03.

169 17 21
                                    

Estaba demasiado cansada al llegar a casa, subí las escaleras como si fuera un zombie, rendida, y me tiré en la cama nada más entrar en mi habitación.

Tras unas cuantas horas después, me levanté, exhausta del día anterior. No recuerdo ni cuánto habíamos caminado para llegar a casa, sólo sé que me dolían muchísimo los pies.

Aparté algunos mechones de mi rostro tras haber abierto los ojos, bostezando profundamente. Lo primero que hice fue mirar la hora, y era casi la hora del almuerzo.
Ni siquiera me había despertado para desayunar, aunque mucho mejor, necesitaba dormir demasiado.

Me levanté de la cama para comenzar mi día, o bueno, medio día. Seguramente no fuera a hacer nada hoy, no tenía muchas ganas de hacer algo productivo.

Tras tomar unos pantalones de chándal blancos, y una sudadera del mismo color y ponérmelos, entré en el baño, observando aquellas ojeras.
Solté un leve suspiro, antes de tomar el desmaquillante y quitar el rímel que anoche no pude quitar, había caído en los brazos de Morfeo.

—¡Bueeeenos días, dormilona! —Ahí estaba mi hermana, robándome un chillido ante aquella sorpresa. Apareció por la puerta de mi habitación.

—Dios, algún día me vas a matar. —Chillé desde mi baño, terminando de alistarme.

—Bueno, bueno, exagerada. ¿Has mirado últimamente las solicitudes de Instagram? Por si te siguió Matt. —Dijo, mientras se sentaba en mi cama para esperarme.

Salí de baño, enarcando una de mis cejas con curiosidad.

—Pues, no lo sé. —Murmuré, tomando mi teléfono de mi bolsillo, y entrando en mi insta. Ahí estaba, una solicitud de amistad de cada uno de los trillizos.

Oh. Dios. Mío.

—¿Qué pasa? —Dijo ella al ver que me había quedado con los ojos como platos, robándome el móvil de mis manos—....¡Dios mío!, ¡pero, acéptasela!

Y, sin dudarlo un segundo y sin preguntarme, aceptó la solicitud de cada uno de ellos.

—Me han seguido. Los tres. —Murmuré con una pequeña sonrisa, mientras negaba con mi cabeza, sin creerlo aún. Tomé mi móvil y lo guardé en el bolsillo de mi pantalón.

—Es increíble, Elena. Creí que no se lo darías nunca. —Una sonrisilla divertida apareció en sus labios.

—Algún día se lo tendría que dar, ¿no?

Después de aquella conversación, mi hermana volvió a su dormitorio, y yo me puse a organizar el mío. Eso hacía cuando estaba nerviosa. ¿Matt me hablaría?

Decidí olvidar el tema y estuve todo el día haciendo trabajos de clase, hasta por la noche.
No quería estar todo el día en mi habitación, así que opté por cambiarme de ropa e ir a por un Starbucks con mi hermana.

Salimos de casa y nos encaminamos hacia la cafetería, no hacía demasiado frío, lo que me resultaba agradable ya que Boston parece algunos días el Polo Norte.

Llegamos a la cafetería y nos sentamos en la mesa de siempre, mientras mi hermana sacaba su portátil ya que tenía que hacer algunas cosas de clase, mientras que yo simplemente miraba por la ventana, jugando con mis manos.

—¿Aún no te ha escrito? —Preguntó mi hermana concentrada en encender su portátil, mientras que yo negaba con mi cabeza.

—Ni lo har-... —Me interrumpió la notificación de mi celular, era de Instagram. Tomé rápidamente mi teléfono y vi que Matt le había dado me gusta a una de mis publicaciones. Esta era simple, era de mis últimas vacaciones en España en verano, sólo aparecía yo de perfil caminando.

—¿Qué pasa? —Preguntó ella.

Yo rápidamente, con una expresión de sorpresa, le enseñé el móvil.

—¡ESCRÍBELE! —Chilló, y noté las miradas de las personas de la cafetería puestas sobre nosotras.

—Está bien, está bien. Pero no grites. —Murmuré, muerta de la vergüenza, aunque seguía sonriendo de oreja a oreja.

Me armé de valor y entré en su perfil para enviarle un mensaje. Tras dudarlo unos segundos, opté por un simple "holaa", y solté el móvil, siendo un manojo de nervios.

Mi hermana comentó que todo saldría bien, y llegaron nuestros cafés, así que me centré en tomarme este.

Pasaron un par de minutos, mi bebida ya estaba casi por la mitad. Julia seguía con su trabajo sobre no sé qué de literatura, y yo veía el panorama de la ciudad por el gran ventanal que teníamos al lado.

Una notificación llegó a mi teléfono, haciéndolo sonar. Rápidamente, tomé este y vi que me había respondido.

—Ha...respondido. —Susurré, antes de abrir mis ojos como platos al reaccionar, y enseñarle el móvil nuevamente a mi hermana.

—¡Respóndele tú ahora! —Dijo, terminando de escribir para observar la pantalla, con una sonrisa.

Él también había dicho hola, y que qué tal estaba. Le respondí que estaba tomándome un café con mi hermana donde nos conocimos, y le envié una foto de este. Contestó casi al instante, enviándome una foto de que estaba viendo una película. Pude reconocer cuál era, Nightmare before Christmas.

Mi favorita.

Alcé mis cejas con sorpresa, y rápidamente le comenté que era mi favorita. Él respondió que también era la suya.

Probablemente estuvimos hablando unas... ¿Tres horas? Sobre demasiados temas de conversación. De su tour, (que ya estaba acabando), de la película, de cómo nos conocimos, etc.

Nos terminamos nuestros cafés y por fin mi hermana acabó con su trabajo, así que tras pagar nos fuimos a casa mientras le enseñaba la conversación.

Al llegar a casa no tenía nada de sueño, así que me cambié de ropa tras cenar con mi familia, y subí a mi habitación para seguir viendo Gilmore Girls.

Aunque, también seguía hablando con Matt, le había dicho que ya había llegado a casa y que no tenía mucho sueño.

El reloj marcaba las 23:56, y teniendo en cuenta lo que había dormido la anterior noche, estaba claro que esta iba a ser una muy larga.

Detuve rápidamente la serie al sentir mi teléfono vibrar, era una videollamada. De Matt.

MATTHEW STURNIOLO ME ESTABA HACIENDO UNA VIDEOLLAMADA.

Me levanté para ir corriendo a mi espejo, tomando el cepillo de mi cabello y peinando este rápidamente. También, me puse mis pendientes de perlas y volví a la cama, sentándome con la espalda apoyada en la pared antes de contestar a la llamada.

Nada más aceptarla, vi al chico con una pequeña sonrisa en su rostro, su cabello algo despeinado y una camiseta blanca básica puesta. Él también estaba apoyado en la pared, observando el teléfono mientras se oía de fondo a sus otros dos hermanos hablar.

—Hola. —Murmuré con algo de nerviosismo y en voz baja, ya que probablemente mi familia estuviera durmiendo.

—Hola, Elena. —Me dijo, moviendo levemente su mano como un saludo. La sonrisa no desapareció de sus labios en ningún momento.
Pude escuchar los gritos de sus hermanos corriendo hacia él, acaparando la pantalla completa para saludarme.

—Holaaaa. —Dijo el trillizo mayor, sólo se podía ver su cabello rubio.

—¿Esta es la chica que te dio su instagram el otro día? —Preguntó Chris, tomando el teléfono y sonriéndome.

—Esa soy yo. Hola, Nick, hola, Chris. —Les saludé con mi mano, soltando una baja risita, mientras escuchaba a Matt pidiendo que le devolvieran el teléfono—. Pobre Matt, le habéis robado el móvil.

—Sólo queríamos saludar. —Dijo Chris con inocencia, antes de devolverle el teléfono a su hermano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑, -matthew sturniolo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora