Capítulo 1. ¿Tan pronto?

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Aitana

—Feliz cumpleaños al niño más gruñón que existe— salte encima de Pablo

Hoy cumplía 19 años. Si, estaba viejo ya.

—Quiero seguir durmiendo Aitana— hablo ronco

—Que no, levántate o te votó un balde de agua.

Apenas dije eso se levanto de un tirón. Y yo solté una risa.

—Ese es mi niño— le di un abrazo

El volteo los ojos pero igual me correspondió el abrazo.

—¿Como has venido tan temprano?— me pregunto frotándose los ojos con las manos

—Pedri me trajo.

El asintió y se fue a su armario para coger ropa.

—Te veo abajo, no tardes— lo señalé

—Que si pesada.

Le saqué el dedo del medio y salí corriendo a la cocina.

Les pongo un poco en contexto.

Pablo y yo somos mejores amigos desde que el tenía 16 y yo 14. Si, el me gana con dos años.

Ambos nos conocimos por Pedri. Mi hermano. Los tres somos muy unidos desde entonces.

—¡Aitana!— Aurora me atrapó en sus brazos

Reí y nos abrazamos hasta caernos al suelo.

Nos queríamos como dos hermanas.

—Que bueno es verte, ¿ya despertaste al gruñón de mi hermano?

Asentí entre risas.

—Tengo pensado hacerle una fiesta en la noche— me hablo bajito para que Belem no la escuche

—Me parece una buena idea.

—¡Chicas venid!— Belem grito

Ambas corrimos hasta el comedor para ayudar a Belem a poner la mesa.

Al poco rato bajo Pablo y su madre y hermana lo abrazaron.

—Tu comida favorita— dije poniendo el plato de paella delante de él

El me sonrió y cogio la comida.

Me senté al lado de el y entre los cuatro empezamos a comer. Su padre estaba en Sevilla por temas de trabajo.

—¡Ahora viene el postre!— chille mientras me levantaba para ir a la cocina

Había preparado tarta de fresas. Era la favorita de pablo y mia.

—Por eso es que te quiero tanto— pablo me abrazo

Solté una risa y repartí la tarta.

Una ves habíamos disfrutado de un momento familiar muy tranquilo. Aurora se fue a trabajar y Belem hacer compras.

—Los veo en la noche, no harán travesuras— su mamá beso mi mejilla y luego la de pablo

—Ya no tenemos 16 años Mamá— pablo reviro los ojos

—Bueno tu si creciste, pero yo no. Aunque la mayor soy yo— me encogí de hombros

—Tienes 17, has crecido pero igual sigues siendo una enana al lado mío.

Apenas dijo eso se fue corriendo y yo fui tras de el.

Belem río y luego salió por la puerta.

—No te escaparas de mi Gavira.

𝐈𝐧𝐞𝐟𝐚𝐛𝐥𝐞 - 𝐠𝐚𝐯𝐢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora