Mi Manera De Amar

mon chéri

En un instante de amor y confianza
dos corazones se unieron en alianza,
prometiendo eternidad y felicidad,
pero el destino jugó su cruel verdad.

Las miradas que antes se iluminaban,
hoy se evitan, en silencio se alejan.
Las palabras dulces ya no resuenan,
las promesas rotas yacen en la arena.

El amor que una vez fue viento en popa,
se convirtió en tormenta, en mar en hola.
Se acabaron los versos llenos de pasión,
y en su lugar quedó solo desolación.

El adiós se hizo eco en nuestras vidas,
las lágrimas cayeron, heridas abiertas.
El corazón sangrando, sintiendo el peso,
de un amor que se convirtió en exceso.

Pero en esta ruptura, florece el renacer,
la oportunidad de volver a aprender.
De sanar las heridas y encontrar consuelo,
en el amor propio, en el alma en vuelo.

Las lágrimas se secan, el corazón sana,
las cicatrices quedan, pero la vida emana.
El adiós abre puertas a nuevos horizontes,
donde el amor verdadero se hace presente.

Así, en medio de la tristeza y despedida,
nace la esperanza, la renovada vida.
Y aunque el corazón pudo haberse roto,
resurge más fuerte, listo para amar de nuevo.