, ignorando al muchacho con frenillos y mejillas regordetas a su lado.

Jun sabía que ese sería un difícil año escolar.

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¿Por qué estás tratando de alejarme?

Dime, no estás siendo sincero, puedo notarlo.

¿Por qué sigues alejándome?

Puedo sentirlo todo.

¿Por qué no me dices nada?

___________

Las burlas no se detuvieron ese día,  claro.

Alprincipio sólo fueron palabras riéndose de sus frenillos, de sus mejillas, de sus orejas que se asomaban en los gorros que se ponía y su mamá le tejía con cariño, de sus dientes, de sus ojos, de  todo.

Le dolía, por supuesto, pero podía manejarlo, podía fingir que no era para tanto y creer que tarde o temprano se aburrirían.

Tres semanas después, conmenzaron los empujones.

Cuando debía ir a buscar algún examen, cuando debía pasar al pizarrón, cuando salían de clases...

Fuertes empujones que lo desequilibraban, seguido de risas maliciosas.

Un día, lo empujaron tan fuerte que cayó al suelo, las palmas de sus manos raspándose, sus cuadernos desparramándose, y sabía que le iban a pegar, sabía que ahora comenzarían los golpes.

—Eh, idiotas, ¿Qué mierda están haciendo?

Unas pálidas manos lo tomaron de los hombros y lo pusieron de pie, encontrándose con el enojado rostro de Jeon Wonwoo.

—¿Te gusta el nuevito, Jeon? —se burló uno de los agresores, aunque se notaba enojado.

—Lo dejan en paz, o les cortaré el cuello con mi navaja, idiotas.

Por supuesto, eso provocó que todos salieran corriendo.

Jun tembló cuando Wonwoo volvió a mirarlo.

—Tus cuadernos —gruñó Wonwoo, soltándolo.

Jun se sobresaltó.

—¿De... de ve-verdad ti-tienes una
navaja...? —balbuceó a punto de llorar.

Apego 𖥔 WonHuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora