Donde un joven es tratado de otra manera, pues su belleza y personalidad es muy diferente a lo que otros piensan. Hanagaki Takemichi, un manipulador de primera y alguien que quiere llegar más allá del primer lugar.
Hanagaki Takemichi, un hombre muy poderoso y manipulador como ninguno, aquel que consigue lo que desea, aquel que nombra lo que obtiene, aquel que daña a quien posea, aquel que corta sin un cuchillo. Un hombre perspicáz en lo que hace y puede llegar a hacer, aquel que nombra estos hechos como logros y con consciencia carga a aquellos que mató e herió debido a su posesión.
── Buenos días, Joven Hanagaki ─ Con un leve aplauso, las puertas se abren dejando entrar a dos mucamas las cuales abren las finas telas de seda, demostrando satisfacción al ver como aquella sede fácilmente ante la luz natural que entra por aquellos vidrios algo congelados por la helada que cayó en la noche anterior. Takemichi no responde, se levanta y algo adormilado se dirigue al baño, lava levemente su cara para desherce del sueño. Entra a ducharse y con eso hecho comienza su ciclo matutino. Al salirse de la ducha comienzan a vestirlo con su uniforme escolar, con eso hecho, Hanagaki baja los escalones que llevan al comedor principal, ve su desayuno y nadie en la mesa, suspira un poco al sentír su soledad e comienza a desayunar.
── Estaba delicioso, Gracias.─ Terminando de comer ordena preparar el auto para irse a la preparatoria, comienza su ciclo escolar y ya estaba emocionado, conocer gente nueva, no quería llamar la atención, pero era obligatorio remarcar su apellido con fibrón al poner un pie en aquel colegio, aquello atrar como consecuencia a muchos interesados, pero era beneficiario para un estatus social bueno, y para darse conocer en la sociedad potenciante.
Al salir de la mansión, sube al coche y van al instituto. Con sus nervios algo altos, pero con la cabeza en alto llega, baja del coche y comienzan los murmullos, suspira apenado, de repente una chica apareció inesperadamente delante de el y sonríe un poco.
── ¿Tú eres? ─ La chica preguntó con indiferencia y Takemichi comprendió la situación, vió a su alrededor, y vió a alguien que parecía querer ir allí, e explicar algo. La chica parecía fulminarle con la mirada, respondió con un "Takemichi Hanagaki, es un placer...", sonrió un poquito al ver la cara pálida de la chica, hizo una reverencia de 90° y con una disculpa por su comportamiento, se fué corriendo. Suspiró y entró finalmente por completo a la institución buscando la dirección principal, quería consultar, pero los veía a todos tan sumidos en sus asuntos que no quería comprometerse, además de que le daba penita.
Finalmente encontró a alguien que parecía no estar haciendo algo importante y se acercó, le pareció peculiar su cabello rosa, tocó su hombro y se asustó un poco al ver que este giró la cabeza como buho. Sonrío un poco y preguntó por la dirección, aquel hombre se levantó, se sorprendió por su gran altura, era algo pequeño, pero comparándose con el, era aún más pequeño. El pelirosa indicó que estaba a la izquierda del campo central, estaba a simple vista. Comenté que era pésimo con las direcciones y que no había pisado esta escuela en mi vida. El chico rió un poco y al final tuvo que llevarme hasta allá.
Al llegar, nos despedimos y le hice una leve reverencia. Al completar los papeles faltantes, el director me llevó al aula asignada, le dije que no hacía falta y que podía guiarme con algún papel o algo por el estilo, pero no cedió. Llegamos y el director entró, presentándome con una sonrisa escuchaba los rumores de lo que había pasado hacía 10 y/o 15 minutos antes, me dieron el lugar junto a Chifuyu Matsuno, era alguien que se me hacía interesante, lo había visto en juntas, conferencias y fiestas junto a su familia y la familia Baji, había entablado una corta conversación con él, pero al menos 5 palabras son algo. Sonreí al verlo y me devolvió la sonrisa, iba a diriguirme hacía él, pero levantó la mano diciendo que Baji Keisuke ocupaba ese lugar, se levantó y hizo una reverencia. Ojee un poco y encontré uno vacío, junto a la ventana, parecía perfecto, pero alguien que parecía malandro ocupaba el asciento de al lado.
── Discúlpeme profesora, ¿Podría ocupar ese de allí? ─ La Profesora asintió algo preocupada, pues el matón de allí era Hanma Shuuji, aquel era hijo de una pandilla muy poderosa en Tokyo, el director al ver eso quería que la tierra lo tragase, no se había fijado que Hanma seguía asistiendo en aquella aula y ahora si le pasaba algo a Hanagaki moriría él. Suspiró largo, miró a al profesora en modo autoritario y dijo susurrando "Si queda algún puesto libre en otro lugar, cámbialo inmediatamente." Hizo una leve reverencia y se fué. Mientras tanto, Takemichi sonrió un poco al ya conocer a ese matón cara a cara anteriormente, puesto que ya lo había enfrentado en un combate por una apuesta de sus padres, había ganado él asi que ni había problema, se sentó y miró a Hanma, el cuál sonreía algo rarito, el contrario se acercó y susurró en su oído " Te haz puesto más bueno que la última vez que te ví, Hanagaki " .
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