— ¿Y no la amas? – Emile arqueo una ceja, tomando con cuidado el café.
— ¿Eh? Por supuesto que no... ¡Sigue igual de descuidada que siempre! – Damian se quejó, agarrando su cabeza. — De tan solo pensarlo me agarra migraña... Siempre es "no te comas eso que está crudo", "no Anya", "no Anya", "ni se te ocurra"... ¡No soy su madre!
— Es raro... Nunca entenderé a las chicas. – Ewen se comió otra masita que trajo Damián. — ¿Por qué dejaría sus tangas por ahí...?
— ...Esperen, ¿No será que ella gusta de ti? – Emile observo atentamente a sus amigos. — Tuve una novia que nunca me decía nada exactamente... Siempre dejaba pistas sobre lo que ocurría.
— Re enferma era tu novia. – Damian ni siquiera le prestó una pizca de importancia.
— ¡Si! ¡Ya se! ¿Pero y si te está haciendo eso...? – Emile sonaba confiado en su respuesta. — Piensa, las bombachas en la ducha, te roba camisas, anda en ropa interior por la casa... ¡Amigo! ¡Poco más y se te tira encima!
— Ay Emile... – Dijo Damian frunciendo el ceño. — No creo que pase eso... Lo nuestro murió hace mucho tiempo, no debería gustar de mí.
— Odio admitirlo, pero Emile tiene un punto... – Ewen termino su café. — Algunos peces reaccionan incluso después de muertos, piénsalo así.
— Ustedes dos están locos... A ella no le gusto, no puede ser posible. – Damian le resto importancia, terminando él también.
— ¿Y a ti no te gusta?
— ¿Eh? Obviamente no...
— Ajam, seguro...
— Estoy hablando enserio. – Damian los miro a ambos. — Anya y yo solo llevamos una relación de compañeros de piso.
— Uy si, muy creíble... Como si no supieras su comida favorita.
— O sus hábitos para dormir.
— O su calendario menstrual.
— O la forma en la que le gusta sus tostados.
— O que le gustan los perros grandes y bobos como Baxter.
— O qu-
— ¡Suficiente! – Damian se puso colorado. — ¡No me gusta Anya Forger! ¡Ella y yo solo somos amigos y nada más!
— ¡Ah! ¡Al fin dices que son amigos! Me trae recuerdos de cuando éramos chicos... Estamos viejos eh.
— ¿Recuerdas cuando Anya le tiró la comida encima?
— ¡Ah si! ¡Que se parecía a ella! – Emile soltó una fuerte carcajada.
— ¿¡Podemos cambiar de tema?! ¡Me hartan! – Exclamó Damian mientras golpeaba la mesa.
— Si dale, bueno, no te enojes... – Ewen palmeó su espalda con cuidado. — ¿Quieren más café?
[...]
Damian soltó un suspiro mientras caminaba de regreso a su departamento. Toda esa charla sobre Anya lo tenía cansado.
¿Quien en su sano juicio pensaría que las tangas en la ducha serían una declaración de algún tipo? A este punto simplemente lo consideraba una molestia.
"No me gusta Anya, ya he superado todo eso... Me resulta atractiva como mujer, pero no quisiera una relación con ella, no después de todo lo que pasó con Strix." pensó él mientras se acercaba a su departamento y tomaba la perilla.
El ruido de la risa escandalosa de Anya hizo que se detuviera un segundo, para luego abrir la puerta y encontrándose con la situación.
Ella estaba en el suelo, con su camisa y una bombacha, mientras que Baxter, el perro de que ambos adoptaron, estaba sobre ella mientras lamía los rastros de salsa que tenía en la cara.
— ¡No! ¡Basta! ¡Piedad! – Mientras trataba de alejar al animal, ella solo no paraba de reír mientras sostenía su cuello con cuidado.
Damian sonrió, sintiendo como su corazón se aceleraba un poco, para poco después darle un buen golpe al pecho.
"Hace unos días que tengo está arritmia... Tengo que ir a ver a un médico." pensó Damian mientras entraba en el departamento.
— ¿Se puede saber que paso?
— ¡Ah! ¡Llegaste! – Anya sonrió mientras se levantaba del suelo, sacándose las babas del perro. — Estaba tratando de hacer salsa pero me salpique con la cuchara, y este perrito no me tuvo piedad. – Con cuidado acaricio a Baxter.
— Quien diría que cocinaras... es bueno que no lo haga yo para variar.
— ¡Jaja! ¡Muy gracioso! Solo entra de una vez, entra frío.
— Si tan solo te pusieras unos pantalones en lugar de andar en tanga como si fuera tu casa-
— ¡Baxter! ¡Ataca!
El perro solo se echó al piso, lamiendo los rastros que quedaban de salsa.
— Buen chico. – Anya lo acaricio, volviendo a ver a la olla atentamente.
Vivir con Anya Forger no estaba tan mal, solo era... Extremadamente difícil aguantarla a ella y a sus pesadas actitudes.
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Arritmia. / Damianya
FanfictionDesde que empezaron a vivir juntos como amigos, Damian últimamente siente que su corazon hace cosas extrañas a veces, adjudicándolo a un problema del corazon que su padre le debe haber trasmitido. ¡Ya no le gusta Anya Forger! ¿Verdad? (no se si voy...