Una inusual asesina

Desconfianza

Elizabeth

Veo el emotivo abrazo entre ambos hermanos y siento una punzada en al pecho ¿así es como se ve el cariño fraternal? Sin darme cuenta me hundo en mis recuerdos y no puedo ver un abrazo como el de este par, en cambio veo gritos, peleas y miradas de disgusto.

-Elizabeth- Vuelvo a la realidad en el momento que siento una mano sobre mi hombro pero sin darme cuenta reacciono de manera defensiva apartando la mano de la castaña de manera agresiva.

Todos se quedan callados ante tal acto de mi parte, los miro por unos segundos y vuelvo mi vista hacia la castaña.

-Disculpa- Digo mientras muestro una cara de preocupación, no puedo darme el lujo de portarme de esta manera con ellos -Tu nombre es Diane, ¿no?- Intento eliminar esta incómoda situación.

-¡Ah!,si - Responde de manera sorprendida- Pero creí que ya lo sabías - La situación de vuelve más incómoda.

-No soy muy buena recordando nombres- La verdad nunca les preste atención respecto a sus nombres, nunca creí que fueran de importancia en mi vida.

El ambiente aun está incómodo, aunque traten de ocultaras puedo ver claramente esas miradas de desconfianza plasmadas en sus caras y a decir verdad eso me molesta.

-De verdad tengo hambre, ¿vienen o no?- Digo con cierta molesta que al parecer ellos percibieron.

-Ok plateada, tú ve delante de nosotros y guíanos hacia nuestra muerte- Mi semblante cambia a verdadera molestia con aquel comentario del peli blanco.

-¡Ban!-Exclama las dos chicas a coro y los otros solo lo limitan a ver con desaprobación.

-Al parecer quieren colmarme la paciencia-

Voltean a verme con cierto miedo a excepción del peli blanco, su mirada hacia mi es neutra.

-Como veo las cosas ustedes no quieren hacer esto por el siempre hecho de que tienen miedo y yo de verdad no voy a lidiar con un grupo de verdaderos miedos-

Mi paciencia se agotó en ese momento, sin dejar que dijeran nada más enciendo mi auto y estos dispuesta a largarme. Estoy bastante cansada y con mucha hambre para estar soportando este tipo de escenitas.

Daría lo que fuera por terminar con sus privilegiadas vidas ahora mismo pero se claramente que si actúo con impulsividad la vida me dará mi jaque mate definitivo.

-¡Espera!- Exclama el ojiverde con cierto nerviosismo- Disculpa a nuestro ocurrente amigo- Nuestras miradas se fija en el peli blanco que solo rueda sus ojos.

-Escucha, Meliodas, no voy a soportar ese tipo de comentarios, ustedes son los que vieron a buscarme y ahora piensan que los voy a llevar a que los vendan por partes- Su mirada nuestra culpa, una culpa que sabe muy bien que fue por ese tipo de pensamientos.

Se que mi trabajo es casi parecido a venderlos por partes pero necesito mostrarme dolida y molesta para que se traguen todo el cuento.

-De verdad te ofrezco una disculpa, por favor déjanos acompañarte, podamos resolver este inconveniente con el estómago lleno, ¿no es lo que dicen? Barriga llena corazón contento- Todo en él pide a gritos que nos lleguemos a conocer.

-Suban a la maldita camioneta o me largo ahora mismo- Mi respuesta fue clara, de verdad que me quiero largar pero si no aprovecho de alguna forma esta oportunidad todo se vendrá cuesta abajo.

El rubio regrese donde sus amigos, hablan por ciertos segundos cuando todos suben a la camioneta para posicionarse en la misma dirección que el vehículo de la ojiazul y sin que les dieran tiempo de decir algo más Elizabeth arranca en dirección a un muy exclusivo restaurante donde es bastante conocida seguida de cierto grupo de desconfiados amigos.