JIMIN IS MISSING┆km ඞɞ

8┆km ඞɞ

No hables, no abras

Después del colegio pensó que él lo llevaría a su casa, pero se equivocó, jungkook estuvo conduciendo por media hora en una ruta que Jimin desconocía.

Su destino era el departamento del pelinegro, y su peor error fue querer gritar por ayuda.

Ahora el se encontraba en la cama, desnudo y aterrorizado.

Su uniforme estaba tirado en el suelo, jungkook estaba sentado a su lado, acariciando sus piernas.

-Espero, bomboncito, que asi aprendas, nadie va a ayudarte ¿ok?-él era su peor pesadilla, quería alejarlo de su vida.

Solo sentía asco.

-Por...por favor llévame a casa -suplicó, era humillante aquel acto, pero no podía seguir así, le dolía absolutamente todo su cuerpo.

¿Y cómo no? Jungkook había abusado de el por horas.

-Si me das un beso te llevo.

Un completo imbécil.

Jimin y jungkook estaban afuera de la gran casa en la que vivían, seguían adentro del auto, él para terminar su cigarrillo y jimin para frenar las lágrimas que salían de sus ojos sin parar.

-¿Te puedes tranquilizar? Estás colmando mi paciencia -soltó su cigarrillo, tirándolo por la ventana del auto y con sus manos limpió las lágrimas del chico  -Ya cálmate, no fue para tanto.

-Eres un idiota, ni creas que te va a durar mucho todo esto- amenazó Jimin, ya estaba harto, jungkook era un estúpido. Suspiró y sin más vueltas, salió del auto.

-¡Jimin!-gritó su madre -¿Por qué llegas asi y tan tarde? ¡Son las tres de la tarde!-exclamó ella, su hijo normalmente salia del colegio a las doce del mediodía, como mucho salia a la una -¿Pasó algo?- llegó hasta el y lo abrazó-Hey, ¿Qué pasa? ¿Alguien te molestó, hijo?

-Nada señora Park, solamente que nos encargaron de un trabajo importante y Jimin cree no poder lograrlo -intervino el pelinegro- Pero ya hablé con el en el auto y le dije que todo saldría bien, ¿No es así, Jimin?.

Él lo miró amenazante, su mamá lo miraba con preocupación.

¿Qué debía decir? ¿La verdad o seguir mintiéndo?.

-¿Es por eso, bebé?-preguntó su mamá al ver que su hijo no contestaba, Jimin sin soltar palabra alguna se dedicó a asentir ante la pregunta de su madre -Ay corazón, lo vas a lograr, ¿sí?, confío en tí.

El menor abrazó a su mamá con fuerza, jungkook  solo suspiró y entró a la casa.

Eran aproximadamente las cinco y media, jimin estaba destrozado, no tocó su teléfono en toda la tarde, permaneció acostado desde que entró a la casa.

Dos toques en su puerta lo alarmaron, tanto que hicieron que cambie de posición para sentarse en la cama.

-No hables, no abras, no te muevas Jimin... por favor- pensó el

-¿jimin? ¿Estás ahí? ¡Soy Tae min !-su respiración volvió con normalidad al escuchar la voz de su mejor amigo

-Mi salvación- pensó de nuevo.

-A-ahí voy, espérame un segundo que tengo que hacer algo- se arreglo como pudo, acomodó su ropa e intentó limpiar sus lágrimas.

Se encaminó como pudo hacia la puerta, sus piernas le dolian y ni hablar de su entrada, llegó a pensar que pudo haberse desgarrado.

Abrió la puerta con lentitud y ahí estaba el, su mejor amigo.

-Tu mamá me llamó preocup... ¿Qué tienes? ¿Pasó algo? ¿Estás bien?-preguntó Tae min, sin rodeos se adentró a la habitación de su amigo y ambos se sentaron en su cama -¿Qué tienes?.

-Nada...solo que sollozó- Es por lo de mi papá, ya sabes, la culpa y todo eso, lo mismo de siempre.

Mintió una vez más en el dia, ¿Cuántas mentiras habia dicho por hoy? ¿cinco? ¿once? ¿O quizás más?.

-Sabes que te conozco a la perfección, min -soltó su amigo - Algo te pasa y no es por lo de tu padre.

-Es...no sé si puedo -rompió en llanto y Tae min lo abrazó -No quiero seguir así..

-Hey, tranquilo -su amigo acarició su pelo sin dejar de abrazarlo -Descárgate, llora todo lo que tengas que llorar, estoy aqui.

Por una vez se sintió acompañado y sin miedo alguno, el no podía decirle nada a Tae min, ¿Qué pasaría si jungkook se entera? ¿Sería capaz de hacerle lo mismo a su amigo?

¡Jimin  no lo soportaría!.

-Cuándo te sientas preparado para contármelo yo voy a escucharte, ¿Está bien?- Tae min miró a su amigo con preocupación- Quiero que estés bien.

-Yo quiero lo mismo-pensó Jimin.

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Horas después, su amigo se había retirado, era de noche ya, aproximadamente las ocho y algo...

Jimin se encontraba en la cocina, tomando un café.

La casa estaba en silencio, todos se habian ido... ¿A dónde? No sabía, pero no le importaba en estos momentos.

-Amorcito, a veces me pregunto... ¿Cómo puedes ser tan hermoso y tan estúpido a la vez?.

Su pesadilla estaba con el otra vez, tembló al sentir su voz y las manos de jungkook en sus hombros, apretándolos.

-¿No piensas contestarme?-se sentó al lado de el.

-No sé...no sé qué quieres que diga, no sé de qué me estás habl...

-Claro que sabes, preocupaste a tu madre y por tu culpa estuvieron preguntándome que te había pasado como por horas ¡¿Entiendes de lo que te hablo?!-golpeó la mesa.

-N-no grites, perdón ¿sí?, tranquilízate...-intentó calmarlo, no quería arriesgarse a llevarle la contraria, al menos no por hoy.

-Cuando venga tu madre tú mismo le vas a explicar que yo no tengo nada que ver-lo tomó del cuello para besarlo -Pobre de ti si le dices lo contrario.