|Capítulo II|

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"No eres leal"

La siguiente nota la trago Pig, quién huyó despavorido apenas tomó el papel de su pico. Parecía asustado de la sola idea de quedarse en la mesa de Gryffindor, como si alguien de allí le hubiese hecho algo terrible.

Cuando la leyó, vio que pese a que las letras eran parecidas, no era la misma caligrafía. Y esta vez, en traía escrito que no era leal. Al principio no había entendido a que se refería, pero luego cayo en cuenta.

Había cambiado a Harry por otros. No realmente, pero desde fuera así se veía.

No estaba acompañando a Harry en su momento difícil, sino que estaba junto a Dean y Seamus, quienes intentaban ayudarlo con su propios problemas, pero ambos tenían posturas tan distintas sobre el tema que no sabia por donde empezar.

Dean decía que no estaba mal que estuvieran separados por un tiempo, ya que era normal que los muggles al tener conflictos buscaran tener su propio espacio para estar tranquilos, reflexionar y luego decidir que hacer. Desde su perspectiva, Harry y Ron habían tenido un conflicto de intereses, y que no debía angustiarse por eso, ya que después de que el enojo pasara ambos hablarían y solucionarían el problema de manera civilizada.

Seamus decía lo contrario. Que en momentos difíciles debes estar con tus amigos, quienes te necesitan en momentos críticos y te apoyaron en los tuyos. Darse el lujo de dejarlos en problemas así demostraba que era una persona egoísta, que no estaba preparado para entender que el mundo no gira alrededor de sus sentimientos, y que no debía seguir enojado por esto. Si su amistad era tan frágil para romperse ante la menor pelea, debía remendarlo inmediatamente, para volver a estar junto a Harry lo mas antes posible, ya que los amigos valían mas que un enojo pasajero.

Cuando los amigos empezaron a pelear entre ellos por los modos de arreglar la situación, Ron se llevó las manos a la cabeza, deseando que todo terminara. No solo no había encontrado respuesta a su problema, sino que también había generado mas entre sus compañeros de dormitorio.

Arruinas todo lo que tocas, Weasley. Pensó de manera amarga.

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Se supone que era una coincidencia, pero parece mas algo ensayado como para serlo.

Al igual que ayer, los pasillos de las mazmorras estaban inundados de susurros sobre como el no era leal hacia Harry y Hermione, dejando al niño que vivió a su suerte en un momento difícil. A diferencia de las acusaciones de que era mal amigo, había muchas maneras de demostrar su lealtad, pero estas llegaban a oídos sordos ante las palabras de los cinco Hufflepuffs mayores cuando intentó rebatirles.

- Si eres tan leal ¿Por que no apoyaste a tu amigo cuando su nombre salió de la copa?- Iba a responder pero fue interrumpido.

- Es porque es un Weasley, y ellos no saben lo que es la lealtad hacia los suyos- Les contestó uno de los tres estudiantes de Slytherin de séptimo año, que se acercaron por detrás- Lo llevan en la sangre, el no ser leal a lo que deberían ser.

- ¿Así que es un problema genético? Con razón.

- Era de esperarse, con ser traidores de sangre es normal que ellos aprendan eso de los muggles.

- No es como si los Weasley fueran normales desde un inicio- Las risas resonaban por el pasillo.

Las orejas y rostro de Ron estaban color carmín. El oír a sus mayores hablar así de su familia lo ponía fatal, y mas por el hecho que era por su culpa que esto pasara.

- ¡Basta!¡No es cierto!¡Dejen de hablar de mi familia de esa forma!.

- ¿O sino que?¿Nos vas a delatar?- Lo apunto con su varita- En el piso de abajo no toleramos a los soplones.

- Si, Weasley- Acercó la varita a la punta de su nariz- Si dices algo, te haremos la vida imposible.

Ron estaba rodeado. Los estudiantes mayores lo tenían contra la pared, todos apuntando sus varitas hacia el. Intento mostrar que no estaba asustado, pero sus piernas temblaban y su rostro se puso mas pálido que paloma blanca.

- ¿Saben que? Desearía que este fuera Potter- Gruño uno de los tejones- Me gustaría hacerlo pagar por atreverse a robar la gloria de Hufflepuff de nuevo.

- A mi también- Asintió a favor- Ese tonto arruino nuestro momento. Si no fuera por Diggory, yo mismo lo habría arrojado al Lago Negro.

- Hay una manera de llegar a Potter sin tocarlo- Puso su varita de nogal en la nuez de Adán del pelirrojo- Dime ¿Sabes nadar, Weasley?.

- Yo...

- ¡Levicorpus!.

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Duele. Le arde mucho. No sabía cuánto más podría aguantar.

- ¡T-Treinta y cuatro!.

Volvió a intentar tomar aire, pero el agua entró por su nariz, haciendo que arda mucho por la irritación.

- ¡T-Treinta y cinco!- Grito con todas sus fuerzas, aunque se vio opacado por las risas.

Estaba colgado por el tobillo por una maldición, mientas que la otra mitad de su cuerpo era sumergida de forma constante en el lago. Tenía mucho frío, pero a los estudiantes mayores no les importaba, solo querían seguir con la tortura.

Según ellos, le estaban enseñando lealtad.

Lo obligaban a sumergirse si no les revelaba como Harry había ingresado al torneo. Como no lo sabía, habían estado así por mucho tiempo, mientras le hacían contar cada sumergida, hasta que no dijera la verdad.

Un Slytherin le dijo que hasta cierto punto era admirable. El aguantar una tortura por su amigo, lo que lo estaba formando como una persona más leal de lo que sus genes Weasley le dejó ser. Ron intentó hacer oídos sordos, pero eso valió unos cincuenta segundos bajo el agua.

El era leal, realmente lo era. Estuvo al lado de sus amigos cuando perdieron puntos por el asunto de Norberta, y cuando Harry fue desprestigiado por saber hablar parsel. Creía que era suficiente estar a su lado en la lucha contra Voldemort.

Al parecer no era suficiente, ya que para el alumnado de Hogwarts, el ser leal implicaba estar al lado de sus amigos sin importar si estos no quieren siquiera verlo, estar allí aunque no puedas estar para ti mismo e incluso dejar de lado tus propios sentimientos y problemas por otra persona.

Al parecer, para todos y para el mismo, Ron Weasley no era leal.

Amor Obsesivo || HarronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora