Prólogo

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Una de sus manos jugaba con el pequeño sobre que le había estado ocupando la mente en gran parte del día, y desde el momento que lo obtuvo gracias a manos profesionales; mientras también, dejaba que el tiempo transcurriera lo debido, en lo que el taxi lo llevaba hacia su apartamento.

Genya Himejima había dado una ojeada fugaz de lo que contenía dentro, unos analisis de laboratorio; no fue capaz de sacarlo del todo, y tampoco quería hacerlo, así que solo se lograba divisar las letras pequeñas con el nombre del hospital, así también hacia abajo de esta misma diría el tipo de prueba de la cual este se había hecho, la acarició por última vez dicha parte de un modo endeble con su pulgar.

Suspiró profundo, lo que llamó la atención del conductor del móvil.

—Si, también es agotador para mí pasar por esto, todos los días.

—¿Eh?

Los ojos amatistas de Genya reflejaron la confusión que no fue notada por el hombre. Pero solo le tomó un segundo a escuchar varios claxons por detrás y delante de ellos que lo hicieron entender a lo que se refería.

—Ah, si…

Miró la cantidad de autos que los retenían en el camino, a lo que, ahora sí, otro suspiro echado fuera debido al fastidioso tráfico que lo hacía poner los pelos de punta. No obstante, entendía que estaba en horas que algunos terminan, o inician descansos; también para sus buenas suertes, eran finales de sus labores por hoy.

Al igual que él, querían llegar a casa

Y es que, no tenía ganas de nada, ni siquiera del café que tomó de la cafetería donde venía, dónde estuvo mínimo dos horas manteniendo su cordura puesta entre la demás gente. No sabía ni siquiera porque había pedido la bebida para llevar en primer lugar.

O Quizás si sabe, y es que, desde ahora en algunos meses, no podría tomarlo tanto, o nada, como quisiera.

Logró relajarse en cuanto el movimiento del auto volvió a ser constante, saliendo de todo el acumulo de autos que estorbaban, y así, finalmente el taxi lo llevó a su punto destinatario.

Le pagó al conductor lo debido y salió de allí, con el café y sobre en manos. Su hogar no era nada más que un apartamento, compartido por dos de sus mejores amigos, unos gemelos dos años menores que él, que había conocido en el transcurso de su vida universitaria; algo que –para su fortuna, debido a la situación– ya había terminado precisamente hace unos meses, aunque ellos apenas van para la mitad de sus carreras respectivas.

Y hablando de sus amigos, uno se encontraba allí, justo en el momento que Genya está por llegar a la puerta, un chico poco más bajito que él, de mechones y ojos turquesa, abría esta para lo que parecía salir a algún lado; apostando a cómo vestía bastante informal, además de tener en una de sus manos una bolsa de mandado Genya supuso que solo iría a la tienda.

—Hey —Saluda Muichirou Tokito, acompañado en un gesto con la cabeza que es correspondido por el más alto— estaba por empezar a hacer la comida, pero faltan algunas verduras.

—Está bien… —Genya niega al restarle importancia— De todos modos, no tengo mucha hambre.

Recibe solo un diminuto "Ah", suficiente que indicaba mantener un poco de curiosidad en lo que Genya le había dicho.

—¿Ya comiste? —El chico gemelo alza una ceja, aunque de inmediato nota el vaso de café que sostiene su amigo y compañero— ¿Otro de tus misteriosos antojos?

Himejima forma una mueca al intentar responder, pero al sentir aún sobre si mismo la mirada curiosa de Muichirou hizo que su lengua quedara quieta; el chico ahora veía el sobre.

Unexpected [SaneGen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora