Marissa Morelli
Puedo asegurar, que jamás respiré un ambiente tan hipócrita como en un evento repleto de magnates, empresarios distinguidos, alguno que otro famoso y hasta políticos.
Siendo pequeña, ni siquiera me daba cuenta. Lo único que me importaba en mi burbuja de la infancia, era jugar con mis amigos. Y claro, la mayor preocupación que podía tener era tal vez ser víctima de las arenas movedizas, piso lleno de lava o quizás pisar una raya en la banqueta.
Desearía que esa burbuja hubiera durado más. Desearía que esos absurdos eventos hubieran quedado por siempre en asuntos de mis padres. Pero, ¿cómo escapar de lo inevitable? Mi vida ya estaba completamente planeada antes de que siquiera pisara este mundo.
¿Cómo deslindarme de un compromiso que estaba pactado desde que yo tenía cinco años?
Lo cierto es que, suena loco pensar que en el siglo XXI aún se arreglan bodas sin amor y que resultan obra de los viles negocios entre gente rica. Eso somos sus hijos: alianzas, seguridad de mantener el estatus, la altura. Mezclar "sangre azul con sangre azul". Y claro, existen los rebeldes— que yo llamaría valientes, más bien— que se atreven a desafiar estas imposiciones. Pocos salen ilesos.
Yo no soy una de ellas. Jamás podría, después de todo crecí pensando en que nada me costaba darle gusto a papá. Después de todo, no era un secreto que Matías era el mellizo "afortunado" que tomaría el mando de una de las empresas más importantes de Italia, Colombia y prácticamente, del mundo. Así que lo único que me quedaba era no terminar manchando el prestigio de los Morelli. Daba igual, a mis 27 años, pese a haber salido con varios chicos solamente me había enamorado una vez. Ya no me veía casada con nadie, no tenía ganas de conocer a nadie más y aunque así fuera. Ya estaba escrito quién sería mi esposo.
Aunque debo decir, que si mi papá estaba tan decidido a darle mi mano a ese hombre, habría preferido que me dejara conocerlo un poco más. Así no me habría llevado la amarga decepción de enterarme acerca de sus actitudes y... controversias. Tal vez habría sabido un poco más profundamente si eso sólo era una fachada.
Quién lo diría, no conocía bien a mi prometido y aún así no era santo de mi devoción. Ni él, ni ninguno de sus amigos de la alta sociedad colombiana.
Ahí me encontraba, en el jardín de una bella mansión en Cartagena, usando un vestido azul marino bastante elegante pero sin llegar a ser tan recatado. Sentada y observando a gente conocida, a otras personas cuyas caras no reconocía, algunos medios invitados por la asistente de Matías, por supuesto y al hombre que en unos meses sería oficialmente mi marido. Levantándose de la mesa para dirigirse a la tarima y hablar.
— Buenas noches a todos, muchas gracias por estar presentes en este momento tan especial. Primero que nada, espero que estén disfrutando de esta noche tan cálida— pues sí, dentro de lo que cabe la comida era deliciosa— Aunque ya mucha gente sabe por qué es que estamos aquí el día de hoy, es momento de hacer oficial esta unión que todo mundo estaba esperando.
Ay no, se me estaba empezando a poner la piel de gallina.
— Por esto, quiero invitar a la mujer más hermosa que han visto mis ojos — Qué exagerado— a que suba aquí conmigo.
Todos los ojos se posaron sobre mí y sentí mis mejillas y orejas comenzar a calentarse. A pesar de que siempre he estado muy expuesta, y me sé desenvolver bastante bien frente a la gente, en el fondo no es que sea de mi agrado sentir a todos viendo fijamente lo que hago.
— Marissa Morelli Arango, frente a todos hoy quiero pedirte — de pronto, comienza a arrodillarse para sacar el anillo más ostentoso, aunque para nada de mi gusto que encontró aquel castaño— que te cases conmigo. ¿Mar, quieres hacerme el hombre más afortunado al convertirte en mi esposa?
La verdad no, si quieres mi opinión, Juan Pablo Isaza. Pero no siempre se tiene lo que uno desea.
Las personas observan expectantes, ni siquiera sé por qué tardo en responder, no puedo fingir una emoción más genuina que una falsa sonrisa de sorpresa. Antes de siquiera dar el sí, volteo a ver a todos, puedo ver a mi mejor amiga intentando sonreír, pero no lográndolo. A papá y a Matías a la espera de que de el siguiente paso, a las personas desconocidas que no tenían por qué presenciar mi fiesta de compromiso... y entonces, mi mirada topan con unos ojos muy peculiares. Alguien a quien sentía que conocía de algún lado, pero por alguna razón me causó escalofrío que nuestras miradas se cruzaran.
Sin más corto de tajo con la espera que estaba ocasionado y volteo a ver a Juan Pablo, ya comenzando a ponerse nervioso de que yo llegara a huir o algo por el estilo. Como pasó en la boda de María Sinclair y Simón Vargas. Vaya escándalo.
— Acepto— Juan se levanta y su altura de 1.90 me hace alzar la vista hacia su rostro hegemónico, que se dirigía a mí para besarme.
Era guapo, pero mi incomodidad interna me estaba matando. Los aplausos y el festejo comenzaron a abrumarme demasiado.
Finalmente bajamos de la tarima para que mi padre: Enzo Morelli, dirigiera unas palabras, con una copa de champán en mano.
— Hoy es uno de los días más gratos de mi vida, sin duda alguna. Como saben, mi esposa Martha... ya no está con nosotros desde hace unos años— Papá...—Y ha sido difícil afrontar la pérdida. Pero me llena de alegría ver a mis dos hijos realizándose en la vida de esta manera. Y que mi pequeño retoño, hoy se esté comprometiendo con un hombre digno de su mano.
No estaría tan segura de eso. Papá hablaba y volteé a ver a Juan Pablo, tomándome de la mano con una sonrisa, y luego volví a ver a aquel hombre con el que momentáneamente choqué mi mirada, ahora concentrado en lo que tenía por decir Enzo. Debo decir que el ojiverde era demasiado intrigante como para no mirarlo, tan serio y con un porte que pocas personas tenían.
— Deseo lo mejor para mi niña, y también es una confirmación de que entre Luna Paradise y Colombian Taste hay un lazo muy importante. Luis Fernando y yo estamos muy conmovidos de que nuestros hijos forjen esta unión.
Claro, hagan de cuenta que fue "natural". Hagamos de cuenta que no quería salir corriendo de ahí, aunque intenté prepararme mentalmente para esto.
Dedicado a Allison.
¡Hola! Sé que he desaparecido bastante tiempo desde mi última novela. Hoy oficialmente les traigo una en la que he estado trabajando bastante tiempo, deseando que les guste muchísimo. Siempre les leo y soy la más feliz de ver sus comentarios alentándome a escribir de nuevo. Esperen actualización muy pronto, estaré muy activa por aquí <3
- Moon Nights
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Luna Paradise - Juan Pablo Villamil
FanfictionJerarquía, negocios viles, unos ojos verdes que jamás dejarían de provocar escalofríos. Sabía en lo que me metía, y que jamás saldría de ahí. De un paraíso deslumbrante y a la vez demasiado... caótico.