Mew no sabía si se debía al estrés o ese mal humor que de pronto sentia, pero el día le resultaba apagado y deprimente. Afuera el cielo mañanero era gris, gotas de lluvia que se mezclaban de vez en cuando con la ligera sensación de que todo lo que estaba sobre ellos estaba a apuntó de estallar y caerse a pedazos. Esta mañana especialmente parecía ser más inquietante de lo normal, no se sentía muy bien; para nada bien, estaba jodidamente cansado, como si su cuerpo hubiera sido aplastado con una gran carga pesada.
Suspiro con pesadez mientras cerraba la puerta del departamento a su paso y al adentrarse hacía la sala, logró escuchar la voz de Jayden que provenía directamente desde la cocina; al parecer había regresado de la casa de su padre y eso no le alegro como hubiese esperado. Algo le decía que el dolor de cabeza que sentía, iria en aumento. Dejó sus pertenencias sobre el sofa y con pasos perezosos fue en busca de su encuentro y en cuanto sus ojos se encontraron, ninguno de los dos parecía tener la intensión de decir algo. Entonces fue Jayden quien rompió ese duelo de miradas y le sirvió un poco de café.
Y a decir verdad, lo necesitaba.
Últimamente no llegaba a dormir, regresaba a esta hora de la mañana y aunque sabia que tenía que descansar o colapsaria, Mew no podía permitírse algo vital como eso si aún le quedaba demasiadas cosas por terminar.
En ocasiones, odiaba ser tan perfeccionista con su ámbito laboral.
– Tio mira, ¿te gusta? – Lucy extendió el pequeño dibujo en el cual había estado muy concentrada.
– Está hermoso – estiró cariñosamente la mejilla de la menor. Ella sonrió de oreja a oreja.
– Cariño, ¿por qué no vas a seguir con tu dibujo en la sala?, mami tiene algo que hablar con el tío Mew – le sugirió Jayden con tono afable a la niña. La pequeña asintió para luego tomar sus crayones y salir de la cocina – Mew, estuve hablando con papá y..
– No me interesa saber nada de ese señor – el castaño corto sus palabras. Había previsto sus palabras desde que le pidio a la niña que se fuera al salon, pero en este día simplemente no queria saber nada del mayor.
– Vamos Mew, es nuestro padre, no puedes hacer como si no existiera.
– ¿Pero él si puede hacerlo? – cuestión con enfado – En serio, ¿cada vez que decidas visitarlo vamos a tener esta conversación?, ¿como es que logra convencerte para que sigas insistiendo con esto? – volvió a cuestionarle – Solo olvídalo, no hablemos de esto. No es buen día para mi.
Sin embargo, su petición desesperada siempre era ignorada por Jayden.
– No te dejare huir de está conversión, Mew – fue la advertencia de ella – Se muy bien que no es un tema agradable para ti pero..
– Si lo sabes, ¿por que sigues hablando de esto?.
– Es que.., esta tan sólo..
– ¿Que es lo que esperas de mi, Jayden?, ¿que sienta lastima por él y vaya buscarlo? – si su hermana esperaba que siguiera haciéndolo, estaba muy equivocada – Si esta solo es porque pese a los años y todo lo que perdió, sigue firme y fiel a ese maldito orgullo que nada bueno le ha dejado, ¿o es que también tengo la culpa?, ¿tambien me harás responsable de eso?.
Jayden fruncio el ceño, mirándolo directamente.
– Jamás te he echado la culpa de nada – refutó ella ofendida – ¿Que hay de malo en querer recuperar a la familia?.
Mew había notado cierta pena en su voz, pero le estaría importando un carajo en estos momentos.
– Esa familia que dices se quebró hace mucho tiempo y sabes muy bien quien es el único responsable – su tono fue bajo, en un gruñido.

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Inesperado (MewGulf)
RomanceEn ocasiones, el amor se encuentra en las personas menos esperadas. - MewGulf