10. Ganas de matar

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Capitulo 10

Horribles misterios

¡Te juro que cuando llegue de la academia te mataré como no tienes idea maldito imbecil!
-dije con mucho enojo-

El hijo de remil puta dejó una mancha de semen en el asiento

Se puede quitar fácilmente -dijo Isabella mirando a La Mancha-

No tenemos tiempo ahora, vámonos -dije con mal humor-

No vimos a los chicos hoy pero no tomamos importancia ya que puede que faltaron por algo de la misión.

1:00pm

Ya era hora del almuerzo y todavía no tuvimos ni un hola de los chicos. Íbamos a sentarnos en otro lado y antes de hacerlo vimos a muchas personas en el jardín

¿Que esta pasando? -pregunto Isabella mirando a la multitud-

Nos acercamos más a todas esas personas y pude ver a Matteo peleando con ¿¡Miles!?

Matteo Miley

8:19

El día de hoy entraba el nuevo a clases así que decidimos darle un recorrido por toda la academia

Señorito Gonzáles esperamos que le agrada de academia -le dijo el director a el tal Miles-

Vamos antes de que se nos haga tarde -dije y Miles asintió-

Entonces estás saliendo con Mak -hablo Miles feo yes de salir de la oficina del director-

Tienen tiempo saliendo -dijo Ale-

¿Y qué tal? Ya te dejo tocarla? -pregunto con una sonrisa -

¿Porque la pregunta? -dije molestándome un poco-

Porque no hay respuesta? -respondió-

Ya estaba enojándome un poco pero gab y ale lo notaron y cambiaron de tema

12:50

¡Estoy harto!

Todo el día la pasó molestándome y diciendo que yo soy mucho para Makayla, no lo mato porque los chicos me apartan de él

No te recomiendo tener sexo con Makayla -hablo el insoportable otra vez-

¿Porque? -respondí a punto de matarlo-

-Es virgen, si tratas de tocarla y se excita, es muy tonta y...

No lo dejé terminar. Sin pensarlo dos veces, mi puño se estrelló contra su rostro con una fuerza descomunal. Sentí cómo la ira se apoderaba de mí, convirtiendo mi cuerpo en una máquina de destrucción. Cada golpe que le propinaba era una liberación, una forma de canalizar toda la rabia que me consumía. Mi cuerpo ardía, la sangre hervía en mis venas mientras continuaba golpeándolo sin piedad. Los chicos a mi alrededor intentaban detenerme, pero sus esfuerzos eran en vano.

Estaba cegado por la furia, harto de escuchar cómo hablaba de Makayla, de ver cómo la menospreciaba. No podía permitir que dijera algo más sobre ella. No si lo podía prevenir. Cada golpe que aterrizaba en su rostro era una advertencia, un mensaje claro de que no toleraría ninguna falta de respeto hacia ella. Mi mente se nublaba con pensamientos oscuros, con la idea de acabar con él de una vez por todas.
El sonido de los puñetazos resonaba en el aire, mezclado con los gritos de los demás.
Pero nada de eso importaba. En ese momento, solo existia la ira y la necesidad de proteger a Makayla. No había espacio para la razón ni para la compas.

Makayla Jone

Cuando me acerqué más, vi cómo Miles estaba lleno de sangre por todos lados, los chicos trataban desesperadamente de alejarlo de Matteo, pero fue en vano. Tuve la leve intuición de que estaba en uno de sus episodios de ira, así que decidí acercarme
junto a Alejandro.

𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐃𝐞 𝐎𝐝𝐢𝐚𝐫𝐭𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora