03/08/23

5 1 0
                                    

Lo que más amo, también se ha vuelto lo que más momentos de ansiedad y colapso me ha hecho pasar.

Lo amo demasiado, amo todo lo que conlleva, pero lo amo tanto que las dudas son más fuertes que con cualquier otra cosa en mi vida.

¿Y si nos soy lo suficientemente buena?

Lo intento demasiado, tal vez incluso más de lo que debería. Me he llevado a lugares obscuros con tal de ser perfecta para ello. Me exijo al punto de hacer cosas que podrían ser malas, todo con tal de hacerlo perfecto. Tal y como debe ser.

Por que... si no soy buena para esto ¿Entonces que sentido tiene todo?

El teatro es mi pasión, mi vida entera, y si no tengo aquello que me motiva a despertar todos los días, entonces no tengo nada.

El problema viene cuando aquello que te motiva a despertar, también se vuelve una de las razones por las cuales ya no te puedes levantar de la cama.

La cuestión con las cosas que amas, es que te presionas más de lo que con otras cosas. Si te dicen que eres bueno en matemáticas, entonces te presionas para ser mejor, porque ya existe un estándar del cual no puedes bajar.

Presión, lagrimas, ansiedad.

¿Que significa que aquello que amas también sea lo que más te ha hecho llorar?

Tal vez me equivoque de profesión. A veces pienso que debo buscar algo más. Si me hace sufrir tanto, ¿porque seguir ahí?

Pero entonces, recuerdo como se siente pararme en un escenario, ya sea para bailar, cantar o actuar, esa sensación no se le compara a nada, es mi todo... es mi vida... y sin eso, me quedo con nada.

Nada.

Soy nada sin el teatro, pero el teatro es todo sin mi. Es como una relación de amor odio en la cual algunos días te sientes en las nubes, y otros en el suelo. ¿Cual es el punto de amar algo que te hace tanto daño?

No. Tal vez solo estoy sobre pensando, y es un mal día, una mala racha... o tal vez es una mala vida. Tal vez nací para amar el teatro, pero no nací para estar en él.

Mil dudas sobre mi mente, mil noches en vela, mil horas de ensayos, mil horas de practicar y practicar y practicar hasta hacerlo perfecto, porque si no soy perfecta para lo único que se hacer, entonces no soy nada.

A veces pienso, ¿cuál es el punto? ¿Porque debo dedicarle tanto tiempo a algo que me hace sentir tan mal en algunas ocasiones, y tan bien en otras? ¿Qué no eso es como una relación tóxica? Ya saben, una de esas en las que tu psicólogo te dice que debes terminarlo, o va a terminar contigo.

¿Cual es el punto de todo si no tengo el teatro? ¿Cuál es el punto del teatro si solo me hace daño? ¿Cuál es el punto de amar algo que todos los días te hace cuestionarlo todo?

Y si, sin el teatro soy nada, entonces, prefiero dejarlo todo.

Pensamientos de una persona perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora