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No era ningún secreto que Carlos y Checo eran muy buenos amigos, el ser los únicos aparte de Alonso que hablaban español obviamente había ayudado a que su relación se fortaleciera.

Cuando Carlos llego a la Formula 1 los primeros que lo apoyaron y le ayudaron a empezar en el mundo fueron Fernando y Checo, sin embargo mientras que con Fernando hizo una relación más parecida a aprendiz y maestro, con el mexicano llego a formar una amistad fuerte desde el inicio, se podía llegar a decir incluso que eran mejores amigos.

Era normal después de las carreras hacer fiestas donde iban los pilotos y personas de los diferentes equipos, casi siempre las fiestas terminaban con todos pasados de alcohol y con una muy probable resaca al día siguiente, al igual que varias cosas sin recordar.

Como siempre Carlos y Checo se la pasaban la mayor parte del tiempo juntos, ya sea con más pilotos o solo ellos, y cuando no era porque alguno de los dos conseguía a alguien para pasar la noche, el otro lo entendía cuando esto pasaba, regresaban juntos a su hotel y luego cada uno se dirigía a su habitación.

En muchas de estas fiestas a ambos se les podía ver bailando juntos, muy juntos, para el gusto de las personas que no los conocían, pero para el resto de los pilotos y demás personas que los conocían sabían que esto era normal entre ellos, bailar muy juntos y una que otra vez verlos besándose sin compromiso alguno, al parecer ambos sabían que esto solo era por diversión, ellos decían que era una forma de fortalecer la amistad, al final del día ambos seguían teniendo el mismo trato el uno con el otro, y fuera de lo que hacían en las fiestas, no se notaba nada más que una amistad entre los dos pilotos.

Era la última carrera de la temporada y aunque no había sido la mejor temporada para ambos tampoco se sentían tan mal ya que sabían que a pesar de las dificultades que tuvieron habían hecho todo lo que podían con lo que tenían por lo que como era costumbre irían a la fiesta después de la carrera por lo que ambos se verían el lobby del hotel donde se hospedaba Sergio y de ahí irían directo a la fiesta.

"¿Ya estas listo? Ya me quiero ir, todos ya están halla."

"No seas desesperado Carlos, solo baje 10 minutos tarde de la hora en la que quedamos, agradece que fue poco."

"Siempre de impuntual cabrón."

Carlos guio a Checo hasta donde estaba su taxi esperando, los dos siempre terminaban muy borrachos por lo que manejar de regreso no era una opción y mejor pedían un taxi.

"Por cierto que guapo te ves cuando te bañas" Checo volteo a ver a Carlos a los ojos, sonriendo para devolverle la broma mientras el taxi iba hacia donde estaba siendo la fiesta, "Gracias, lástima que tu ni bañándote te ves bien."

"Oh vamos, ambos sabemos que soy hermoso y no lo puedes negar."

"Bueno está bien lo acepto te ves muy apuesto hoy." Ambos seguían viéndose a los ojos y después de esto último dicho por Sergio algo cambio en el ambiente, el tono suave que uso Checo y lo repentinamente privado que se sintió todo de un momento a otro hizo que algo despertara en ellos, aunque ninguno dijo nada, tal vez porque era la primera vez que se sentía cierta tensión después de este tipo de bromas que eran muy comunes entre los dos, esta vez había algo diferente, ambos desviaron la mirada hacia la ventana y el resto del viaje siguió con un silencio poco común entre ellos.

Una vez que llegaron al lugar y se ambientaron, la tensión ya había desaparecido, nadie notaba algo fuera de lugar con ellos aunque ellos no podían decir lo mismo aunque todo estaba relativamente normal, seguían con la duda sobre el sentimiento que sintieron en el taxi, aunque los dos llegaron a la conclusión de que lo mejor era pensar en eso al día siguiente y solo disfrutar de la fiesta y dejar que el alcohol rompiera toda duda entre ellos y sus pensamientos se nublaran por unas cuentas horas.

Un beso OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora