Tommyinnit clinic for supervillains [Traducción]

Soñando con un lugar mejor

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Capítulo 17:

Soñando con un lugar mejor
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Resumen:

Las cosas parecen estar mal y Tommy no puede entender por qué.
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Notas de autor:

¡hola a todos! NO esperaba terminar este próximo capítulo tan pronto, pero cuando tenía la intención de escribir solo la primera mitad de este capítulo, resultó mucho más largo de lo esperado, ¡así que obtengan un capítulo completo ahora mismo!

como siempre, muchas gracias a todos por el amor en el último capítulo, realmente espero que disfruten este porque fue increíblemente divertido para mí escribir

TW para este capítulo (son diferentes de lo habitual): descripciones habituales de heridas, disociación menor, algo de desrealización, temas PESADOS de irrealidad y lucha por distinguir lo que es 'real'

(Consulte el final del capítulo para obtener más notas ).
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"Todavía no sé cómo te las arreglaste para ser apuñalado en el pie".

"Fue esa perra 404. El hijo de puta tiene una puntería estúpidamente buena".

Tommy resopló mientras presionaba la gasa contra el pie de Siren, la sangre empapaba el algodón y lo cambiaba rápidamente por un nuevo puñado.

Eran solo ellos dos en la trastienda del café esta noche. Siren había aparecido con un cuchillo que sobresalía de su bota, y ahora Tommy estaba arrodillado contra el piso de baldosas, tratando de no arrugar la nariz mientras intentaba encontrar el mejor ángulo para curar el pie de Siren.

“Mejora esquivando entonces, idiota,” bromeó Tommy, apartando la gasa y poniendo sus manos en el pie. Cerró los ojos, sintiendo el calor de sus manos mientras su energía se filtraba en la herida.

Frente a él, pudo escuchar a Siren suspirar de alivio, y cuando Tommy abrió los ojos, vio que Siren estaba desplomada contra el suelo.

"Gracias, Tommy", susurró Siren, luciendo mucho más relajada de lo que había estado unos momentos antes. "Eso dolió como una perra".

"No jodas", resopló Tommy, apartando las manos y poniéndose de pie para lavarlas en el fregadero.

Cuando abrió el fregadero, hubo una fracción de segundo en la que el agua que salía del grifo parecía roja como la sangre. Pero entonces Tommy parpadeó y era agua normal.

Debe haber sido un truco de la luz.

Sacudiendo la cabeza, Tommy se lavó las manos y observó cómo la sangre de Siren bajaba por el desagüe en perezosos remolinos. Luego usó una toalla para secarlos y retrocedió para sentarse junto a Siren, que ahora estaba apoyada contra la pared.

“Eres un buen chico, Toms”, dijo Siren, sonriéndole y extendiendo una mano para descansar sobre su hombro.

El gesto se sentía tan familiar. Era algo que Wilbur hacía a veces cuando estaban charlando. Solo un suave apretón de su hombro, con las yemas de los dedos callosos de Wilbur arrastrándose bruscamente contra la tela de su suéter.

Al mirar las manos de Siren, notó que había marcas insensibles similares en las yemas de los dedos de Siren. Tragó saliva.

Tommy desechó su primer pensamiento y se preguntó si Siren también tocaba la guitarra.