𝘖𝘱𝘪𝘢

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La ambigua intensidad de mirar a alguien a los ojos

Durante un largo tiempo

Hasta sentirse invasivo y vulnerable al mismo tiempo

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Los ojos de Nikola Tesla son de un magnífico color aguamarina, un tono cían tan claro que se asemeja al cielo despejado. Cualquiera puede verlo fijamente y sentirse abrumado por la claridad y frescura con la que se encuentra. Los ojos del científico son un lienzo en donde transmite todos sus sentimientos. La exaltación por una nueva idea, la confusión de no ser capaz de descifrar unas formulas, la ternura cada vez que juega con sus palomas mecánicas. Cuando miras a Nikola Tesla directamente a los ojos, es inevitable no sentirse volar en el alto cielo, respirar aire fresco y poder tocar las nubes con la punto de los dedos.

Antes, Beelzebub no era capaz de entender por completo a Nikola Tesla: si no fuera por su combate en el Ragnarok, no cree que se hubiese interesado tanto en el croata. Pero no puede negar que la forma en la que había hablado de su amada ciencia, como esos ojos aguamarinas brillaban cuando explicaba las funciones del Automata Beta entre ataques, consiguió lograr que lo respetara como un rival a temer. 

Ahora, un año cumplido de la batalla entre dioses y humanos, dirá con orgullo que ha caído bajo los encantos del conocido por todos como "el hijo de la luz". Para Beelzebub, Nikola Tesla es fácilmente el humano más perfecto que podría existir. Es una persona tan simple hasta el punto en que lleva el corazón en la manga, siempre directo, sincero y amable, nada que ocultar tras sus ojos chispeantes y sonrisa deslumbrante. Es abierto y tan, tan, honesto, completamente opuesto al dios de los voladores, que con años de tener que mirar sobre su hombro y escuchar injurias sobre él lo han vuelto desconfiando del mundo y de quienes lo habitan.

Incluso cuando comenzaron a salir, Beelzebub podía decir exactamente todo lo que Nikola estaba sintiendo con solo mirar sus ojos, unos ojos que decían todo y que nunca le mentían, jamas. Si estaba molesto, un fenómeno que no quiere volver a repetir, se veían como cielo nublado, triste y apagado, con toques de un celeste suave asomándose. Si estaba triste, se asemejaba a la superficie de un mar tembloroso debido al agua que cubría sus ojos en lagrimas no derramadas. Si estaba confundido, ambos tonos se fusionaban entre sí, creando un color diferente pero aún siendo claramente propio de Nikola. Si estaba feliz, o, cuanto daría Beelzebub para que siempre estuviera feliz, sus ojos brillaban como dos preciosas gemas de aguamarina, sin duda, el tono más hermoso entre todas los variedades posibles.

Este ultimo es el color que ve a menudo en Nikola cada vez que se miran donde sea que estén, mayormente en uno de los laboratorios de ambos, incluso si cada uno esta al otro lado de la habitación. Cuando nota aquellas gemas brillantes enfocándose directamente en él, solo él, como si no hubiera nada más importante en los mundos, Beelzebub se siente mareado y sin aliento. Es difícil para el dios no perderse en esos ojos y enamorarse de nuevo, más fuerte, más intenso.

Beelzebub es todo lo contrario a alguien como Nikola. No es honesto, es mucho más engañoso, y luego de lo vivido con sus amigos, con Lilith, se dedico a mantener a cualquiera alejado de él, a una distancia segura para no ocasionarles dolor y sufrimiento por la maldición de Satanás. Fue fácil en su momento, el odio que sentía por si mismo siendo un fuerte impulsor, pero nunca se imagino volver a amar y ser capaz de vivir ese amor.

Porque si le hubiesen dicho que Satanás, el gran terror de cualquier demonio, dejaría vivo a Nikola por el propio amor que siente hacia el científico, lo pensaría como algo irreal. 

U tvojim očima ---beelnikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora