— ¿Qué quieres fastidioso? — Pregunto fastidiado el albino viendo al Idol rubio parado en frente suyo.
— ¡Quiero ser tu amigo, Subaru! — Exclamo el rubio.
— ¿Mi amigo? ¡JA! No me hagas reír, niño idol. — Atacó Subaru. No quería nada que ver con Kou.
— Que cruel eres, Subaru. — Exclamó el rubio para después de hacer un puchero y después abandonar aquel jardín de rosas blancas dejando al vampiro peliblanco solo entre aquellas rosas con los ojos cerrados.
— Que fastidioso... —
Kou había entrado a la mansión, paseaba por ella como si se iría de aquel lugar en máximo una hora.
— Uhhh... Qué buenas tetas. — Soltó el rubio viendo una pintura de Cordelia, la cual estaba increíblemente oculta.
El rubio siguió caminando por los pasillos de aquella mansión hasta que encontró a sus hermanos y a los Tsukinamis, los cuales no topaba.
— Bueno, todos ustedes ya están aquí. Así que podemos comenzar. — Sentencio Reiji con los ojos cerrados, estaba de brazos cruzados cuando al fin abrió los ojos y vio a los seis vampiros con los que tenía que vivir de ahora en adelante.
— Llegas tarde, Kou. — Susurraba Yuma en forma de regañarlo.
— Como saben, la humana escapó hace dos días, y, gracias a uno de mis hermanos, la mansión de cuatro de ustedes se quemó, sepan que me disculpo con ustedes. Ahora vivirán aquí. Tenemos una cena mensual, esperemos no toquen temas como nuestras madres, y se los pido encarecidamente, pídanme permiso para entrar a mi laboratorio. — Indicaba Reiji acomodándose las gafas.
— De acuerdo, Reiji. — Dijo el mayor de los Tsukinamis, Carla sonriéndole con la mirada.
— Con eso dicho, permítanme mostrarles sus habitaciones. — Reiji los guío a todos a sus habitaciones, cómo los Mukamis habían perdido sus pertenencias, Reiji les había dado de su dinero a Ruki, Yuma y Azusa para que comprasen nuevas cosas para ellos.
— Gracias, Reiji... — Susurraba Azusa recibiendo el dinero en sus manos.
Una vez Reiji hubiera dejado a los Mukamis y Tsukinamis en sus respectivas habitaciones, se fue a su laboratorio a continuar con sus experimentos.
Al día siguiente, todos fueron en la limosina a clases. Kou veía que Subaru siempre se iba solo a quién sabe donde mientras, Laito se iba con unas chicas a hacer sus cosas, Reji y Carla se fueron a la biblioteca y así con todos los demás. A el, el único que le importaba era Subaru, por lo que lo siguió "disimuladamente".
— ¡ALEJATE DE MI, MALDITO ACOSADOR! — Gritaba el peliblanco mientras huía del idol.
— El no lo sabe aún, pero va a ser mi mejor amigo. — Pensaba Kou decidido a hacer de ese vampiro con dudosa estabilidad su mejor amigo, y no descansaría hasta lograrlo.
Al finalizar las clases, Kou se sentó al lado de Subaru, el cual lo miró con ganas de matarlo, una vez la limosina arrancó, Subaru recibió una notificación de su celular. Quería tirarse de esa limosina.
— ¡Hola Subaru kun! —
Era Kou, quien había conseguido su número.
— Fastidioso. —
— ¿Por qué eres tan malo conmigo, Subaru kun? —
— Es que me pareces un fastidio:3 —
— Eres demasiado insensible T_T —
— Gracias, Shuu me lo enseño. —
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Roses & Dicks
Fiksi PenggemarGracias a un incendio y una estrategia política, los hermanos Sakamakis se ven obligados a vivir con los Mukamis y los Tsukinamis. ¿Que podría pasar?