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- Minho, estoy triste. - Dijo Jisung entrelazando nuestras manos.

- ¿Por qué? - Pregunté frunciendo el ceño.

- Ya no te veré más en la secundaria, tú no tienes que volver el año que viene.

Reí y besé sus labios suavemente.
- Yah, no por eso vamos a dejar de vernos, Sungie.

Suspiró.
- Lo sé, pero... ¿Con quién hablaré en los recreos? - Preguntó. - ¿Quién va a colocarse del otro lado del cubículo?

- No te atrevas a enamorarte de otro chico en el baño mientras yo no esté. - Dije amenazante y Jisung rió. Pausé.  - Hablando enserio, el año que viene comienza diferente, Sungie. Deja de encerrarte en el baño, ya no tienes que temerle a nada ni a nadie. Conoce a más personas, sabes que si alguien te molesta yo le partiré la cara. - Hablé con orgullo.

Jisung rodó los ojos.

- Creo recordar que te dije que no me defiendas más.

- Sí, sí. Y también creo recordar que te dije que me hables con respeto, pero no lo hiciste.

Comenzó a reír y volví a besarlo.
- ¿Cómo superaste tu rechazo a las multitudes? - Preguntó mirando nuestras manos, suspiré.

- Creo que todo comenzó cuando golpee a Heeseung. Gracias a ti, ese día no me importó cuanta gente me haya visto, tampoco comenzó a importarme que me señalaran y que hablaran sobre mi porque siempre me acordaba de ti. Y eso me llevó a no interesarme si alguien me miraba, porque pensaba que tal vez me miraban por ti, porque te estaba defendiendo. Así que... sí, gracias a Han Jisung comencé a soportar las multitudes.

Jisung sonrió y apretó mi mano fuertemente, le devolví la sonrisa.

- Minho, antes de que suene el último timbre, ¿podemos... ya sabes...? - Se calló, sonreí entendiendo lo que quiso decir y asentí.

Jisung sonrió como niño pequeño y entró corriendo al baño.

Segundos después entré al cuarto cubículo y fingí sollozar.

- Oye, ¿te encuentras bien? - Preguntó y noté diversión en su tono.

- No, mi novio es un inmaduro, ¿qué voy a hacer? - Volví a sollozar falsamente y Jisung comenzó a reír.

- ¡Se supone que bajaras la mirada y esperes a que me presentara! - Exclamó divertido y yo sonreí.

Me paré en la tapa del retrete y lo miré con una sonrisa.

- Te amo.

- Y yo te amo a ti. - Respondió.

Nos paramos de punta de pie para poder acercarnos y nos besamos dulcemente.

Sí, tal vez es algo asqueroso conocer a una persona en un baño, y besarse ahí.

Pero esa era mi historia con Jisung y a pesar de lo asquerosa que podía ser, era la historia más bonita de mi vida.



Fin.

bathroom || minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora