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—Si continuas caminando de ese modo, me dará un ataque de nervios..

Hablo Carla a su amiga, Briana que no paraba de caminar en círculos por la sala con el celular en mano, parecía.. no, estaba totalmente en desesperó.

—Por que no contesta!? —grito al aparato cuando la llamada se fue directamente a buzón.

—Uh.. tal vez la esté pasando bien con..

—No! —interrumpió en un grito consternada.

Carla salto en el sofá con aquel gritó, la morena se dio cuenta al ver la sorpresa en los ojos café de su amiga, aspiro con fuerza sentándose sin ganas en el sofá apoyando los codos en sus rodillas, la de ascendencia estadounidense frunció el ceño tras los lentes.

—Mira, no me interesa que gustes de ella pero, controlate un poco —habla con enojó.

De Briana no se escucho más que un suspiro como respuesta antes de recostar la espalda en el espaldar del sofá.

—Ojalá fuera que me gustará..

Murmuró con frustración, Ojalá si fuera eso. Carla rodó los ojos yéndose directo a la puerta y al verse sola se fue hacia la tercera planta donde se situaba su zona, todo el tercer piso era su total dominio, paso de su cuarto hacia la habitación del fondo que al poner un código, se abrió dando paso a una tenue luz azulada.

Carla caminaba molesta hacia el parque, el único lugar donde sabía que podría encontrar paz pues sus pensamientos querían centrarse en que lo que sentía, era fastidio y no celos, nada más.

Pov Darah...

Estaba tan asustada que me quedé pasmada un largo rato, solo repitiendo ese nombre y la frase.

"Me acosté con un asesino"

Me daba miedo pensar que él, sólo quisiera silenciarme o quizás vi algo en mi borrachera de lo que no me acuerda, a, pero si recuerdo como me embestia con fuerza y se adueñaba de mis tetas.

Alce la mirada del plato humeante de pasta blanca al tipo frente mío que, sin preocuparse, comía su carne con gusto.

Claro, en esa mesa, el es el juez que dictaminara si muero o vivo.

De solo pensarlo, el terror se instala en mis huesos, sentía el corazón en mis oídos, como si estuviera usando unos audífonos de insonoracion, ese estruendoso ruido solo hacía que mi cerebro imaginará las formas en que quizás, la asesinaria. Era conocido por usar una espada.. o katana y quemar a sus víctimas, ¿me quemaría viva como hizo en Rusia? ¿Desnuda y colgando de ganchos de carne? O como en Estados Unidos, rompiendo las extremidades, lanzándome a un nido de ratas hambrientas y el solo se quedaría a ver como esas cosas me comen viva mientras suplico por mi vida y trato de huir..

Las otras posibilidades son los secuaces y creer caer en manos de uno llamado el demonio blanco, era bastante traumante.. realmente, era mejor ser quemada viva como una bruja.

—Que tanto piensas con esa cara de terror?

Esa voz me hizo saltar, alzó la mirada rápidamente con el ceño ligeramente fruncido pues casi puedo decir que lo dijo como si tuviera a un conejillo asustado, lo cual es cierto pero, tengo sangre latina y una madre latina, seria una vergüenza si no le peleó primero.

—En lo ridículo que se ve persiguiendome —aclare, el detuvo el cortar de su platillo— estaba ebria y metí las patas, lo admito pero... seguirme como un acosador?

¡Solo soy una universitaria!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora