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  Era de mañana, los pájaros cantaban nostálgicamente, mis ojos se abrieron y pestañaron varias veces al sentir un pequeño rayo de sol en la cara, tenía los ojos cansados, hinchados, rojos, no pude dormir nada anoche debido a que no podía aguantar ni una sola lágrima más, me desahogué en un amargo llanto toda la noche, sin consuelo alguno, totalmente solo. No quería levantarme de la cama, no mirar el celular, simplemente quería volver a llorar una vez más y poder tan sólo desaparecer de la faz mundial, era agotador sentir una gran punzada en el pecho al recordar cada pequeña palabra que había recibido de parte de mi madre, era como si cada cosa que salió de su boca no le hubiera importado nada las consecuencias que eso conllevaría y cada vez que recordaba eso, me dolía aún más, fue una pelea como las que suelo tener siempre con ella, pero esta vez me destrozó por completo sus palabras, tan a ese punto en que me las creí.
Mi celular empezó a vibrar a más no dar, sonando ese molesto ruido de notificaciones, siendo un total fastidió, agarré mi celular, prendiendolo, que para mí sorpresa, eran mensajes de Iván, mi mejor amigo y alguien a quien tomaba como hermano mayor; cierto, me había olvidado que después de la pelea con mi mamá le había dicho lo que había sucedido, que idiota que soy.

Hola Rodri ¿Te sentís un toque mejor que anoche? Si no, vení a mi casa, o yo voy para allá, para entretenerte por lo menos un ratito de eso.

Decía la notificación del mensaje, se me hizo muy tierno, Iván siempre era así cuando se trataba de mi ánimo o el de Tomás, otro de mis mejores amigos, apreté la notificación y le respondí con la típica frase que le dices a alguien para no preocuparlo más 'sí, ya me siento mejor, tranqui', luego de eso, dejé nuevamente el celular, desapareciendo la pequeña sonrisa que se me había formado al ver la preocupación de mi amigo, acostándome nuevamente en la cama, abrazando la almohada, pensando en si las palabras de mi madre eran verdad, quizás sí la tenía y yo soy todo lo que ella dijo. Nuevamente, sonó aquel ruido de notificación, sacándome de mis pensamientos, voltee a ver el celular, para agarrarlo.

— Ya sé que lo decís para no preocuparme ¿Querés que vaya?

Ese mensaje se mostraba en las barras de notificaciones, me quedé viéndolo por un buen rato, pensando en que responder, no quería molestarlo, ni mucho menos quería que me viera así de llorón, pero necesitaba un abrazo, el cariño de alguien. Abrí la notificación y le respondí con un simple 'sí, por favor'.
Minutos después se escuchó el timbre de la puerta sonar, por lo que bajé de mi cama, con mucho esfuerzo y cuidado, bajando las escaleras silenciosamente y le abrí la puerta, al instante en el que abrí la puerta, sorprendentemente Iván me abrazó al instante que la abrí, Dios ¿Tanto lo preocupé anoche? Me siento como un idiota. Correspondí al abrazo de mi amigo, estallando en llanto nuevamente, era justo lo que necesitaba en este momento, tan sólo un abrazo; Iván me agarró de la mano cuidadosamente y subimos por las escaleras en silencio, para no despertar a mi madre, al llegar me senté en la cama, agachando la cabeza, no quería que me viera con las mejillas rojas y con los ojos apunto de estallar en un mar de lágrimas nuevamente.

Rodri, sé que es duro lo que pasó anoche, más viniendo de tu madre, pero hey, no le hagas caso, vos no sos así y ella no tiene razón en nada de eso ¿Sí? Sos mi hermanito, y como tu hermano te digo la verdad, sé que quizás no te haga de mucha ayuda ahora, pero voy a estar para vos siempre que pueda y que vos quieras.

Al terminar esa oración, se acercó a mí y me abrazó fuertemente, sentándose al lado mío en la cama, me acosté en su pecho, correspondiendo al abrazo, haciendo que mi mandíbula empiece a temblar, haciendo que pequeñas gotas de lágrimas caigan por mis mejillas, apretando la remera de mi amigo, quién no paró de abrazarme y de darme mimos en la espalda, intentando calmarme de aquél llanto que parecía inconsolable. Por lo que Iván se acomodó más adentro de la cama, apoyando la espalda en el respaldo, llevándome junto a él, acostándome en su pecho para hacerme mimos; no podía parar de llorar en ese momento, mi pecho dolía demasiado y mi garganta tenía un gran nudo en ella, hasta que escuché que Iván cantaba por lo bajo, casi que susurrando, una canción, 'beautiful boy' era la canción, me la cantaba cerca del oído, cosa que pudiera escucharla mientras me hacía mimos en la cabeza, eso logró calmarme un poco, el llanto seguía, pero ya no tan fuerte e incontrolable como antes, eran simples gotas que caían por mis mejillas, en ese momento me sentía querido, amado por alguien, y por fin las cosas que mi madre había dicho a la noche, desaparecieron de mi cabeza en lo que quedaba del día, logrando tranquilizarme.

— Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful boy..

Cantó por último, dándome un beso en la cabeza, el llanto ya había cesado, por fin podía respirar correctamente y ya no sentía ese nudo grande en mi garganta, estaba tranquilo, me sentía seguro, seguro junto a Iván, junto a mi mejor amigo, mi hermano.

Beautiful BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora