Confusión

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Creo que mejor me hubiera quedado en casa, el bullicio que hay aquí en la escuela es abrumador. No hay mucha gente, de echo la escuela se supone debería estar cerrada, pero aún así el ruido es demasiado.

-Luka, ¿estás bien?- Al voltear me encontré con dos ojos azules mirándome con preocupación. Marinette es la razón por la cuál estoy aquí. Me había pedido que la acompañara en su prueba de esgrima, dijo que sentía nerviosa porque ahí iba a estar Agreste y lo único que pude hacer fue aceptar, aunque al principio me negué, por más que considerara a Adrien un amigo, no dejaba de ser el chico del que Marinette se había enamorado y eso de alguna forma me molestaba.

-Si, no te preocupes, Mari- Le respondí mientras le sonreía, ella me sonrió de nuevo mientras sus mejillas se teñían de rosado muy bonito. Es muy linda.

-Ah, que bien- Me dijo mientras suspiraba. -Entonces me voy a ponerme el equipo de esgrima, no tardo- Dijo y se fue corriendo en dirección a los vestidores con paso un poco torpe. Me reí un poco y me fui a sentar en las escaleras mientras veía como todos se reunían al centro de la escuela ya vestidos con sus trajes de esgrima.

Mientras esperaba, me puse a pensar en ella y en Agreste. Él no la merece, no parece ver lo tanto que Mari lo quiere, no la aprecia lo suficiente. Si yo fuera él le prestaría toda la atención del mundo, ella merece eso y más, ¿qué acaso está ciego o no presta atención a las señales que le da Marine... olvídalo, ella tampoco es muy clara con eso.

...

Después de unos minutos vi volver a Marinette ya vestida con el traje de esgrima puesto. Se ve tan linda.

A ella la conocí un día que iba paseando por el Sena, ella se tropezó y casi cae de no haber sido porque la sostuve antes de que ocurriera un desastre. Su mirada se clavó sobre la mía y mi estómago dio vueltas. En ese  momento sentí una calidez que recorría mi cuerpo entero mientras miraba sus ojos azules y apretaba más mi agarre en su cintura como si no quisiera separarme de ella. Ella es todo lo que quise... sin embargo su corazón ya estaba inquieto por el de alguien más, pero aún así voy a estar siempre a su lado.

-Ah, ¿cómo me veo?- Me preguntó con una sonrisa tímida mientras daba una vuelta.

-Te ves muy bien, Mari- Sonreí con las mejillas calientes, como quisiera que amara.

Aún no le digo lo que siento, pero se que la respuesta va a ser un no, así que prefiero esperar y luego decirle, quiero prepararme bien antes de ser rechazado. O tal vez nunca le diga, por mucho que me gustaría ser su pareja, adoro la relación amistosa que tenemos, no me gustaría arruinarla y que luego ella se sienta incómoda conmigo.

Marinette se dirigió donde los demás estudiantes se encontraban, en eso la vi chocar con un chico, no le di importancia hasta que este se quitó el casco que traía y Mari empezó a tartamudear y hacer movimientos raros. Es Adrien. Pensé y mi corazón se sintió pesado.

-Muy bien, jóvenes, hoy veremos quienes son aptos para asistir a mi academia y quienes no. Para esto los voy a estar observando mientras lanzan ataques a mis mejores estudiantes...- La voz del instructor empezó a sonar en toda la escuela mientras andaba de un lado a otro manteniendo su postura recta.

Marinette solo hacía gestos desinteresados e impacientes, o eso pude notar. Ella se quedó parada en un lugar cerca de dónde yo estaba, recargué mi cabeza sobre mi palma y la veía con cariño mientras ella paseaba su mirada por todos lados.

Finalmente llegó Adrien quien se puso a darle unas instrucciones y luego empezaron el combate. Al principio vi como Agreste no le metía empeño en lo que hacía, como si le estuviera dando oportunidad a Marinette, pero ella empezó con unos movimientos ágiles que al parecer dejaron sorprendido al rubiecito. Sonreí orgulloso.

Adrien le daba elogios a Marinrtte por sus reflejos, ataques, etc. Quise sentirme molesto, pero solo sonreía bobo al verla de esa manera. Su cara estaba roja y poco sudada, sus labios se habían hinchado levemente y sus ojos mostraban determinación, cosa que hizo que sintiera cómo en mi pecho mis latidos aceleraban.

Después de unos cuantos combates más, Adrien empezó a tomárselo en serio. Se empezó a mover con más agilidad y ligereza, parecía como si estuviera bailando mientras combatía. No pude evitar postrar mi atención sobre él, sobre su cintura cuando esquivaba un ataque. Pronto me vi ignorando la presencia de Marinette, cosa que no me importó mucho puesto que lo ahora veía era impresionante... él era impresionante. Cuando terminaron, centré mi mirada en el pecho de Agreste, en como subía y bajaba por el cansancio y la agitación, luego observé su cara, roja e hinchada, se veía bastante tierno...

Un momento...

Sacudí mi cabeza mientras me abofeteaba internamente, ¿en qué estaba pensando?
Volví mi mirada a donde ellos estaban y los vi dándose un apretón de manos.

-Ah, lo hiciste bien para ser tu primera vez practicando esgrima, Marinette- Por un momento pensé que me molestaría la sonrisa del rubiecito, pero no, solo sentí que mis mejillas se pusieron un poco calientes y que los latidos en mi pecho se calmaban, eso me dio una sensación de paz. Agradable.

-Oh, ¿tú crees eso?- Escuché decir a Marinette mientras se rascaba la nuca y empezaba a balbucear dándole cumplidos a Adrien torpemente.

No me paré de mi lugar, solo me limitaba a verlos conversar, reían y Adrien le enseñaba diferentes posturas y ataques ya sin combatir, Marinette observaba atenta. De repente, al verlos a ambos, un sentimiento de confusión se apoderó de mi pecho, uno que dolía y desesperaba, no sabía porqué me sentía así, pero no era lindo. Me empecé a marear levemente y cerré los ojos esperando que desapareciera. En eso escuché una voz nueva que exigía un duelo contra un estudiante, blah, blah, blah. Me fui al baño.

-Agh, ¿por qué razón me siento así?- Me miré en el espejo y me agarré la cara. -Hasta hace unos momentos estaba bien... ¿qué pasa?- De pronto una imagen de Adrien pasó por mi mente y la confusión fue reemplazada por un gran sonrojo por lo que pude notar en el espejo... necesito hablar con Juleka.

Estaba a punto de abrir la puerta y salir para reunirme de nuevo con Marinette, sin embrago escuché como todos corrían y gritaban despavoridos. Cuanto drama. Era un akuma, obviamente. Me metí en un cubículo y me senté con la tapa cerrada.

En eso oí que la puerta se abría con prisa y chocaba con la pared. Una segunda puerta fue abierta y cerrada con seguro: la del cubículo de al lado. No di mucha importancia hasta que escuché dos voces.

-Plagg, es Kagami la que está akumizada, de seguro está molesta por lo que dijo Marinette... - ¿Adrien? Quise preguntar pero mejor me quedé callado y solo seguí escuchando.

-Ay, niño, esa Marinette esta loquiiiita por ti, tanto que se deja guiar por su amor ciego para hacerte ganar... - ¿Quién es? Su voz es de un chico... pero no lo conozco. Miré por debajo de las paredes que separaban los baños y solo vi los zapatos de Adrien... ¿Qué mierda?

-¿De que amor estás hablando, Plagg? Como sea. Plagg ¡las garras!- Una luz verde salió por las orillas de la cabina, luego se abrió la puerta y Adrien salió, miré por un borde y noté cómo alguien vestido de negro salía por la puerta del baño. Salí y lo empecé a seguir.

Volví a estar en el centro de la escuela, no había nadie. Mi teléfono empezó a sonar, eran las noticias en donde Nadia Chamak relataba como Ladybug combatía a un villano, rato después llegó Chat Noir... algo no me cuadraba.

Primero pensé en buscar a Adrien, pero una idea pasó por mi cabeza, esa figura que vi en los baños, no pudo ser otro más que Adrien, solo estábamos él y yo... claro, y esa otra voz invisible... pero solo vi salir a una persona. Miré de nuevo las noticias que centraban la cámara en ambos heroes... algo se me hizo familiar en ambos, más en Chat Noir... ¿Y si...?

Hurry up, Marinette [Lukadrien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora