1.HÉROE

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La gala musical en el espectacular auditorio de Los Ángeles era divertida y todos los asistentes lo pasaban muy bien.

Productores musicales, cantantes, actores, modelos y guionistas de cine
bebían, bailaban y cantaban al sonido de la mejor música del momento.

Uno de los asistentes más solicitados era Kim Taehyung, Tae para los
amigos.

Un compositor guapo, simpático, seductor de ojos verdes que los
volvía locos a todos, y no solo por su fascinante mirada. Tae era el mediano de los hermanos Kim, hijo de la fallecida cantante Luisa Fernández, más conocida como La Leona, y cuñado de Jimin, él cantante que estaba pegando fuerte en las listas de ventas.

Tae era el soltero más cotizado de Los Ángeles y, vestido con aquel traje
negro, la camisa blanca y la pajarita, era una delicia para la vista. Era un
hombre que no se dejaba enamorar por nadie, pero que los enamoraba a todos con sus felinos ojos claros, su porte atlético y su sonrisa cautivadora.

Mientras sonaba de fondo Treasure, de Bruno Mars, y la gente bailaba, él
hablaba con un guapo modelo ruso, consciente por cómo este se tocaba el pelo,se mordía el labio inferior y sonreía, de que la noche prometía. Sin duda él joven había caído en sus redes sin él apenas proponérselo.

—Tae, ¿puedes venir un momento?

Al oír la voz de Jimin, le guiñó un ojo al chico  que estaba con él y, tras
pedirle un segundo, se acercó a su cuñado. Este, con una sonrisa, cuchicheó en su oído:

—Me acaban de proponer grabar una canción con Charlie Puth, Muni Long  . ¿Qué te parece la idea?

—Wepaaaaaa —respondió él.

Juntar a aquellos tres dioses de la música, guapos, sexis y triunfadores era como poco una gran idea y contestó encantado:

—Creo que será un exitazo. ¿Quién te lo ha propuesto?

Con disimulo, él joven se movió hacia la derecha y murmuró:

—El que está hablando con tu hermano Jin.

Tae miró con curiosidad y, al ver quién era, asintió.

—Alfred Delawey, vaya... vaya...

Ambos reían contentos cuando Yoongi, otro de los hermanos de Tae, y
marido de Jimin, se acercó a ellos y, tras darle a su esposo la bebida que llevaba en la mano y agarrarlo por la cintura, preguntó:

—¿Qué traman?

—Le contaba a Tae  la proposición de Delawey —contestó el, apoyando
mimoso la cabeza en su hombro.

—¿Qué te parece a ti, Yoongi? —le preguntó Tae a su hermano.

El doctor Kim Yoongi, un hombre bastante celoso de su intimidad sonrió al entender por dónde iba la pregunta y, tras darle un beso en la frente a su esposo,respondió:

—Me parece bien.

Jimin y Tae se miraron extrañados.

—¿Ninguna objeción? —insistió este.

Yoongi soltó una carcajada. Si algo había aprendido en aquel tiempo era a confiar en su esposo y, sin soltarlo, dijo:

—Alfred no es un tipo que me caiga especialmente bien, pero Jimin sabe lo que hace.

El levantó las cejas divertido y se puso de puntillas para darle a Yoongi un
beso en los labios.

—Si es que más guapo, precioso, buenorro y achuchable no puedes ser,
cariño —exclamó.

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