nightmare

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jungkoo es un chico de dieciséis añitos, es bonito, dulce y amable con todo el mundo, vive felizmente en una linda y pequeña aldea donde habitan personas normales y otras 'anormales'. ama los bosques mágicos con abundantes flores, y las diminutas hadas que encuentra cuando sale a caminar, es literalmente, como vivir en un cuento de hadas.

el pequeño jeon disfruta del viento que golpea su ventana, es una noche de otoño, y a googie le encanta está estación del año ya que los días son fríos y las hojas secas relucen en amarillo y anaranjado en los enormes árboles.

aunque no es tan tarde, la luna está en lo más alto del cielo y brilla tanto, junto a sus estrellitas.

el brujito se encuentra en su habitación, específicamente en su pequeño escritorio, sólo con la iluminación de una lámpara, leyendo los pasos de su diario mágico para preparar un hechizo de amor que uno de sus amigos le suplicó que hiciera.

jungkoo es descendiente de una familia 'mágica', sus padres son brujos y sus abuelos hechiceros. al castañito le divierte hacer hechizos y encantamientos, desde pequeñito a aprendido a usar la magia, pues su primera varita mágica se la dieron a los diez añitos, aunque a veces es algo torpe con ella.

googie tiene algunos ingredientes sobre su escritorio, eligió un hechizo sencillo que consiste en mezclarlo con una galletita o con algún otro postre para esconder lo agrio u amargado del elíxir, pero lo único que le falta es un pétalo de una rosa que en éste momento no tiene en sus manos.

por lo que necesita salir a buscar la dichosa rosa, y creé saber dónde encontrarla, en un bosque, y que mejor que los bosques de su sector.

googie sabe perfectamente lo peligroso que es ir a los bosques por la noche, pero su mejor amigo necesita tanto que el chico de sus sueños sea su novio.

el brujito vierte el rojo líquido que hizo en un frasquito, lo esconde en uno de los cajoncitos de su escritorio, y antes de salir de su habitación, se abriga con un gorrito y una bufanda de lana blanca, ambos del mismo color, por encima de su sudadera púrpura suave y jean celeste, junto a su pequeño bolso de kuromi para traer los pétalos de la rosa que necesita.

bajó hasta el primer piso, donde encontró sobre el sofá a sus padres viendo alguna película en la tv, mientras bebían chocolate caliente y jungkoo deseó acurrucarse con ellos.

"¡papi, mami, voy a salir!" googie les gritó al abrir la puerta de salida, los mayores dejaron de lado la película y dirigieron sus ojos a su bebé.

"¿¡a dónde!?" su padre preguntó con el ceño fruncido, gritando de la misma manera porque el volumen de la televisión era alto.

"¡no vayas muy lejos, mi niño!" su mami le advirtió, sonriéndole y dejándolo salir.

"¡no lo haré!" dijo el menor por último, ignoró a su padre, sonriéndoles inocentemente, antes de cerrar la puerta y sentir al viento acariciarle suavemente la piel.

la luna y los postes de luz iluminaban las oscuras calles. cuando el frío lo hizo temblar un poquito, llevó sus manitos a los bolsillos de la parte baja y frontal de su sudadera.

al bosque que iría no estaba tan lejos, por lo que sólo pasaron unos cinco minutitos cuando ya se encontraba entre grandes árboles y pisando con sus pequeñas botas negras las hojas secas del suelo.

se le dificultó ver por la oscuridad, así que sacó su varita mágica de su bolsito, la agitó un poco y susurró unas palabritas raras, y la hizo brillar.

su pequeña vara mágica iluminaba su camino; googie ama su varita, además de ser favorable, es bonita, rosada, y la punta tiene forma de conejito, él mismo la personalizó.

jungkoo tenía que encontrar cuanto antes ésa rosa, no quiere tropezar con algún feo monstruo del bosque.

pero, oh, es una linda noche de luna llena.

el brujito escuchó pisadas de repente, que no eran suyas, dejó de temblar de frío y empezó a temblar de miedo, quedándose quieto, googie giró su cabecita apenas un poquito, y segundos después fue empujado hacía el suelo, su carita contra las hojas secas, un enorme animal de dos metros de altura lo estaba casi aplastándolo.

era un lobo, un gran lobo de pelaje oscuro como la noche.

el animal aulló, y jungkoo quiso escapar, desaparecer, y gritar pero el miedo abundaba en su ser. pensó en usar su varita para defenderse con algún hechizo, pero estaba lejos de su alcance, el castañito intentó estirando uno de sus bracitos para alcanzarla pero fue imposible.

cuando el lobo sintió al niñito moverse, le gruñó, mostrándole sus grandes colmillos, y un poco de baba cayó en una de las regordetas y mojadas mejillas del pequeño.

los hermosos luceros de googie brillaron en lágrimas, ¡era su fin!

el lobo volvió a aullar, alzando su hocico hacía la luna, agradecido. el animal solamente quiere un agujero que profanar; para el lobo alfa, googie era como un omega, su aroma era dulce y delicioso como un pastelito.

de la boquita del menor salían hipidos y chillidos, el peso del alfa era mucho para su pequeño cuerpo, y sólo se imaginaba en que sería comida de un feo lobo, que moriría virgen y sin haber sido besado por un hermoso príncipe azúl.

el alfa olfató la ropita de su presa, y resopló porque el pequeñito tenía muchas prendas encima, luego lloriqueó por el dolor en su erecta polla gorda y larga. el lobo estaba tan cegado por el celo, que no le importaría lastimar al brujito entre sus cuatro patas.

moonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora