La imagen del bebé

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Había decido sacar otra cita para ver cómo estaba su pequeña y preciosa bendición, después de la confirmación de que estaba embarazado trataban de organizar todo con los tíos de su novio.

Pero el nuevo esperado día de cita llegó para ponerse en marcha, Draco desde que se enteró del embarazo lo trataba con más cuidado cosa que en parte le hacía feliz a su pareja
Draco: (nervioso) Harry, ¿estás seguro de que estás bien? No deberías estar forzándote demasiado.

—Draco, relájate. Estoy bien, de verdad. Solo es una cita de rutina con el sanador-sonrio-.

—Lo sé, es solo que ha pasado un tiempo desde que vinimos por primera vez -acaricio su mano con dulzura- además queria estar presente, no quiero perderme nada acerca de nuestro bebé.

Estaban en el pasillo esperando turno, la mayoría los miraba pero no con asco o repulsión, sabían que en su mundo todo era posible, el ambiente era tranquilo, no se escuchaba ajetreo alguno, no se veía ir a personas corriendo de aquí para allá o mucho menos a aurores lastimados; Draco agradecía enormemente a Merlín de que Harry no sea auror, era un peso menos para su pobre corazón, ya que si esto hubiese sido así estaría preocupado por el peligro constante que tendría al saber que su pareja e hijo estaban en peligro.

—Por favor, el señor Potter, pase adelante -llamo la asistente-.

Entraron al consultorio del sanador con cuidado y sin hacer ruido alguno, un saludo cordial que relajo mucho más el ambiente, el medimago les mostro una sonrisa realmente genuina, para luego invitarles a tomar asiento a ambos.

—¡Bienvenidos, señores Potter y Malfoy! ¿Cómo se encuentran hoy? -pregunto mientras miraba la historia clínica-.

—Todo está bien, solo una pequeña preocupación de Draco -dijo con una sonrisa- está más al pendiente de mí que yo mismo.

Con el entrecejo fruncido se dispuso a responder —Solo quiero asegurarme de que Harry y el bebé estén en perfectas condiciones.

—Eso es comprensible señor Malfoy. Bien, empecemos con la revisión. Harry, siéntate aquí y relájate, eso es primordial.

El azabache asintió a lo pedido, se puso de pie para ir a la camilla y sentarse allí, Draco estaba a su costado tomando la mano, ambos estaban nerviosos y ansiosos, con el corazón latiendo a sobremanera, el sanador se acercó a realizar algunas pruebas, revisando los signos vitales de Harry que se encontraban en perfecto estado.

—Todo parece estar bien hasta ahora. Ahora, Harry, ¿cómo ha estado tu magia últimamente? ¿Has experimentado algún síntoma nuevo?

Un poco pensativo ante las preguntas decidió responder —Bueno, he estado un poco más cansado de lo habitual, y las náuseas matutinas han comenzado a asomar la cabeza y las siento que cada día se intensifican más, pero en general, me siento bien.

—¿Náuseas matutinas intensificadas? ¿Eso es normal? -preguntó preocupado-.

—Sí, Draco, es común que las náuseas fluctúen durante el embarazo. Ahora, vamos a realizar una ecografía para ver cómo está el bebé. No se preocupen, no será nada malo bueno de seguro el señor Potter sabe cómo es una ecografía muggle, sin embargo, aquí no podemos hacer lo mismo si bien aplicamos el gel, pero también hacemos uso de otras cosas.

El medimago se dispuso a alzar la playera del azabache dejando expuesto su vientre para colocarle el gel, acomodo todo ya que realizaría dos cosas, el primero ver una imagen del bebé y la otra su firma mágica.

—Estoy emocionado por ver a nuestro bebé, Draco -dijo ansioso y con un leve chillido-.

—Yo también, Harry. Estoy seguro de que será hermoso -la sonrisa en su rostro podía expresar todo-.

—Aquí está la imagen en la pantalla. Pueden ver a su bebé ahora.

Había realizado un hechizo para poder mostrar la imagen del bebé, era muy pequeño a pesar de sus dos meses de embarazo.

—¡Oh, mira, Draco! ¡Nuestro bebé! -dijo emocionado--

—Es increíble. Nuestro hijo... o hija -estaba asombrado- es muy pequeño todavía.

—El bebé se está desarrollando adecuadamente. Miren, aquí pueden ver su pequeño corazón latiendo.

El sonido de un rápido martilleo resonó en el consultorio, haciéndole escuchar a ambos padres como latía el corazón de su pequeño bebé.

—No puedo creer que estemos viendo esto juntos, amor -emocionado y conmovido comenzó a soltar leves lágrimas.

—Es un momento especial, Harry. Y solo es el comienzo -acariciaba con cariño los mechones negros de su pareja, sentía aquellas ganas de querer llorar de alegría- nuestro nuevo comienzo... Como familia.

—Todo parece estar en orden hasta ahora, bien será mejor que les muestre de paso la forma mágica de su bebé, aunque esperen... Son dos bebes.

El medimago realizo otro hechizo para mostrarle a Harry y a su pareja como a sus bebés le envolvía un pequeño brillo.

 —Recuerden, si tienen alguna pregunta o inquietud, no duden en contactarme.

—Gracias, sanador. Estamos muy agradecidos por su ayuda -se puso de pie junto a su pareja-.

—Sí, muchas gracias por cuidar de nosotros y de nuestro bebé-dijo el rubio asintiendo con la cabeza-.

Ambos se dispusieron a salir del consultorio, tomando sus manos entrelazadas —Eso fue increíble, ¿verdad? -pregunto con una sonrisa en los labios-.

Con una pequeña sonrisa delatadora confirmo lo dicho por su pareja —Sí, Draco. Y no puedo esperar para conocernos como padres.

Draco acariciaba suavemente el vientre de Harry mientras iban caminando para ir a su hogar.

— Seremos una familia maravillosa.

Se abrazan mientras caminan de regreso a casa, llenos de esperanza y emoción por el futuro.

𝓓𝓾𝓵𝓬𝓮 𝓐𝓶𝓸𝓻 || DRARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora